AMLO, entre su soberbia, montajes y descalabros
La semana que está por concluir ha sido una más de fracasos y descalabros para el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien como diría el ex inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, fue “doblado”, aunque esta vez quien lo consiguió fue nada menos que el millonario número uno del mundo, el polémico Elon Musk. Por si fuera poco, Carlos Loret de Mola -la persona que quizá más odia en esta vida- lo “cachó” en un montaje exhibiendo cómo incurrió en una farsa el día que celebró el arribo del primer avión de carga al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), eso sin contar otras derrotas y reveses sufridos en menos de una semana.
Dice un conocido refrán que “mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes”, y el lunes del Presidente arrancó con la imagen del Zócalo abarrotado de manifestantes, la denominada “marea rosa” para la cual la Plaza de la Constitución resultó insuficiente habiéndose tenido que desbordar por calles aledañas.
Una toma panorámica aérea del Zócalo con la casa del Presidente al fondo, es decir, Palacio Nacional, apareció en todas las portadas de los periódicos del país, misma que fue replicada en diarios internacionales incluso también en las primeras planas, mientras que noticieros nacionales y extranjeros igualmente lo manejaron como nota principal.
Y tan enorme como la movilización registrada en la capital del país y en 120 ciudades, así fue el coraje manifiesto de López Obrador en su conferencia mañanera, a tal grado que todos los días habló del tema insultando y agrediendo lo mismo a aquellos que convocaron a la manifestación -que algunos dicen reunió a medio millón de personas-, que a quienes atendieron el llamado y asistieron.
Pero luego vino la segunda rabieta y la característica soberbia del Presidente López Obrador se hizo patente con el tema de Tesla.
Al Presidente poco le faltó para hacer fracasar las negociaciones que ya tenía muy adelantadas el gobernador de Nuevo León, Samuel García con el hombre más rico del mundo, Elon Musk, en torno a la instalación de la “Gigafactory” que construirá Tesla en México, concretamente en Santa Catarina, Monterrey en aquella entidad norteña.
Quedó perfectamente documentado que Andrés Manuel López Obrador asumió una postura radical al advertir que si Tesla escogía a Nuevo León como sede de su planta, su administración no otorgaría los permisos correspondientes.
Una inversión extranjera de entre 5 y 10 mil millones de dólares estuvo pendiendo de un hilo porque, según afirman algunos, al Presidente no le pareció que Musk y García llevaran a cabo negociaciones sin tomarlo en cuenta.
Influyentes diarios internacionales dieron cuenta que México estuvo a punto de perder la inversión extranjera más fuerte en la historia de este país porque AMLO se negaba a que se instalara la fábrica en Nuevo León.
Fue evidente además que el tabasqueño buscó beneficiar a los estados gobernados por Morena.
Pero Musk no es un sujeto al que se le puedan imponer condiciones y menos por capricho, así que en la conversación que tuvo con López (con la ayuda de traductor porque ya sabemos que AMLO no habla inglés) amagó con llevarse su nueva fábrica y la inversión a otro país y al Presidente no le quedó otra opción que agachar la cabeza y obedecer.
De manera que si a alguien se le tiene que anotar el punto es al gobernador de Nuevo León e incluso a su esposa Mariana Rodríguez, siendo que ambos han platicado con lujo de detalle cómo fueron sus encuentros previos con el adinerado empresario, sus recorridos aéreos y sus conversaciones para convencerle de que invirtiese en territorio neolonés.
Una vez consignado lo anterior, resulta patético que integrantes de la Cuarta Transformación celebren en redes sociales el acuerdo y agradezcan y feliciten al Presidente López Obrador, haciéndolo ver como un éxito de su Gobierno, cuando lo único que hizo el titular del Ejecutivo fue poner en riesgo la multimillonaria inversión que Musk ya había pactado con Samuel García, siendo que incluso el mismo día que el gobernador anunció el acuerdo exhibió la camioneta Tesla que adquirió para regalarle a su esposa.
En lo que sí tiene su mérito el Presidente López Obrador es en haber usado todos los medios a su alcance para hacer posible que el polémico Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) ya finalmente pueda presumir que recibe vuelos, aunque estos sean de carga.
Y ya que hablaba de acciones patéticas, no se puede dejar de señalar ese ridículo acto de recibimiento a una nave de la empresa DHL registrado el pasado martes, siendo que si ya de por sí era vergonzante que le fueran a aplaudir a un avión de carga, lo fue aún más cuando, paradójicamente, el periodista Carlos Loret de Mola, a quien las huestes obradoristas identifican como “Lord Montajes”, exhibió que justamente todo se trató de un montaje.
Así lo confirmó el propio director de DHL, Antonio Arranz, quien admitió que dicha aeronave había aterrizado un día antes en el AIFA, desde la mañana del lunes 27 y pasó la noche en el aeródromo hasta la mañana siguiente cuando lo hicieron salir a la llegada del Presidente y sus invitados, procediendo al engaño de la prensa que reportó:
“Alrededor de las 11:00 horas de ayer martes, un avión Boeing 737 de la empresa DHL aterrizó en la terminal de carga y aduana del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Al ritmo de huapango, la aeronave piloteada por la capitana Mónica Mieles transitó por los tradicionales arcos de agua”.
“El vuelo procedente de Cincinnati, Estados Unidos, fue recibido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien estuvo acompañado del gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, y el director general de DHL en México, Antonio Arranz, entre otras personalidades”.
El colmo del descaro fue que para intentar completar el engaño -y de esto se dieron cuenta los usuarios de redes sociales-, en las imágenes que circularon del avión de DHL, le borraron la matrícula para evitar que apareciera en los registros de vuelos del día anterior y se detectara la farsa.
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