Dos años

ENTRE VERAS Y BROMAS             

También en eso salieron los panistas discípulos aventajados de los priistas: cuando se trata de evaluar ejercicios de Gobierno, lo que tienen de severos con el adversario, lo tienen de complacientes consigo mismos. Humanos al fin --mucho menos angelicales de lo que prometían ser cuando se limitaban a ser oposición, pues--, son mucho más proclives al narcisismo que a la autocrítica. Queda claro, entonces: están hechos del mismo barro.

-II-

A un año de que concluya su ejercicio como alcalde de Guadalajara, difícilmente se darán en ese breve período las condiciones para el juicio histórico de la labor de Alfonso Petersen Farah. Él mismo lo dijo la noche del lunes, al rendir su segundo informe: “La Guadalajara del futuro está en plena construcción”...

Para bien o para mal, así es. A diferencia de sus antecesores del mismo signo político (César Coll Carabias, Fernando Garza Martínez, Francisco Ramírez Acuña, Héctor Pérez Plazola, Emilio González Márquez y Ernesto Espinoza Guarro, interinatos incluidos), Petersen hipotecó su prestigio político al parteaguas que serán los Juegos Panamericanos de 2011 --en la próxima administración--; afrontará en su primera etapa el impacto que genere la operación del Macrobús, y pasó --él sí-- de las palabras a los hechos en el capítulo de la mejoría de la imagen urbana, mediante la renovación de  banquetas en el primer cuadro.

-III-

Petersen, hasta donde alcanza a percibirse, ha pensado más en la ciudad y en sus habitantes que en su futuro personal inmediato en la gran carpa de la política. Las consecuencias de las acciones que ha emprendido y de las medidas que ha impulsado, sólo podrán aquilatarse a mediano y largo plazo. La evaluación de su ejercicio, por tanto, quedará en suspenso... En todo caso, va quedando la sensación de que el actual alcalde, a diferencia de tantos y tantos colegas suyos que se limitaron a nadar “de muertito” a su paso por la Presidencia Municipal, puede dejar --para bien o para mal: un día se sabrá...--, además de su vera efigie en la pinacoteca contigua a su oficina, huella de su paso en la fisonomía de la ciudad... y en la manera de vivir de sus habitantes.
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