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¿Por qué cumplir los Mandamientos?

El Mandamiento de Jesús es uno solo, pero no por eso es sencillo ni fácil

     Si nos remontamos en la historia, nos vamos a dar cuenta de que hace ya miles de años que Dios dio los diez Mandamientos al pueblo de Israel... Y nosotros, tan avanzados, tan modernos, pudiéramos afirmar que ya de tan antiguos son obsoletos, que ya no tienen vigencia ni obligan.

Sería un fatal error. En aquel entonces Dios dijo a Moisés: si cumplen mis mandamientos, tendrán vida.

     Y tener vida es algo muy diferente a vegetar, a arrastrar la existencia como un trapo sucio... Vivir plenamente es poder alzar la vista y contemplar el mundo y las cosas con ojos nuevos cada día, como las mira Dios.

¿Por qué cumplir los mandamientos?

     Porque te conviene, sin más... Dirás que lo que más te conviene es aprovechar todo cuanto se te presenta. Y si te ponen enfrente un delicioso pastel, te sientes obligado a devorarlo, aunque después sufras las consecuencias de una indigestión o algo peor...

     Ten por seguro que a Dios no le importa si cumples o no, pero a ti sí te conviene cumplir, porque es importante no salirse de la órbita de Dios, de su amor, de la gracia que se nos comunica al estar con Él.

El Mandamiento de Jesús

     Si me vienes a decir que los Mandamientos del Antiguo Testamento están ya superados, no me quedará más remedio que decirte que sí, efectivamente, Jesús los sustituyó por un solo y único Mandamiento, que es el que debemos cumplir, si queremos ser de los que participan de su Reino y gozar de la vida que Él promete.

     El Mandamiento de Jesús es uno solo, ciertamente, pero no por eso es sencillo ni fácil, porque hay que cumplirlo al pie de la letra y tiene sus grados, como una escalera por la cual hay que ir subiendo.

Amar al prójimo como a uno mismo

     El primer peldaño, el más elemental, es amar al prójimo como a ti mismo.

Pero bien cabría preguntar:

¿Amas de veras a tu familia?

¿Les valoras y cuidas como es tu deber?

¿Amas de corazón a los que están más cercanos a ti?

¿Sabes de verdad y claramente lo que es el amor?

¿Amas y respetas la vida de los demás?

¿Cuidas la naturaleza, el entorno con todas sus expresiones de vida?

Amarse uno mismo

     Si vamos más adelante, también cabe la pregunta: ¿Te amas a ti mismo?

     ¡Mentira!

     Si te amaras no cometerías agresiones que te perjudican corporal o espiritualmente.

     Si te amaras apreciarías tu ser y tu vida en una justa dimensión, sin empequeñecerte y sin sobrevalorarte por encima de la verdad, y casi siempre con detrimento de los demás.

     Si te amaras cultivarías con esmero todos los ámbitos de tu persona, sin descuidar ninguno, ni el aseo corporal ni la limpieza espiritual; procurarías alimentar tu alma con la oración y los sacramentos, lo mismo que nutres tu cuerpo con alimentos sanos y menos chatarras.

     Pero si ni siquiera te amas a ti mismo...

¿Cómo puedes amar a los demás?

¿Cómo puedes decir que amas el mundo y la vida?

¿Cómo podrías afirmar que cumples el Mandamiento de Jesús?

¿Por qué cumplir los Mandamientos?

     Si no cumples el Mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo, entonces te toca, por lo menos, cumplir lo más básico que son los Mandamientos del Antiguo Testamento, los que Dios entregó a Moisés en el Sinaí.

     Por lo menos cumpliendo éstos tendrás asegurada la vida plena, la alegría y la elemental felicidad.

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María Belén Sánchez fsp

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