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Las grandes ruinas mayas del Sur

El asentamiento prehispánico está constituido por cuatro grupos arquitectónicos de enorme monumentalidad


GUADALAJARA, JALISCO.- Esta región era entonces una de las más pujantes del mundo maya, y los vestigios de aquel periodo confirman que sus ciudades fueron extensas y contaron con sofisticados centros ceremoniales y grandes áreas residenciales.

Estuvieron dotadas de amplias obras de infraestructura como caminos, canales y sistemas artificiales de captación de aguas, y claro, su cultura desarrolló un arte majestuoso.

Al parecer, esta, más que una ciudad maya aislada, fue una gran "zona conurbada", puesto que hay varios grupos de enormes construcciones contemporáneas.

Se trata posiblemente del asentamiento más grande e importante del Sur de Quintana Roo, habiendo competido en dimensiones y poder político con sitios como Calakmul, en el vecino Estado de Campeche. La belleza y monumentalidad de sus edificios documentan la complejidad del sistema sociopolítico maya de la región, y constituyen un excelente ejemplo del desarrollo arquitectónico de la zona.

Acerca del lugar y su nombre
El enorme asentamiento conocido como Dzibanché ocupa una extensión de poco más de 40 kilómetros cuadrados, dentro de la que se localizan diversos conjuntos arquitectónicos de enorme monumentalidad y calidad constructiva.

El nombre original del asentamiento se desconoce, y el de Dzibanché es el nombre con el que Thomas Gann bautizó al sitio durante su visita de 1927; significa literalmente "escritura sobre madera" y hace alusión al dintel de madera que aún se conserva en el Edificio VI.

El sitio
El asentamiento prehispánico está constituido por cuatro grupos arquitectónicos: Tutil, Lamay, Kinichná y Dzibanché, de los cuales sólo los dos últimos han sido parcialmente explorados y pueden ser visitados.

El recorrido por el conjunto Dzibanché inicia con el Edificio VI o Templo de los Dinteles, un edificio relativamente aislado, cuya primera etapa constructiva conserva un basamento con cuerpos ornamentados con un diseño de talud y tablero similares a los construidos en Teotihuacán por esos tiempos.

En la porción superior puede verse un templo bien conservado, y correspondiente a la segunda etapa constructiva, en el que destaca un dintel de madera con la fecha 554 d.n.e.


Continuando el recorrido se llega hasta la plaza Gann, nombrada así en recuerdo del primer visitante académico al sitio. En esta zona se conserva una serie de edificios de diversas funciones y temporalidad, entre los que por supuesto destaca el Edificio II o Templo de los Cormoranes, que es un gran basamento de planta cuadrangular sobre el que se encuentra un templo de excepcional altura y estrechez, complementado por unos pequeños tapancos en sus extremos; sobre este templo pueden apreciarse los restos de una crestería, que en su tiempo habría estado estucada y profusamente decorada.

Es interesante señalar que en el interior del basamento se encontró un sistema de tres cámaras abovedadas, una de las cuales resguardaba los restos de un personaje de alto status, acompañado por una ofrenda que incluía diversas piezas de cerámica, entre ellas, el vaso policromo que da nombre al edificio, así como una máscara de jadeíta y diversos ornamentos del mismo material.

Complementando la distribución de la plaza Gann se encuentran las estructuras 10, 11, 12 y 14, que corresponden a edificios residenciales construidos durante el clásico tardío y terminal (600-1000 d.n.e.), así como el Edificio XIII o Templo de los Cautivos, donde se encontró un basamento con varias etapas constructivas (la primera del clásico temprano), en que destaca una escalera construida hacia 850-1000 y en la que se emplearon grandes bloques de piedra desmontados de otra estructura más antigua (el clásico temprano).

Estos bloques están grabados con diversas representaciones de cautivos acompañados de textos glíficos que hacen referencia los nombres de los personajes, así como a un enfrentamiento bélico que aparentemente habría tenido Dzibanché con Calakmul.

El arreglo de la plaza se complementa con el Edificio XVI o Templo de los Tucanes, que es también un edificio con una larga secuencia constructiva, en el que destaca la arquitectura del clásico temprano y las posteriores renovaciones que en él se hicieron.

Caminando hacia el extremo Noreste de la plaza Gann puede accederse a la plaza Xibalbá, que funcionó como el centro principal de la ciudad desde tiempos muy tempranos. Es posible que el trazo original de la plaza corresponda al preclásico tardío (200 a.n.e), aunque las estructuras que hoy pueden verse comenzaron a ser construidas en el clásico temprano (200 d.n.e.).

La estructura principal de la plaza es el Edificio I o Templo del Búho, que es una construcción con al menos tres etapas constructivas; la más notable muestra las típicas molduras en delantal características del clásico temprano. En la porción superior del basamento se encuentra un templo de una sola crujía y equipado con una banqueta.

Dirección y vías de acceso
Se localiza 81 kilómetros al Noroeste de la ciudad de Chetumal. Se accede a él siguiendo la carretera federal 186 Chetumal-Escárcega y en el kilómetro 58 debe tomarse la desviación de 14 kilómetros que conduce al poblado de Morocoy; al llegar a este poblado, continuar 2 kilómetros por el camino que va hacia San Pedro Peralta y doblar a la izquierda en el punto marcado por los señalamientos.

 El camino de terracería de 7 kilómetros que parte de este punto, conduce directamente al sitio.
La cuota de acceso es de 16 pesos y el horario de visita de 8 a 17 horas, de lunes a domingo.

El sitio cuenta con una unidad de servicios con estacionamiento, sanitarios y una área para la expedición de boletos. En la ciudad de Chetumal pueden contratarse los servicios de guías certificados, que ofrecen sus servicios durante las horas de visita.

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