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Templo de la Tercera Orden

A unas cuadras del puente, nos cautivó el maravilloso templo de la Tercera Orden Franciscana. Canteras grises forman un arco de medio punto para enmarcar la puerta principal

Una soleada mañana, mi familia y yo nos dirigimos a Sayula. Luego de ver los plantíos de alfalfa y los parajes contrastantes de arena y agua de la laguna, entramos por la calzada del Ejercito al poblado de las cajetas y de los cuchillos. Pasando la plaza continuamos rumbo oeste, nos detuvimos a mirar el arroyo Agua Zarca, que murmuraba cierta dicha de atravesar por la bizarra población del anima. Crecido el arroyo, los sayultecos no podían pasarlo y fue menester construir un puente, que al correr del tiempo se le conoció como puente del Santuario, que en dos ocasiones (1852 y 1863) fue afectado por el arroyo. El arroyo después de su encuentro con Sayula, se pierde con gracia en el extenso lecho de la laguna de igual nombre.

A unas cuadras del puente, nos cautivó el maravilloso templo de la Tercera Orden Franciscana. Canteras grises forman un arco de medio punto para enmarcar la puerta principal, unas basas aledañas sostienen dos finas columnas redondas con capiteles corintios. Arriba del arco se asoma un precioso nicho enconchado con un elaborado santo, San Roque con su fiel perro. Enseguida se encuentra la ventana coral, vertical y con bonito marco, la profundidad de la ventana nos delató el buen grosor del muro. Sobre la ventana esta una media almena en cada esquina y entre ellas un medallón, sobre la sencilla cornisa posan dos almenas y su forma arqueada nos indicó que la bóveda era de cañón.

Del lado izquierdo apreciamos el hermoso campanario, es de planta cuadrada y de un solo cuerpo, con cuatro delgadas columnas en cada esquina y un vano arqueado en medio punto por cara. Fue rematado por un elegante bulbo que emerge de un pedestal, y cada esquina fue animada por una almena. Las fachadas laterales, simplemente fueron embellecidas por insólitos contrafuertes arqueados. La obra fue realizada por los franciscanos menores o descalzos. Los hermanos franciscanos están conformados por: los frailes primeros, las hermanas Clarisas y los terciarios. En 1978 la Tercera Orden Franciscana cambio al nombre, Orden Franciscana Seglar u Orden de Franciscanos Seglares. 

Federico Munguía nos dice: “El hermoso templo de la Tercera Orden Franciscana, situado en el atrio del santuario de la Virgen de Guadalupe, por incuria y efectos del tiempo y las revoluciones, esta en peligro de venirse abajo, por lo que fray Antonio Salazar, guardián del convento, proyectó una total reforma cambiando su antiguo techo por un embovedado más seguro. Sabedora de ello, doña Paula Gutiérrez se comprometió a cubrir todos los gastos de la reparación. Con esa seguridad el fraile mandó quitar el techo, pero no bien lo había hecho cuando falleció la benefactora y la obra nunca ha podido llevarse a cabo. Continua hasta hoy descubierto y convertido en ruinas, siendo aun así un adorno en el sitio donde se encuentra”.

Enseguida de contemplar la edificación de agradables formas dimos unos pasos para conocer el santuario.      

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