México
El 'Vicentillo' Zambada, del esplendor al ocaso
El cambio que muestra el hijo del 'Mayo' Zambada fue radical
CIUDAD DE MÉXICO.- Con un look diferente, rapado y avejentado, fue extraditado
Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael Zambada y de Rosario Niebla, a Estados Unidos para ser juzgado por delitos contra la salud y asociación delictuosa, tras haber sido detenido el 19 de marzo de 2009.
Ismael El Mayo Zambada es, junto con Joaquín El Chapo Guzmán, uno de los principales líderes del cártel de Sinaloa.
Del esplendor al ocaso
Ahora, quedó lejos la imagen del narcojúnior, poderoso, ufano y que desechaba la imagen del traficante con botas y sombrero. El llamado Vicentillo emanaba una diferencia que saltaba a la vista, con respecto a los otros hombres con quienes fue detenido.
Zambada Niebla hubiera podido presentarse como gerente o directivo de una empresa trasnacional, empresario pudiente o cualquier otra actividad "bien".
"El cachorro" de Ismael Zambada, junto con Vicente Carrillo Leyva, hijo de otro capo de las ligas mayores, Amado Carrillo Fuentes, se quedó en el recuerdo colectivo por desechar la imagen clásica de un traficante de drogas. Pulcros, hasta fashion, si se quiere una etiqueta coloquial.
Pero las recientes imágenes de El Vicentillo mostraron a un joven decadente, con un uniforme presidiario descolorido, arrugas en la cara y las malpasadas obvias de un reo. Muy lejano del Zambada Niebla del año pasado.
Ismael El Mayo Zambada es, junto con Joaquín El Chapo Guzmán, uno de los principales líderes del cártel de Sinaloa.
Del esplendor al ocaso
Ahora, quedó lejos la imagen del narcojúnior, poderoso, ufano y que desechaba la imagen del traficante con botas y sombrero. El llamado Vicentillo emanaba una diferencia que saltaba a la vista, con respecto a los otros hombres con quienes fue detenido.
Zambada Niebla hubiera podido presentarse como gerente o directivo de una empresa trasnacional, empresario pudiente o cualquier otra actividad "bien".
"El cachorro" de Ismael Zambada, junto con Vicente Carrillo Leyva, hijo de otro capo de las ligas mayores, Amado Carrillo Fuentes, se quedó en el recuerdo colectivo por desechar la imagen clásica de un traficante de drogas. Pulcros, hasta fashion, si se quiere una etiqueta coloquial.
Pero las recientes imágenes de El Vicentillo mostraron a un joven decadente, con un uniforme presidiario descolorido, arrugas en la cara y las malpasadas obvias de un reo. Muy lejano del Zambada Niebla del año pasado.