México
Trigo sin paja
Sólo la crisis de los misiles en Cuba puso en peligro la paz que se preservó cuando Kennedy y Jruschov se detuvieron al borde del abismo
Estamos frente a una nueva época y una realidad diferente; es el inicio de otro período histórico fundacional como lo que en el pasado antecedieron a la Edad Moderna, misma que se cimentó en varios hechos históricos fundamentales: La Paz de Westfalia en 1648, que puso fin a las guerras religiosas; La Revolución de Independencia norteamericana en 1776, y la Revolución Francesa en 1789 que proclamaron la universalidad de los derechos humanos; la Guerra de Secesión norteamericana que dio fin a la esclavitud; Francia tuvo que vivir la época de terror y el bonapartismo, antes de que los países de Europa agraviados por Napoleón, acordaran en el Congreso de Viena restaurar el viejo orden monárquico (1815).
La paz en el siglo XIX sólo fue interrumpida por la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871). La Primera Guerra Mundial (1914-1918) desembocó en el Tratado de Versalles que dio origen a una paz efímera que provocó la Segunda Guerra Mundial, y al importantísimo acto fundacional que nos ha regido durante medio siglo: la creación en San Francisco (1945) de la Organización de las Naciones Unidas que mantuvo la paz durante medio siglo, a pesar de sucesos ocasionales como Checoslovaquia, Santo Domingo, Polonia y Panamá.
Sólo la crisis de los misiles en Cuba puso en peligro la paz que se preservó cuando Kennedy y Jruschov se detuvieron al borde del abismo.
El presidente Bush en su enajenación, consideró al derrumbe soviético como triunfo de los Estados Unidos, sin percatarse que en el mundo se conformaba con autonomía una gran realidad global: China, la India, Europa, Rusia, Japón y Brasil, que se yerguen frente a la disipación del poder norteamericano desprestigiado mundialmente por su fracaso en Iraq.
Hoy, en las preocupaciones mundiales, ocupa el primer plano la supervivencia del planeta mismo, el calentamiento global, las tremendas desigualdades, la pobreza y la veloz revolución tecnológica, y la reforma de las organizaciones internacionales para darle nueva legalidad a una nueva realidad.
Frente a la fundación de una nueva e inquietante etapa de la historia moderna ¿sabremos tener decisión al margen de facilismos ideológicos para conformar en un difícil mundo globalizado una sólida esperanza a la angustia humana?
*
Poco antes del amanecer, cuando apenas en el horizonte hay un asomo de luz, no pocas veces he escuchado una escala de trinos y arpegios de una ave que desde lo alto de un árbol próximo a mi recámara saluda al nuevo día que apenas clarea.
Tal parece como si con rítmicos cantos de variadas entonaciones estuviera ensayando la bienvenida a la aurora.
Al escucharlo en la somnolencia de os últimos minutos del sueño de la madrugada, pienso que pocas veces se puede advertir con agradecimiento, en hechos tan sencillos como éste, la presencia del Creador.
*
Éticamente, no se puede servir a ningún Gobierno bajo el concepto de lealtad basado en la incondicionalidad.
*
Bendito sea el misterio que nos regala un día más lleno de afanes, sorpresas y minúsculos milagros.
*
Jaime Sabines, poeta chiapaneco, dice en uno de sus sentidos poemas: “Morir es olvidar, ser olvidado”.
La paz en el siglo XIX sólo fue interrumpida por la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871). La Primera Guerra Mundial (1914-1918) desembocó en el Tratado de Versalles que dio origen a una paz efímera que provocó la Segunda Guerra Mundial, y al importantísimo acto fundacional que nos ha regido durante medio siglo: la creación en San Francisco (1945) de la Organización de las Naciones Unidas que mantuvo la paz durante medio siglo, a pesar de sucesos ocasionales como Checoslovaquia, Santo Domingo, Polonia y Panamá.
Sólo la crisis de los misiles en Cuba puso en peligro la paz que se preservó cuando Kennedy y Jruschov se detuvieron al borde del abismo.
El presidente Bush en su enajenación, consideró al derrumbe soviético como triunfo de los Estados Unidos, sin percatarse que en el mundo se conformaba con autonomía una gran realidad global: China, la India, Europa, Rusia, Japón y Brasil, que se yerguen frente a la disipación del poder norteamericano desprestigiado mundialmente por su fracaso en Iraq.
Hoy, en las preocupaciones mundiales, ocupa el primer plano la supervivencia del planeta mismo, el calentamiento global, las tremendas desigualdades, la pobreza y la veloz revolución tecnológica, y la reforma de las organizaciones internacionales para darle nueva legalidad a una nueva realidad.
Frente a la fundación de una nueva e inquietante etapa de la historia moderna ¿sabremos tener decisión al margen de facilismos ideológicos para conformar en un difícil mundo globalizado una sólida esperanza a la angustia humana?
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Poco antes del amanecer, cuando apenas en el horizonte hay un asomo de luz, no pocas veces he escuchado una escala de trinos y arpegios de una ave que desde lo alto de un árbol próximo a mi recámara saluda al nuevo día que apenas clarea.
Tal parece como si con rítmicos cantos de variadas entonaciones estuviera ensayando la bienvenida a la aurora.
Al escucharlo en la somnolencia de os últimos minutos del sueño de la madrugada, pienso que pocas veces se puede advertir con agradecimiento, en hechos tan sencillos como éste, la presencia del Creador.
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Éticamente, no se puede servir a ningún Gobierno bajo el concepto de lealtad basado en la incondicionalidad.
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Bendito sea el misterio que nos regala un día más lleno de afanes, sorpresas y minúsculos milagros.
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Jaime Sabines, poeta chiapaneco, dice en uno de sus sentidos poemas: “Morir es olvidar, ser olvidado”.