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Milpa Alta, el pulmón capitalino

Uno de los rincones de la capital que puede presumir con orgullo sus raíces naturales

GUADALAJARA, JALISCO (25/ENE/2015).- Renovar el aire de los pulmones es una actividad cotidiana en Milpa Alta, ese rincón verde que endulza a la Ciudad de México durante todo el año. Este sitio, que da nombre a una de las 16 delegaciones de la capital del país, es ideal para quien gusta de adentrarse a la Naturaleza y escapar del bullicio citadino.

Presente en el área sudoriental de la metrópoli, Milpa Alta se destaca por ser una zona de montañas y volcanes que brindan un panorama único, refrescante y perfecto para ejercitar al cuerpo, desde calmadas caminatas a través de sus sederos floreados o por qué no, hasta dejarse seducir por la adrenalina de los deportes extremos que invitan al rappel y ciclismo profesional.

No se necesitan grandes sumas de dinero para poder vacacionar en este sitio, pero sí al menos un tercio de días para explorar a la perfección cada centímetro de sus fértiles tierras en las que especies como el oyamel, encino, tepozán, pino y ocote, han encontrado el hogar perfecto para presumir de sus enormes follajes.

Quizá resulta extraño decir que para disfrutar del bosque hay que acudir a la Ciudad de México, pero lo cierto es que Milpa Alta es el más puro ejemplo de cómo la gastronomía y la artesanía ancestral han protegido a un poblado de ser carcomido por la creciente urbanización de la capital mexicana.

Ejemplo de ello es el tradicional mole de Milpa Alta, que desde 1927 comenzó a marcar su identidad con un peculiar sazón que dio por resultado la variación roja del platillo, justamente en el corazón del mercado de La Merced en la comunidad de San Pedro Atocpan, como atestigua la web www.milpa-alta.df.gob.mx

Ya para la década de los cincuenta, Milpa Alta se posicionó como uno de los sitios mexicanos que se distinguían por un legado culinario digno de competir a otras prestigiadas ciudades ricas en recetas como Guadalajara, Puebla y Oaxaca. De esta forma, es como la delegación capitalina hizo de la venta y fabricación del mole uno de los principales ingresos económicos de los habitantes.

Libertad total

Aunque solamente se tenga la oportunidad de visitar Milpa Alta por un par de horas, será importante aprovechar cada segundo en las múltiples actividades recreativas que están a disposición del visitante.

Si lo que se busca es solamente disfrutar de la frescura y aroma de los árboles, bastará con emprender una caminata en familia y acurrucarse en la sombra del follaje cuando sea la hora de comer.

Y es que para comprender la magnitud de este espacio, es necesario saber que Milpa Alta posee la extensión boscosa más grande de la Ciudad de México, territorio suficiente como para complacer los deseos de aquellos huéspedes que quieren mover el esqueleto en los diversos circuitos ciclistas y de cabalgata, además de ofrecer seguras áreas para acampar en medio de la Naturaleza.

Y que mejor forma de apreciar la tranquilidad del ambiente al ser custodiado por un par de volcanes que cobijan a la extensión, como lo son el volcán Tláloc, el Cuauhtzin, el Chichinauhtzin, el Acopiaxco, el Tetzcacoatl, el Ocusacayo, el San Bartola y Teutli, por ejemplo.

Tanta es la importancia que Milpa Alta rinde a su tierra y tradiciones, que en los últimos años, la localidad ha retomado los ancestrales baños de temazcal con fines relajantes y curativos para quienes ansían un momento para revitalizar los músculos, exfoliar e hidratar la piel, y disfrutar de un silencio completamente armonioso y reflexivo
Paseo El lado más rural del Distrito Federal

Corazón Antiguo

Aunque el principal atractivo de Milpa Alta son los árboles, esta localidad cuenta con una estampa arquitectónica que remonta al paseante a las antiguas calles empedradas de la época colonial, en especial si se visitan emblemáticas fincas de estilo virreinal que datan del siglo XVI al XVIII y que cuentan con el respaldo y cuidado total del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Si de comida se trata, Milpa Alta también destaca por la variedad de salsas y consomés que surgen de recetas maestra como el pipián y adobo, que no dudan en mezclase a otros típicos platillos como los tamales de frijol y la barbacoa de horno.

Tampoco se quedan atrás los nopales, tesoro natural del suelo capitalino, que gracias a la riqueza de sus campos ha convertido a la zona como la principal en la producción de nopal a nivel nacional, concentrada en San Lorenzo Tlacoyucan.

Tampoco hay que olvidar las 176 festividades y verbenas populares propias de Milpa Alta, entre las que sobresalen ferias dedicadas al mole, gastronomía popular, la barbacoa, el elote, los juegos autóctonos y el peculiar concurso de globos de cantoya, entre otras reuniones que visten de color, aroma y sonoros prehispánicos hasta el último rincón de la zona.

TRASLADO

¿Cómo llegar?


Si ya te encuentras en la Ciudad de México, es posible trasladarse fácilmente a Milpa Alta en transporte público y en auto particular.

Por ejemplo, desde el Zócalo, es partir desde Av. José Maria Pino Suárez y calzada de Tlalpan hasta llegar al punto de la Taxqueña y seguir por Canal de Miramontes hasta la Glorieta de Vaqueritos, luego al Deportivo Xochimilco, después Nativitas y posteriormente San Gregorio Atlapulco.

Siguiendo la ruta hacia la carretera federal Xochimilco – Oaxtepec habrá que tomar el desvío en el kilómetro 28 ½ a la altura de San Pedro Atocpan para finalmente llegar Milpa Alta.

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