Esta vez: lo siento, no es suficiente

Francisco López chocó su auto contra el muro en tres ocasiones, su intención: tirar la pared y rescatar a los niños de la guardería ABC que, atrapados, sin puertas de escape, se asfixiaban. Un acto ciudadano heroico en contraposición de los actos de negligencia y corrupción que desde las varias instancias de Gobierno se han ejercido, dejando a las guarderías y, sobre todo, a los niños, hijos de las madres trabajadoras, en manos de la ambición privada y del disimulo cómplice de una normatividad muy laxa y de autoridades muy irresponsables. 

Porque la historia de esta tragedia es una suma de negligencias y corrupciones: salidas de emergencia, como en muchas instalaciones de servicio al público, cerradas con llave; y,  en el caso de la guardería ABC, Daniel Karam, director del IMSS, señaló que, además: una de las puertas era falsa.

La guardería estaba “habilitada” en una bodega abandonada, seguramente porque quienes hacen negocio con la subrogación del IMSS, pagada con las cuotas de los trabajadores, les resulta adecuado almacenar a los niños, en lugar de atender su cuidado… Una falta de ética que no tiene disculpa. Una irresponsabilidad que debe ser castigada.

Una guardería que hace pocos días había pasado “bien” la inspección de seguridad reglamentaria…Y aquí la otra culpa: el Gobierno de Fox bajó los estándares de seguridad y calidad de las guarderías, en ese recortar del presupuesto a la atención a la población, para desviarla a menesteres más personales… Un acto que debe ser ventilado y sancionado. Una normatividad que debe ser cambiada, a la brevedad, antes de tener más tragedias como la ocurrida.

Porque la guardería estaba, absurdamente, albergando una bodega de archivo muerto de la Secretaría de Hacienda, seguro para que los dueños del inmueble pudieran redondear sus ingresos.

Guardería que estaba junto a un depósito de llantas, como para atizar cualquier fuego, y dicen que no saben cómo se propagó tan rápido… Será porque no quieren reconocer la serie de errores hechos con la participación de muchos, todos parte de un sistema de corrupción que tiene a la población agredida y, hoy, además en un triste luto.

Murrieta Gutiérrez, procurador de Justicia de Sonora, expresó: “Si yo ya tuviera a algún responsable, ya lo tendría arraigado”, y se le toma la palabra, porque esta tragedia resulta una evidencia clara de la falta de cuidado que desde muchas instancias se hace a la infancia en México; un hecho, con muchos actores de todos niveles que debe tener ejemplar castigo.

Esta vez, la frase: lo sentimos, no es suficiente; el que los gobiernos paguen los entierros no basta, ni previene más accidentes; entonces, el pagar la hospitalización de los niños quemados no es una dádiva, sino una obligación. Porque esta tragedia se pudo evitar; porque la vida de los 44 niños fallecidos nada la recupera; porque los niños que lograron salvar su vida y hoy están en tratamiento, transitarán un muy doloroso trayecto de curaciones e injertos para, quizá, recuperar algo de la normalidad que les arrebató el exceso de irresponsabilidad y ambición. Y luego hay quienes se preguntan por qué el ciudadano ya no confía en sus autoridades…

LOURDES BUENO / Investigadora de la UdeG.
Correo electrónico: lourdesbueno03@yahoo.com.mx
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