Ínfimo, comercio bilateral entre México y Brasil
Aunque la decisión es generar un TLC, el intercambio comercial llega a 2%, señala el embajador brasileño Sergio Augusto de Abreu
GUADALAJARA, JALISCO.- Las relaciones entre México y Brasil tienden a un acercamiento mayor porque “somos dos países que tenemos muchos lazos comunes. Son dos poblaciones que se identifican”, afirmó el embajador de Brasil en México, Sergio Augusto de Abreu e Lima Florencio Sobrino.
“Creemos que con las iniciativas que estamos realizando seguro que vamos a tener a México más cerca de Brasil, y Brasil más cerca de México”, abundó el diplomático al señalar que con la visita del Presidente Felipe Calderón a su homólogo brasileño Lula da Silva en 2009 y las pláticas entre ambas naciones en la pasada cumbre de la Riviera Maya, tuvieron la oportunidad de avanzar en el sentido de anunciar el “inicio oficial de los trabajos para identificar las oportunidades para algún acuerdo estratégico y de integración entre Brasil y México”.
Sergio Augusto de Abreu, sin embargo, reconoció que pese a ser Brasil y México las dos economías más grandes de Latinoamérica (representan 70% del Producto Interno Bruto de la región), “las relaciones económicas son aún muy limitadas. El comercio bilateral representa menos de 2%”, aunque en lo político los lazos son cordiales.
Entonces, dijo, lo que ambos países construyen en estos tiempos es una aproximación política, una aproximación en proyectos... para que las inversiones entre Brasil y México sean cada vez más importantes”.
El embajador brasileño participó como ponente en el simposio “La visión de México en el Mundo”, la trascendencia de sus relaciones internacionales, que la asociación civil Mar Adentro de México organizó con la colaboración de la Asociación Consular de Guadalajara, el jueves por la noche.
“Asilados climáticos”
Otro de los diplomáticos invitados fue el embajador de Canadá, Guillermo Enrique Rishchynski, quien de entrada aseguró que es en Jalisco donde se halla la mayor concentración de canadienses en este país, que vienen en “calidad de asilados climáticos”. Agregó que su Gobierno tiene más de 115 empresas radicadas en tierras jaliscienses.
Rishchynski dio cifras del impacto en 16 años de Tratado de Libre Comercio de Norteamérica: dos mil 200 empresas canadienses en México con una inversión de alrededor de nueve mil millones de dólares, que generan empleos para 125 mil mexicanos.
“Ustedes tienen el ejemplo de una de las nuevas inversiones canadienses más importantes, el nuevo gasoducto entre Manzanillo y la ciudad de Guadalajara”.
Afirmó que cada año más de 20 mil mexicanos participan en el programa de empleo temporal en el campo canadiense.
También destacó que en el intercambio en las relaciones humanes es donde realmente “hemos visto el éxito de este crecimiento y aproximación entre nuestros países”, pues cada vez son más los programas de intercambio educativo universitario, en beneficio de los jóvenes.
México es “un socio estratégico (de Canadá) en toda la extensión de la palabra”, concluyó el embajador Rishchynski.
Al encuentro también asistieron el embajador de República Dominicana, Fernando Antonio Pérez Menem; el representante diplomático de Líbano, Nouhad Mahmoud; el consejero político de la embajada de la Federación Rusa en México, Anatoly V. Sokolov, y el encargado de Negocios de la Embajada de Sudáfrica, Theodorus Louis Malherbe, en México.
Exportan 13.7% de su PIB, mientras nosotros 32.5%. Importan 12% de su PIB, y nosotros 34.35 por ciento. Exportan mil 796 dólares por trabajador, y nosotros seis mil 388. En valor, exportamos 3.5 veces más.
Millôr Fernandes, ideólogo brasileño, decía que cuando una ideología es vieja, muere en Brasil. Lo mismo pasa en México. Firmar tratados comerciales es una idea vieja y moribunda. Necesitamos un comercio multilateral fluido; una apertura hacia la OMC, no sólo hacia Brasil. Y es que Brasil hizo poco para gozar de su éxito. Estaban sentados encima de materias primas que de pronto valieron mucho. La economía brasileña en 2005 era cuatro veces mayor a su tamaño en 1970; la mexicana, creció 3.56 en el mismo lapso.
Las diferencias surgen de la crisis energética brasileña de los 70, que detonó reformas, lo cual explica las nuevas reservas brasileñas y el éxito de Petrobras. Un modelo de biocombustibles sensato, con un balance de ganancia energética de ocho a uno; la apuesta a industrias pesadas y aeronáutica; y las reformas políticas y macroeconómicas, son responsables en buena medida de su crecimiento. Pero como en México, también tienen pobres, su modelo se centra en un Estado omnipresente, la educación es de ínfima calidad, y pocos gozan el “milagro brasileño”. El índice de Gini, que mide la concentración de la riqueza, es de 56.7% en Brasil y 50.9% en México y el porcentaje de personas en pobreza extrema de Brasil es casi el triple del mexicano. La economía informal representa 39.8% del PIB oficial, mientras que en México 30.1 por ciento.
Para relacionarnos mejor con Brasil, debemos pensar qué queremos de ellos. Un TLC no acortará las distancias geográficas. Si son materias primas baratas, reduzcamos el arancel de sus materias primas que necesite nuestra planta manufacturera. Ya el arancel a la nación más favorecida bajo las reglas de la OMC es bastante bajo. Si queremos energéticos, compremos etanol y petróleo. Es más, modifiquemos el régimen de Pemex y CFE para que cualquiera pueda comprar energéticos en Brasil y venderlos aquí. Eso sería útil, sobre todo si resulta en mayor disponibilidad y mejores precios.
¿Dónde está el potencial de exportaciones de México hacia Brasil? Muchas manufacturas Brasil las importa de China e India, como circuitos integrados, cables y otras cosas de mayor valor agregado, pero no somos la opción más barata. México debe, simultáneamente, buscar nuevos mercados y recuperar competitividad. Para ello, traigamos energía barata; reformemos nuestros mercados laborales; y desenredemos las ataduras que mantienen a nuestras cadenas de proveeduría en los países con los que tenemos tratados. Con esto, lancémonos a conquistar mercados. No por firmar nuevos acuerdos lo lograremos.
Manuel J. Molano / Director general adjunto del Instituto
Mexicano para la Competitividad, A.C.