Inyecciones de luz modifican el comportamiento
Funciona a través de una pequeña cinta de luces LED que se inyecta en el cerebro, cumple las funciones de implante y es capaz de estimular zonas del cerebro mediante impulsos de luz
Al contrario de los medicamentos que saturan todo el cerebro, la optogenética representa una nueva oportunidad para la investigación médica del cerebro humano, aunque para ello se requieren nuevas técnicas e instrumentos.
Investigadores de la Universidad de Illinois y Washington desarrollaron una diminuta cinta de luces LED (diodo emisor de luz, en español) que literalmente se inyecta en el cerebro, cumpliendo las funciones de implante y al mismo tiempo es capaz de estimular zonas del cerebro mediante impulsos de luz.
La cinta es lo suficientemente flexible y delgada como para entrar en el ojo de una aguja, mientras que sus LEDs son tan pequeños como el tamaño de neuronas individuales. Por otra parte, en la tira no solo se incluyen diodos emisores de luz a nanoescala, sino también sensores de temperatura y electrodos.
El propósito de este implante es inyectarse en el cerebro para proporcionar una interacción directa con el tejido nervioso, mientras que el procedimiento consiste en programar genéticamente neuronas específicas que responden a la luz.
La cinta conecta los dispositivos a una antena inalámbrica y un circuito rectificador que se alimenta mediante radiofrecuencia. Dicho módulo se incorpora a la parte superior de la cabeza del paciente y puede ser desconectado de la cinta cuando no se esté utilizando.
La incorporación de esta nueva técnica podría ser complementaria al descubrimiento de científicos que encontraron que la estimulación del cerebro con luz láser puede erradicar ciertas adicciones.
Científicos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), en un conjunto con especialistas del Centro de Investigación Ernest Gallo de la Universidad de San Francisco (UCSF), realizaron un experimento que determinó que este tipo de luz en determinada zona del cerebro puede erradicar la adicción a la cocaína.
No obstante, de acuerdo con los estudios realizados en ratones de laboratorio, la nueva terapia también demostró ser capaz de causar el efecto contrario, al convertir los roedores en adictos.
Sin embargo, el hecho de que el cerebro humano pueda ser modificado en su conducta por efecto de estimulación lumínica abre una nueva gama de posibilidades que, al menos en la medicina, puede ser bastante benéfico.