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Alóndiga considerada puerta de oro del Bajío

Una de las más bellas construcciones civiles de la ciudad, arquitectura de fines del siglo XVII

La Casa del Diezmo también cuenta con historia propia. Esta casa la construyó don Hernán Pérez Bocanegra, uno de los tantos soldados que vinieron con Hernán Cortés. Tuvo muchos personajes importantes que la ocuparon como casa habitación, con el paso del tiempo fue oficina de recaudación, que se pagaban a la iglesia (diezmo), después fue ocupada como instalaciones del hotel Solís. Siendo presidente de la República don Plutarco Elías Calles, se estableció ahí el Banco Agrícola y Ejidal.

Conocida anteriormente como Alhóndiga, en un principio desarrollo la función de aduana real con la supervisión ininterrumpida del notario real, actividad por la cual Celaya adquirió el calificativo de “Puerta de Oro del Bajío”; a la vez la alhóndiga era despensa de granos y semillas para los agricultores y hacendados de la alcaldía y más tarde intendencia de Celaya.

En la Casa del Diezmo sé vio con un movimiento inusitado. Llevaron yunques, martillos, balanzas, romanas, pues era una cantidad increíble de plata que se iba a quitar, inclusive la plata que estaba convertida en vajillas, también se tomaría en cuenta. En los patios de la Casa del Diezmo se convirtió en patios de asoleadero para aquella riqueza, la cual era vigilada día y noche por los dueños.

Todo se hacía ante la presencia de notario. Desde un principio que el correo del Virrey llegó con la caja que contenía el sello, hubo de levantarse una acta. EL encargado que desde la capital de la Nueva España traía a su cargo el sello, se llamaba Bartolomé Baeza, el cual, tan luego recibió los documentos que le firmaron, se regresó a dar cuenta al Virrey que su encargo se había cumplido y el real sello estaba bajo el resguardo del Alcalde Mayor de Celaya.

Todos los meses que duró el acarreo de la plata, tanto los caminos como la ciudad y principalmente la Alhóndiga estuvieron muy bien vigilados y los arrieros que venían a esta ciudad a surtirse de granos y semillas; se daban cuenta del movimiento tan grande del precioso metal, pues las monedas que en épocas anteriores se habían fabricado provisionalmente, con cincel y a golpe de martillo, para facilitar las transacciones comerciales, casi era difícil quitarlas, porque las habían dividido mucho y en esos casos las pesaban en la báscula y levantaban actas para certificar que el propietario había pagado el quinto al Rey.

Durante el siglo XVIII la propiedad pasó a ser del conde Domingo de Rábago, suegro de Luis Cortazar.

Uno más de sus usos fue el de hotel "Solís", por donde se vio pasar a miles de personas.

En el siglo XX, después de ser temporalmente escuela durante los primeros años de la Revolución, en el gobierno de Plutarco Elías Calles, el edificio fue sede del Banco Agrícola de Crédito Ejidal. Eventualmente fungió como albergue para los damnificados por las inundaciones.

En el año de 1970 fue adquirido por el gobierno estatal, en el periodo de Manuel O. Irigoyen, pasando enseguida a ser patrimonio de la comunidad celayense. Fue destinado a ubicar un espacio cultural. Albergó por un tiempo a la Casa de la Cultura, en lo que se realizaban una serie de reparaciones a las instalaciones del ex convento de los agustinos.

Hoy en día funge como museo y archivo histórico municipal de igual manera es una unidad dependiente a la Casa de la Cultura de Celaya. Destacan en su arquitectura sus bellos dinteles de cantera, sus magníficas puertas y ventanas que datan del siglo XVII.

Archivo Municipal
En 1976, estando como presidente municipal de Celaya el Lic. Manuel Orozco Irigoyen, se determinó que en la Casa del Diezmo se instalara el archivo municipal, ya que toda documentación se acumulaba en la propia presidencia y se metían en habitaciones húmedas o de poca ventilación, lo cual no conservaba los papeles. El licenciado Orozco Irigoyen nombró al Sr. Enrique Jiménez Jaime como cronista de la ciudad y encargado del archivo, y en 1977 se realizó el cambio de la documentación que existía en la presidencia.

Fue en 1989, durante la administración de Javier Mendoza Márquez, que Beatriz Acevedo Buchanan fue invitada a colaborar como directora de Casa del Diezmo. Conjuntando un excelente equipo de trabajo, se dio a la tarea de trabajar arduamente para reforzar los cimientos de lo que sería el Centro Cultural Casa del Diezmo. Durante ese periodo se realizaron importantes actividades en el área académica aumentando el número de talleres, ya que anteriormente sólo existían tres, asimismo el número de alumnos considerablemente.

El Centro Cultural Casa del Diezmo recibió el Distintivo Guanajuato Crece en julio del 2001, que lo acredita como una Institución avanzada y de excelencia a nivel estatal.

Actualmente, hay otras oficinas, una biblioteca, un pequeño museo, la Delegación de Turismo, y como centro educativo de diversas artes: danza, música, ballet, pintura.

Su domicilio es Benito Juárez No. 204, Centro, tel: (461) 613-2765.



Hilda Ortiz Vargas
hilortiz@informador.com.mx

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