Ezbaide Baruqui: Líder automotriz
Especial Mujeres que impactan
Ezbaide forma parte de la tercera generación de un negocio automotriz que comenzó hace 60 años con su abuelo, ya que fue el primer distribuidor de Nissan en México, en el que también se involucraron su papá y su tío.
Más tarde, su papá consiguió la concesión de Toyota en Guadalajara y ella creció, desde muy pequeña, dentro de ese negocio y de manera laboral, a los 17 años. Inició con su entrenamiento en todas las áreas, desde contestar teléfonos, recursos humanos, administración, pero lo que más le gusta es la parte estratégica.
Ella estudió Mercadotecnia y asegura que lo mejor debió ser Negocios. Toman la decisión de vender Nissan y se enfocaron ella y su papá en Toyota, en ser expertos, creciendo en ciudades como Colima, Ciudad Guzmán, Manzanillo y Autlán. De ahí se fue desarrollando en la dirección de planeación estratégica, se convirtió en parte del consejo de administración y en 2019 le tocó desarrollar y ejecutar el proyecto Lexus en México, que es la marca de lujo de Toyota.
En el aspecto emocional considera un logro ser el camino de sucesión en el negocio familiar y hacerlo con éxito. En el aspecto profesional, ya como vice presidenta del grupo OZ y como directora de la marca Lexus, considera que además del título, que se va ganando con resultados, es permitir que la gente perdiera esa noción de ser “la hija de”, porque el trabajo y el respeto se gana por la persona que es y su trabajo, ya que es una industria que tiene un 99% de hombres.
Considera fundamental el apoyo de su papá, siempre de empuje y lo recuerda con mucho cariño: “Mi papá me preparó, desde muy chica me involucró, me tomaba en cuenta, valoraba mi opinión. Él nunca me hizo sentir diferencia por ser mujer. Tuvo una visión impresionante en el negocio y en la familia”.
Asegura que el mayor reto es con ella misma porque en ocasiones hay mucho que vencer, nos boicoteamos, nos limitamos y ponemos el freno de mano. Su consejo es que si tienes miedo de hacer las cosas, las hagas con miedo, pero hacerlas, porque ese es el primer paso.
Tiene un extraordinario equipo de trabajo y el apoyo de su familia, porque 600 personas dependen de las decisiones que tome, así que se da el tiempo para tener un balance de su trabajo, su pareja y sus hijos.
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