Economía

Precios de combustibles, mayores que los incrementos de sueldo

En cinco años, la gasolina subió 51%; sin embargo, el salario base en Jalisco lo hizo en 22% desde 2013. Los energéticos son los productos con más inflación a nivel nacional; consumidores compran menos

Aunque no suele utilizar tanto tiempo su vehículo, Clemente Osuna gasta entre dos mil 300 y tres mil pesos al mes en gasolina, cantidad que representa 10% de su salario. Y si suma otros gastos, reconoce que su ingreso cada vez le alcanza para menos. “Pago cuatro mil pesos de renta y el gasto en combustible. Sólo me queda la mitad. Claro que me pesa porque he sacrificado idas al cine o salir a comer con mi esposa”.

Como ese caso, en Jalisco hay muchos. Ciudadanos que, en sus ingresos, comprueban el golpe de los elevados precios de la gasolina, que a su vez son superiores a las alzas salariales oficiales.

Mientras el salario base de cotización de Jalisco creció 22.4% desde 2013 a la fecha, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), el costo de los combustibles está por arriba del 51.6 por ciento.  

Susana Martínez usa su auto para trasladar a sus niños. “Sí he sentido mucho el gasto. Si antes con 350 pesos duraba 12 días, ahora debo gastar 500 pesos. Y añádele que no me han subido el sueldo en la empresa”, destaca la automovilista.

Cifras de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) revelan que, en los últimos cinco años, el precio de la gasolina Magna en la Entidad incrementó de 12.13 a 18.39 pesos por litro (51.6%); el diésel se elevó de 12.49 a 19.09 pesos (52.84%) y la gasolina de alto octanaje, Premium, aumentó de 12.69 a 19.87 pesos (56.57%).

En contraparte, el salario base de cotización en Jalisco apenas creció de 280 a 343 pesos de febrero de 2013 a febrero de 2018: 63 pesos.

“En el 2012, un salario promedio de cotización diario podía comprar poco más de 24.75 litros de gasolina Magna. Actualmente, el salario de cotización solo permite comprar 18.8. La diferencia se vuelve muy grande; hay un deterioro real”, dice el economista Luis Ignacio Román, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).

La Inflación No Subyacente del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) es otro factor que ha golpeado a la hora de llenar el tanque, pues de abril de 2017 a abril de 2018, los energéticos tuvieron un incremento de 9.12% a nivel nacional. Es el tercer mayor porcentaje desde 2010, siendo uno de los productos con más aumento en el país. Entre 2016 y 2017, los energéticos se elevaron un 15.88 por ciento.

Sin embargo, esa realidad también tiene consecuencias en el actuar de las personas.

“Ha ocurrido un descenso total en el consumo de litros por parte del consumidor nacional”, observa Jorge Antonio Mejía, investigador del Departamento de Economía del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Poco viable, prometer bajas en costos de hidrocarburos

Las propuestas de los candidatos a la Presidencia de la República, particularmente Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, quienes se han comprometido a bajar el precio de la gasolina si resultan vencedores en los comicios de julio próximo, son, al menos, “difíciles” de implementar, especialmente ante las nuevas inversiones privadas, producto de la Reforma Energética.

“Los precios están sujetos al vaivén de la oferta y de la demanda, y no tanto como se hacía anteriormente, que era por decisión de la autoridad. Si aún fuera así se tendrían que hacer las aclaraciones pertinentes, debido a los compromisos adquiridos a nivel internacional en términos de manejo de combustibles con la Reforma Energética, y su implementación a partir de la liberalización de precios del año pasado”, afirma Jorge Antonio Mejía, académico de la Universidad de Guadalajara.

Considera que, para bajar el precio del combustible, México debe aumentar su producción nacional de gasolinas, cuando en realidad ésta ha decaído en los últimos años. Sólo así, dice, podría advertirse un panorama favorable. Pero hay un problema adicional: “Las inversiones energéticas no se dan de la noche a la mañana, lo cual implicaría que una medida así se adoptaría en tres o cuatro años”, comenta.

En una intención similar se expresa Luis Ignacio Román, especialista del ITESO, quien señala que debe pensarse en un proyecto energético que no abandone las refinerías, tecnologías en ese renglón y nuevos puntos de procesamiento, pues el petróleo seguirá impulsando al planeta por lo menos 30 años más.

“Si simplemente se dice que no habrá gasolinazos sólo mediante políticas de precios, lo veo muy poco factible porque la situación financiera de Pemex es sumamente delicada”.

ANÁLISIS DE LA EMPRESA BLOOMBERG
“Se gasta más dinero en gasolina”

El salario aumenta, pero no tanto como el precio de los combustibles. Según un análisis de la empresa de información financiera Bloomberg, realizado en 61 países con las economías más fuertes del mundo, el gasto anual promedio que hace un mexicano en combustible representa 3.82% de su ingreso. Es el porcentaje más alto de todos.

Lo anterior lo fundamenta en el ingreso per cápita, que en México ronda los ocho mil 200 dólares anuales (poco más de 13 mil pesos por mes). Una estadística que, además, no coincide con la realidad salarial de la mayoría de los mexicanos.

Por ejemplo, si el litro de gasolina cuesta 19.79 pesos y se compra solo uno al día, representa un gasto de siete mil 223 pesos al año, o bien, 601 pesos por mes, sólo para llenar el tanque de combustible. Eso coloca a México hasta arriba en el indicador del primer trimestre de 2018.

Sin embargo, hay casos que dejan muy abajo ese promedio. Jesús Gómez, por ejemplo, es taxista y eso le significa dejar seis mil pesos cada mes en la gasolinera. Obtiene 10 mil pesos mensuales, lo que significa que más de la mitad de sus ingresos se van al tanque de su unidad.

“Se gasta más dinero en gasolina que para tus cosas”, reconoce. “Antes eran como cuatro mil 500 pesos, y (después del gasolinazo) es menos el dinero. Se va comprando de a poquito para solventar lo básico”.

El análisis de Bloomberg también revela que, contrario a lo que se piensa, México no tiene una gasolina tan cara. En Holanda cada litro de gasolina cuesta el equivalente a 35.59 pesos: casi el doble. Hong Kong y Noruega son los punteros en el análisis.

Para dimensionar, mientras en México el salario mínimo es de dos mil 650 pesos, los holandeses con menos ingresos llevan a su hogar el equivalente a 36 mil pesos mexicanos. Son 13.5 veces más.

Luis Ignacio Román, profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), explica que “México no tiene una capacidad de aprovisionamiento de combustibles en un costo adecuado para el consumidor, ni condiciones tecnológicas adecuadas”. En su opinión, no se trata de un problema del Gobierno federal en turno, sino del modelo de gobernanza de hace décadas.

En la relación de gasto salario-combustible, México no sólo encabeza el indicador del primer trimestre de 2018, sino de los dos años anteriores. En esa misma proporción, el porcentaje del sueldo que se eroga en combustible creció de 3.35% a 3.82%. Las estadísticas también reflejan un incremento de 50.83% en el costo del litro de gasolina en los últimos cinco años, pues en el arranque de 2014 estaba en 13.12 pesos, según la misma empresa.

CLAVES
El estudio

Método. Los datos que Bloomberg toma en consideración, y que ubican a México hasta arriba en la relación de gasto en gasolina con el ingreso de cada persona, se fundamentan en los precios de combustible de GlobalPetrolPrices.com y en otras estadísticas medidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).  

Dólares. El ingreso salarial lo toma de acuerdo al ingreso per cápita, valuado en México en unos ocho mil 200 dólares, lo que da como base un salario de poco más de 13 mil pesos mensuales. Para el tema del consumo anual de gasolina, Bloomberg se basa en un cálculo estadístico realizado por la ONU.

Desbalance. Aunque el 3.82% del gasto de cada mexicano en gasolina se fundamenta en el Ingreso Per Cápita que el Banco Mundial (ocho mil 200 dólares anuales), la estadística discrepa con la realidad salarial de la mayoría de los mexicanos, pues según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), apenas 4.6% de la población ocupada en el país gana el equivalente a cinco o más salarios mínimos al día.

Las gasolineras privadas, una alternativa ante los aumentos

Ante el incremento en los precios del combustible, usuarios reportan varias tendencias de consumo como la búsqueda de gasolineras que les brinden “litros de a litro” en estaciones de competidores privados de Petróleos Mexicanos (Pemex), o el uso de transporte privado y compartido para hacer frente a los gasolinazos.

“Antes ponía gasolina cerca de mi casa y me aguantaba ocho o 10 días. Ahora el mismo tanque me dura hasta 13 días yendo a una estación que no es de Pemex, y que me queda de camino”, señala Martín López, comerciante.

Él llena su tanque de gasolina con mil pesos quincenales, pero con la entrada de gasolineras de compañías como British Petroleum, se ha percatado que el combustible se lo despachan con aditivos y “sin robos”. Litros de a litro.

Según Jorge Antonio Mejía, académico del CUCEA, esa tendencia es cada vez más recurrente en Guadalajara. “Existe una acuciosa búsqueda de alternativas; de marcas extranjeras. Con esto, la gente demuestra que está buscando ganarle, en términos relativos, al alto costo: con mayor rendimiento de sus litros de combustible”.

“Ven en esas estaciones mayor garantía de litros de a litro, y al contener un aditivo incluido, los usuarios comentan que tienen un mayor rendimiento”, agrega.

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del 2016, la más reciente (y que no contempla el efecto del gasolinazo de inicios de 2017), indica que los hogares de Jalisco gastan 19.5% de sus ingresos en transporte. De allí la necesidad de acomodar su presupuesto mediante alternativas de movilidad, como los vehículos compartidos.

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