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Catemaco y su tierra espiritual

El pueblo veracruzano se envuelve de misterio, aroma y textura en la selva, donde los chamanes te conectan a la Naturaleza

CIUDAD DE MÉXICO (20/MAR/2011).- Todos los días, a las seis de la mañana, las campanas de la iglesia repican una y otra vez anunciando que la vida cotidiana ha comenzado. Dicen los brujos que es una forma de agradecer por tener un día más de vida en Catemaco, Veracruz.

Aquí el primer paso es el encuentro con la Naturaleza. En el Embarcadero del Brujo zarpan lanchas para recorrer el Tegal: la Isla de las Garzas y la Isla de los Monos, donde según la leyenda la Virgen del Carmen se apareció. El precio del paseo en lancha para seis personas es de 450 pesos durante dos horas.

Sin lugar a dudas, lo que más caracteriza a Catemaco son las populares “limpias”. Por lo general, los visitantes de este paraíso místico acuden a los taxistas para que sean llevados a la calle Gueixpal, donde don José se dedica a la magia blanca y a las “rameadas”.

Sus peculiares rituales giran sobre las limpias con hierbas para alejar a las “malas vibras”; y aunque estas actividades son más espirituales, las “rameadas” cuestan desde los 350 pesos, además de una amplia variedad de amuletos para proteger a la paz interior.

Según los propios habitantes, el mejor mes para acudir a estas prácticas es durante marzo.

El misticismo, el esoterismo y la espiritualidad se realizan a la vista de todos. Los brujos del pueblo se reúnen para compartir sus conocimientos a través de conferencias y demostraciones en público.

En el pueblo

A la hora de la comida, Catemaco  se convierte en un festín instantáneo para el buen provecho del comensal.
A lo largo del malecón se ubica la zona de restaurantes, de los lugares más recomendados están los restaurantes Tierra de Tucanes y La Changada, las especialidades que enamoran al paladar son los famosos tegogolos, que son caracoles servidos con pico de gallo y salsa brava.

Pero si el reto es quitar la sed, en la región de Los Tuxtlas se da un fruto llamado chagalapoli. Elemento pequeño y ácido que se prepara principalmente en agua. Esta bebida es de color rojo y su sabor es similar a la flor de jamaica, durante los meses de marzo y abril es la mejor  temporada para consumirlo.

Con el estómago satisfecho, el postre protagonista es el nache: dulce de camote y coco con piña, que se encuentran en cualquier punto de la calle con las vendedoras llamadas “las canasteras”.

Recuerdos y descanso

Aún instalado en el pueblo, el turista puede hacer las compras de recuerdo. La artesanía se regocija de una extensa variedad. Las mujeres se dedican a elaborar sombreros, tapetes, abanicos, collares, lámparas y bolsas con lirio acuático. La venta de estos artículos se realiza en la plaza principal de Catemaco.
Cerca del pueblo está la laguna de Sontecompapan, aquí se puede acampar y hacer recorridos para observar aves y senderismo en medio de la selva. La renta de casas de campaña tiene un costo de 100 pesos por noche.

Tras el “viejo”

La fiesta más grande de Catemaco se realiza en el mes de diciembre. En las calles se persiguen a jóvenes y viudas disfrazados de viejitos, con la finalidad de despedir al año que termina de una forma simbólica.

Sin toxinas

Los habitantes recomiendan combinar esta espiritual experiencia con un temazcal de hierbas aromáticas, un baño de lodo mineral y un masaje. En el centro de Catemaco existen diferentes locales que ofrecen paquetes de relajación desde los 400 pesos.

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