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La Media Luna

San Luis Potosí ofrece una rica cultura, arquitectura e historia para todos los visitantes

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2014).- Al Norte de Laguna Charco de Plata, al Noreste de Laguna Tlacotes, al Sureste de Laguna Jabalí y al Suroeste del Balneario los Anteojitos, se encuentra la sensacional, “Laguna Manantial la Media Luna”, agua por doquier. Un viernes de tantos, Nicolás, Marisol y yo, partimos emocionados al clarear el día, rumbo a San Luis Potosí.

Nos encaminamos por la autopista a Lagos de Moreno, en el último tramo, en una bifurcación se dejó de anunciar Lagos y en su lugar apareció: “México-Guanajuato-Aguascalientes”. Poco antes de Lagos, nos desviamos por el libramiento a mano izquierda, para luego seguir por el autopista a la ciudad de San Luis Potosí, unos llanos con matorrales y yucas nos dieron la bienvenida al fascinante Estado de San Luis Potosí.

Al llegar a la capital, seguimos la Avenida Salvador Nava Martínez, atisbamos torres y cúpulas del centro histórico, después de muchas edificaciones, viramos a la derecha, en la Avenida Universidad, que se une a la carretera que conduce a Rioverde, el camino fue serpenteando y subiendo al Valle de los Fantasmas (por sus piedras blancas), cubierto por diversas coníferas añejas. Más adelante vimos unas bizarras piedras blancas, rajadas vertical y horizontalmente, pero solidas, una parecía un elefante. Enseguida apreciamos la capilla de San Francisco, el marco de la puerta, en arco de medio punto, sobre capiteles toscanos, arriba de la cornisa, la ventana coral, ligeramente arqueada y con un nicho vacio por costado. Del lado derecho posa el campanario, de dos cuerpos, rematado en cúpula con linterna.

El interior, de una nave, con cúpula octagonal y linterna, en el altar el verdadero hermano. En el crucero a San Nicolás Tolentino vimos unas añejas trojas. Posteriormente se dejó ver el precioso Río Verde, que dio nombre a un poblado.

Nos estábamos adentrando a la Huasteca Potosina, zona que desciende por la pendiente marítima de la Sierra Madre Oriental, hasta la bahía del Golfo de México, comprendiendo parte de San Luis Potosí, Puebla, Veracruz, Hidalgo y Tamaulipas, lugar que fue habitado por los huastecos. Región abundante en lluvias y de valles agrícolas, y de agostadero.

Pasando Las Adjuntas, giramos a la derecha, para El Refugio, donde miramos una escultura del genuino revolucionario, Emiliano Zapata, montando un corcel. Luego vimos el casco del ingenio “El Jabalí”, la oficina con bonitos vanos, esbeltos y arqueados, los portones de la hacienda con gruesas columnas, rematadas por almenas esféricas.

A corta distancia fuimos maravillados por canales turquesa, bordeados por raíces de sabinos y de pinos, el agua en movimiento suave, pero constante. Estábamos en un fantástico paraíso, llamado, “La Media Luna”. Recorrimos pausadamente por los fabulosos canales, y llegamos al manantial mayor (hay seis, que emergen de nacimientos crateriformes), que es una hermosa laguna en forma de media luna, acompañada por gruesos árboles, una media luna de diversos azules, que se enfatizaban al descubrirse el sol.

Nos sentamos en una barbicana a contemplar el vibrante vaso azul, nítido, con un animado fondo verde salpicado por peces, en la superficie patos. Luego nos tiramos un clavado para percibir la frescura de aquella diáfana agua. Nos sumergimos para admirar sus plantas y sus peces, que disfrutaban del antiguo cráter, al igual que nosotros. Se estima que fluyen 6 mil litros de agua turquesa por segundo, aguas que manan de la Sierra de Álvarez.

El manantial ostenta de una cueva, a unos tres metros de profundidad, con una longitud de 50 m., con perforaciones al cielo, que brindan luz al espacio. Se ofrece equipo y asesoría de buceo, el instructor es guía a la vez. La laguna cuenta con 36 m. de profundidad. Surcar las profundidades de La Media Luna, en luna llena, es una vivencia peculiar, momentos de hechizo, cuando se besan las lunas. Después del inolvidable baño, degustamos unas ricas enchiladas rioverdenses en el comedor del parque, que provenían de la cocina de, “Las Gordas”, mientras mirábamos el canal próximo, azul, azul turquesa.

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