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Corrupción e inseguridad, causa y efecto

Para la percepción ciudadana, la inseguridad y la crisis de violencia que se ha recrudecido a lo largo del año en Jalisco, son provocadas por la corrupción de las autoridades.

Así lo revelan los resultados de la encuesta de percepción sobre seguridad que presentó ayer el observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos.

Queda claro así que los tapatíos no hicieron suya la explicación que dieron las autoridades y los mandos policiales, una y otra vez desde principios de año, de que era la disputa de la plaza para el narcomenudeo entre bandas del crimen organizado la causa principal de la escalada imparable de violencia, y que en su momento llevó a expresar al propio gobernador que “se iba a poner peor”.

Tampoco convenció a los habitantes que el Nuevo Sistema de Justicia Penal sea el causante del fracaso de las estrategias de seguridad para hacer frente al hampa, como también justifican recurrentemente los gobiernos y jefes policiales.

El ciudadano, que cada vez en mayor número es víctima, familiar, amigo o conocido de quien padeció un delito, está convencido que es la corrupción la causante de la creciente inseguridad, mucho más que factores como el consumo de drogas, la pobreza, la ausencia de oportunidades para los jóvenes, la impunidad o la falta de capacitación policial.

En ese sentido, el ciudadano promedio que habita la metrópoli ve como causa y efecto sus dos principales preocupaciones y demandas no cumplidas, y que fueron el resorte que los impulsó para apoyar, tanto a nivel federal como estatal, a fuerzas políticas emergentes para castigar el incumplimiento de las promesas de Gobierno en estos dos ámbitos.

La encuesta confirma esta insatisfacción al revelar que los ciudadanos reprueban en el tema de la seguridad tanto al Presidente, como al gobernador y los alcaldes. Nadie logra ni siquiera un 6 de calificación. Y eso es comprensible si 80% cree que la inseguridad aumentó y tres de cada cuatro tapatíos cree que todas las zonas de la ciudad representan riesgos de ser víctima de un delito y que se deben cambiar las estrategias policiales.

Comenté ayer aquí que resolver la crisis de inseguridad pasa por lograr la redignificación de la figura policial y recuperar la confianza ciudadana en las corporaciones del orden, por las nulas muestras de apoyo y reconocimiento social a los buenos policías, opacados por los que sí ceden a la infiltración delincuencial.  En ese sentido la encuesta arroja esperanza al consignar que 68% valora, mucho o algo, el trabajo de los policías.

Una aportación más de este muy oportuno acto reflejo de Jalisco Cómo Vamos, es que a golpe de lutos, sustos, sobresaltos y rabia, los gobernados tienen una muy atinada percepción del fenómeno de la inseguridad, que por su futuro político ojalá los nuevos gobernantes atiendan.

jbarrera4r@gmail.com

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