Cómo es que las quemaduras de segundo y tercer grado pueden ser mortales
En caso de quemadura grave, es vital acudir inmediatamente a un centro médico especializado
Las quemaduras son lesiones graves que afectan la piel y los tejidos subyacentes. Su gravedad depende de la profundidad, extensión y localización de la lesión. Entre ellas, las quemaduras de segundo y tercer grado son especialmente peligrosas y pueden poner en riesgo la vida.
Diferencias entre quemaduras de segundo y tercer grado
Quemaduras de segundo grado: Afectan la epidermis (capa externa de la piel) y parte de la dermis (capa interna). Suelen provocar dolor intenso, ampollas, enrojecimiento e inflamación.
Quemaduras de tercer grado: Dañan completamente la epidermis, dermis y pueden extenderse a tejidos más profundos como músculos, nervios e incluso huesos. La piel afectada puede verse blanca, carbonizada o coriácea, y frecuentemente no hay dolor debido a la destrucción de terminaciones nerviosas.
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Riesgos vitales asociados
Pérdida de líquidos y electrolitos:
Las quemaduras profundas dañan las capas protectoras de la piel, provocando una pérdida excesiva de líquidos y sales minerales. Esto puede llevar a shock hipovolémico, una condición potencialmente mortal que disminuye el flujo sanguíneo a órganos vitales.
Infecciones graves:
La piel actúa como barrera contra bacterias y virus. Una quemadura grave expone los tejidos internos a infecciones, que pueden derivar en sepsis, una respuesta inflamatoria extrema que puede causar fallo multiorgánico.
Problemas respiratorios:
Si la quemadura incluye vías respiratorias o se debe a inhalación de humo, gases tóxicos o vapor, existe riesgo de edema pulmonar o daño pulmonar severo, lo que puede causar asfixia.
Choque térmico y fallo orgánico:
Las quemaduras extensas provocan una reacción inflamatoria masiva en el cuerpo. Esto puede llevar a una caída peligrosa de la presión arterial y afectar órganos vitales como el corazón, riñones y cerebro.
Cicatrización y secuelas permanentes:
Las quemaduras profundas requieren múltiples intervenciones médicas, incluyendo injertos de piel. Las cicatrices extensas pueden afectar movilidad y funciones corporales, además del impacto psicológico.
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Prevención y tratamiento
La prevención es esencial: manejar el fuego y sustancias calientes con cuidado, usar equipo protector y mantener extintores accesibles.
En caso de quemadura grave, es vital acudir inmediatamente a un centro médico especializado. El tratamiento suele incluir limpieza de heridas, fluidoterapia, control del dolor, antibióticos y, en casos severos, cirugía reconstructiva.
Las quemaduras de segundo y tercer grado no son solo lesiones superficiales: su profundidad y extensión pueden desencadenar una serie de complicaciones críticas que amenazan la vida. La atención médica rápida y especializada es clave para reducir riesgos y mejorar la recuperación.
BB