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Bravo por los Magos. El jardín y la casa del Mago: Seguros y a salvo. Todo está bien sí termina bien, este es el caso.

El maravilloso jardín y la no menos estupenda casa en Chapala de la familia Vásquez Barragán, diseñada y construida por el propio “Mago” (Alfredo Vásquez Tello) y su esposa Luz Barragán de Vásquez, seguirán en perfectas y aún mejores condiciones.

Lo anterior después de confusas señales de arreglos en el terreno contiguo que provocaron, y con razón, algunas señales de desconcierto. Ya que hace algunos años se cayó un pirúl sobre la barda exterior de la av. Hidalgo y este no había sido removido en su totalidad, ni tampoco se había reparado el muro.

Estas líneas me permito escribirlas como vocero del arquitecto Jorge Gamboa de Buen, Presidente de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, A.C., fue esta asociación la que tomó acciones informativas y preventivas para asegurarse de que los confusos rumores de una “venta” de la parte del jardín fueran falsos y de que, conforme a su intachable trayectoria, los arquitectos Vásquez, estaban realizando, como siempre lo han hecho, las cosas bien.

La F.A.T.L.B. es responsable, dicho sea de paso, del salvamiento de la casa González Luna, de la casa Cristo, de la propia casa del arquitecto Barragán en la ciudad de México, de evitar la desfiguración definitiva de las Torres de Satélite entre muchas otras acciones en pro de un Patrimonio Universal del más grande de los arquitectos que México ha dado en todos sus tiempos: Luis Barragán, bajo estos principios y en el mismo sentido se hicieron las acciones en el caso de “los jardines del Mago”. Pero el asunto está arreglado muy satisfactoriamente, gracias a la oportuna participación de los arquitectos propietarios, quienes sólo han hecho trabajos de restauración profesional para su conservación.

Son ahora cuatro generaciones de magos arquitectos: el original “don Mago” Alfredo Vásquez Tello. “El Mago”, su hijo, Alfredo Vásquez Barragán. Ricardo Vásquez González, su nieto, y su bisnieto Diego Vásquez Hernández Urtiz (actualmente estudiante de arquitectura del Iteso, Universidad Jesuita de Guadalajara). Y hablamos del Mago grande como arquitecto porque en la práctica lo fue, y muy brillante además de ser destacado anticuario y socio alguna vez del mismísimo Jesús Reyes Ferreira (Chucho Reyes).

La familia sabe perfectamente el patrimonio que tiene entre sus manos y su obligación es de cuidar, conservar y restaurar su propiedad, en función de experiencia y los 83 años que tienen viviendo en ella, siendo los únicos propietarios.

Después de una larga conversación de poco más de 3 horas, en el propio despacho de “los Magos” con las tres generaciones subsistentes, se pudieron aclarar muchos puntos, no están demoliendo el jardín, lo están reforzando y restaurando a su estado original. Como un verdadero rasgo de generosidad, don Alfredo y doña Luz, mantuvieron por muchos años la puerta de su casa abierta desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche para que sus amigos e invitados, pudieran pasar libremente. Don Ramón, el mozo y jardinero fungía también como cancerbero.

Sobre el jardín y la casa, no queda duda, gracias a los propios dichos de la familia, es un proyecto del Mago Vásquez, doña Luz su finísima esposa y quizá alguna aportación de su hermano.

Una vez hechas las aclaraciones, la buena fama de la familia Vásquez Barragán y sus hijos, queda intacta y aún realzada la obra.

Larga vida al jardín y la casa de “los Magos” en Chapala.

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