Jalisco
Un amigo de un amigo me contó
Los moteles ofrecen opciones para quienes desean experimentar y salirse de la cotidianida en este Día del amor y la amistad
GUADALAJARA, JALISCO.-
J se ríe a carcajadas cuando se le pregunta si alguna vez ha ido a un motel con su novia. Él tiene 20 años, estudia el último semestre de arquitectura en el ITESO. Nunca ha ido a un motel, asegura, pero sabe dónde están los buenos.
“Un amigo de un amigo me contó que en la salida a Vallarta hay algunos de buen nivel”, dice, para luego reírse otra vez y confesar que la verdad es que todos saben que para allá están. Muy cerca del ITESO hay uno, ya lo ha visto.
“Dicen que está muy bien, pero lo mejor de todo es que tiene Wi fi”, platica J y vuelve a insistir que lo sabe porque el amigo de su amigo va de pronto con su novia “a estudiar”. Eso sí, ir el 14 de febrero no le parece buena idea. “Mi novia me mata”, afirma.
En cambio, para E, quien es un poco mayor que J y ya trabaja, la visita al motel con su novia no es una mala opción. Es un lugar neutral, un espacio fuera de la casa de ambos.
“No se puede arriesgar uno a que lo agarren en la sala”, dice bromista. Tampoco es que sea asiduo visitante. Ha ido unas cuatro veces y considera que es algo que se tiene que platicar, planear. No es sólo una ocurrencia.
Eso sí, siempre hay que ir en carro, como un acto de caballeros, para proteger la identidad. “Lo que se paga es el anonimato”, postula, y llegar en camión o caminando no lo garantiza.
En el otro lado del espectro está F. Ella es una mujer de 50 años, casada desde hace 27 con M. Viven en la colonia La Calma, en Zapopan, tienen cuatro hijos y ambos son profesionistas. A ella no le da pena contar, después de asegurarse de que habrá anonimato, que de vez en cuando usa los moteles con su marido.
“No hay intimidad en casa y me parece divertido; me espanta el tipo de vida que llevan algunos matrimonios, se aburren”, explica, y dice que ha encontrado algunos muy bonitos por el Periférico y uno “feón” en Vallarta. “Hay lugares muy baratos, buenos, bastante monos, de 300 pesos”, detalla.
Ella cree que si no fuera por el destino explícito que tienen, mucha gente en tránsito pasaría la noche ahí.
A L no le gustan los moteles. Ella afirma categóricamente que “por supuesto” nunca ha ido a uno y los juzga perniciosos para las jóvenes. “No está bien, van muchachas, puras jovencitas de colegio”, dice en tono reprobatorio. Ella vive en Justo Sierra, y un motel se instaló cerca de su casa, lo cual le hace concluir molesta: “Sé cómo funcionan”.
Para todos gustos...
En los moteles de la Zona Metropolitana de Guadalajara encontramos desde habitaciones sencillas hasta temáticas, con jacuzzi o para más de una pareja.
Para quienes desean experimentar y salirse de la cotidianidad de una habitación, en Guadalajara hay moteles con cuartos temáticos, es decir, están decorados en base a un tema, podría ser hasta un calabozo. El motel con este servicio ofrece siete opciones y se ubica en Tlaquepaque, Jalisco.
Los precios varían, hay habitaciones sencillas desde 200 pesos en moteles modestos y de 250 a 350 pesos en los de lujo. Para los que desean un toque más, las habitaciones con jacuzzi van desde los 360 a los 500 pesos.
La habitación más cara entre los moteles consultados fue de mil 500 pesos, la cual es doble, cuenta con un tubo tipo table dance y un baño tipo japonés.
Si bien es cierto que la mayoría de los moteles consultados no tienen preparativos especiales ni hacen reservaciones para el Día de amor y la amistad, esperan una mayor afluencia de personas.
¡Aguas!, que no te sorprendan
Si no tienes coche, algunos taxis cobran 20 pesos por introducirlos; el pago por la habitación se hace al entrar, a través de una bocina o una pantalla te asignan la habitación. En la mayoría de los casos, el cuarto está sobre la cochera. Si desean pedir algo para beber o comer se hace vía telefónica, los encargados timbran y abren una ventanilla giratoria, sobre la base colocan los alimentos, al moverla quedan del otro lado de la puerta, el pago por el servicio al cuarto se hace también con este método, esto asegura la privacidad.
Telón de fondo
La palabra motel es un acrónimo de motorist hotel y que describe su principal uso como hotel para un descanso en la carretera.
El primer motel empezó a funcionar en 1925 en California, Estados Unidos. Con la popularización del automóvil empezaron los viajes y con ello surgió la necesidad de brindar un lugar de descanso cerca a la carretera.
Un hotel es un edificio planificado y acondicionado para albergar a las personas temporalmente puede ser por más de 24 horas, proveen a los huéspedes de servicios adicionales como restaurantes y piscinas, algunos tienen servicios de conferencias y animan a grupos a organizar convenciones y reuniones en su establecimiento. En los moteles el tiempo de hospedaje es de ocho a 12 horas y el automóvil tiene una cochera cerca del cuarto.
Las rutas del amor
Industria en crecimiento
Según datos de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles en menos de 13 años, la oferta de hoteles y moteles en Jalisco creció 107 por ciento, al pasar de 690 establecimientos en 1997 a mil 432 en 2008.
Asimismo, los establecimientos de calidad que incluyen televisión con cable, piscina, aire acondicionado, jacuzzi e incluso Internet casi triplicaron su oferta al pasar de 92 a 241. Sin embargo, el 50 por ciento de los establecimientos de alojamiento a nivel estatal ni siquiera cumplen los estándares mínimos de calidad, al no contar con sistemas de seguridad, servicios básicos y, en algunos casos, ni siquiera cumplen con las normas de sanidad.
Impera la desorganización
A pesar de la importancia del sector hotelero en Jalisco que aporta más del 7 por ciento del Producto Interno Bruto estatal y emplea a casi 30 mil jaliscienses, las cifras representativas del sector son difusas y en el caso de los moteles prácticamente inexistentes. Humberto Cabrera, jefe de informática y estadística de la Secretaría de Turismo de Jalisco, estima que la cantidad total de moteles en la Zona Metropolitana de Guadalajara ronda setenta, aunque no cuenta con datos exactos debido a que los moteleros suelen ser muy escépticos para compartir la información por temor a represalias o presión gubernamental.
Cabrera señala que las complicaciones para aglutinar coherentemente la información de los moteles radican en que la ocupación es muchas veces de paso o dura máximo doce horas, a diferencia de los hoteles que registran la ocupación por días. La desorganización reinante en la rama motelera jalisciense no solamente queda en manos del gobierno, en la actualidad no existe una asociación que represente los intereses de los moteles a nivel estatal. La Asociación de Hoteles y Moteles en Jalisco dejó de hacerse cargo de las cifras de moteles en Jalisco desde hace más de cinco años.
Por otro lado, los gerentes de moteles consultados aseguraron que la reticencia para compartir información no se debe al temor de ser revisados o consultados, sino que su información puede ser utilizada en su contra por la competencia o simplemente la prohibición está incluida en el reglamento de control interno.
EL INFORMADOR / IVABELLE ARROYO, ANA LÓPEZ Y ENRIQUE TOUSSAINT
“Un amigo de un amigo me contó que en la salida a Vallarta hay algunos de buen nivel”, dice, para luego reírse otra vez y confesar que la verdad es que todos saben que para allá están. Muy cerca del ITESO hay uno, ya lo ha visto.
“Dicen que está muy bien, pero lo mejor de todo es que tiene Wi fi”, platica J y vuelve a insistir que lo sabe porque el amigo de su amigo va de pronto con su novia “a estudiar”. Eso sí, ir el 14 de febrero no le parece buena idea. “Mi novia me mata”, afirma.
En cambio, para E, quien es un poco mayor que J y ya trabaja, la visita al motel con su novia no es una mala opción. Es un lugar neutral, un espacio fuera de la casa de ambos.
“No se puede arriesgar uno a que lo agarren en la sala”, dice bromista. Tampoco es que sea asiduo visitante. Ha ido unas cuatro veces y considera que es algo que se tiene que platicar, planear. No es sólo una ocurrencia.
Eso sí, siempre hay que ir en carro, como un acto de caballeros, para proteger la identidad. “Lo que se paga es el anonimato”, postula, y llegar en camión o caminando no lo garantiza.
En el otro lado del espectro está F. Ella es una mujer de 50 años, casada desde hace 27 con M. Viven en la colonia La Calma, en Zapopan, tienen cuatro hijos y ambos son profesionistas. A ella no le da pena contar, después de asegurarse de que habrá anonimato, que de vez en cuando usa los moteles con su marido.
“No hay intimidad en casa y me parece divertido; me espanta el tipo de vida que llevan algunos matrimonios, se aburren”, explica, y dice que ha encontrado algunos muy bonitos por el Periférico y uno “feón” en Vallarta. “Hay lugares muy baratos, buenos, bastante monos, de 300 pesos”, detalla.
Ella cree que si no fuera por el destino explícito que tienen, mucha gente en tránsito pasaría la noche ahí.
A L no le gustan los moteles. Ella afirma categóricamente que “por supuesto” nunca ha ido a uno y los juzga perniciosos para las jóvenes. “No está bien, van muchachas, puras jovencitas de colegio”, dice en tono reprobatorio. Ella vive en Justo Sierra, y un motel se instaló cerca de su casa, lo cual le hace concluir molesta: “Sé cómo funcionan”.
Para todos gustos...
En los moteles de la Zona Metropolitana de Guadalajara encontramos desde habitaciones sencillas hasta temáticas, con jacuzzi o para más de una pareja.
Para quienes desean experimentar y salirse de la cotidianidad de una habitación, en Guadalajara hay moteles con cuartos temáticos, es decir, están decorados en base a un tema, podría ser hasta un calabozo. El motel con este servicio ofrece siete opciones y se ubica en Tlaquepaque, Jalisco.
Los precios varían, hay habitaciones sencillas desde 200 pesos en moteles modestos y de 250 a 350 pesos en los de lujo. Para los que desean un toque más, las habitaciones con jacuzzi van desde los 360 a los 500 pesos.
La habitación más cara entre los moteles consultados fue de mil 500 pesos, la cual es doble, cuenta con un tubo tipo table dance y un baño tipo japonés.
Si bien es cierto que la mayoría de los moteles consultados no tienen preparativos especiales ni hacen reservaciones para el Día de amor y la amistad, esperan una mayor afluencia de personas.
¡Aguas!, que no te sorprendan
Si no tienes coche, algunos taxis cobran 20 pesos por introducirlos; el pago por la habitación se hace al entrar, a través de una bocina o una pantalla te asignan la habitación. En la mayoría de los casos, el cuarto está sobre la cochera. Si desean pedir algo para beber o comer se hace vía telefónica, los encargados timbran y abren una ventanilla giratoria, sobre la base colocan los alimentos, al moverla quedan del otro lado de la puerta, el pago por el servicio al cuarto se hace también con este método, esto asegura la privacidad.
Telón de fondo
La palabra motel es un acrónimo de motorist hotel y que describe su principal uso como hotel para un descanso en la carretera.
El primer motel empezó a funcionar en 1925 en California, Estados Unidos. Con la popularización del automóvil empezaron los viajes y con ello surgió la necesidad de brindar un lugar de descanso cerca a la carretera.
Un hotel es un edificio planificado y acondicionado para albergar a las personas temporalmente puede ser por más de 24 horas, proveen a los huéspedes de servicios adicionales como restaurantes y piscinas, algunos tienen servicios de conferencias y animan a grupos a organizar convenciones y reuniones en su establecimiento. En los moteles el tiempo de hospedaje es de ocho a 12 horas y el automóvil tiene una cochera cerca del cuarto.
Las rutas del amor
- Prolongación López Mateos
- Carretera a Tesistán
- Periférico
- Avenida Vallarta
Industria en crecimiento
Según datos de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles en menos de 13 años, la oferta de hoteles y moteles en Jalisco creció 107 por ciento, al pasar de 690 establecimientos en 1997 a mil 432 en 2008.
Asimismo, los establecimientos de calidad que incluyen televisión con cable, piscina, aire acondicionado, jacuzzi e incluso Internet casi triplicaron su oferta al pasar de 92 a 241. Sin embargo, el 50 por ciento de los establecimientos de alojamiento a nivel estatal ni siquiera cumplen los estándares mínimos de calidad, al no contar con sistemas de seguridad, servicios básicos y, en algunos casos, ni siquiera cumplen con las normas de sanidad.
Impera la desorganización
A pesar de la importancia del sector hotelero en Jalisco que aporta más del 7 por ciento del Producto Interno Bruto estatal y emplea a casi 30 mil jaliscienses, las cifras representativas del sector son difusas y en el caso de los moteles prácticamente inexistentes. Humberto Cabrera, jefe de informática y estadística de la Secretaría de Turismo de Jalisco, estima que la cantidad total de moteles en la Zona Metropolitana de Guadalajara ronda setenta, aunque no cuenta con datos exactos debido a que los moteleros suelen ser muy escépticos para compartir la información por temor a represalias o presión gubernamental.
Cabrera señala que las complicaciones para aglutinar coherentemente la información de los moteles radican en que la ocupación es muchas veces de paso o dura máximo doce horas, a diferencia de los hoteles que registran la ocupación por días. La desorganización reinante en la rama motelera jalisciense no solamente queda en manos del gobierno, en la actualidad no existe una asociación que represente los intereses de los moteles a nivel estatal. La Asociación de Hoteles y Moteles en Jalisco dejó de hacerse cargo de las cifras de moteles en Jalisco desde hace más de cinco años.
Por otro lado, los gerentes de moteles consultados aseguraron que la reticencia para compartir información no se debe al temor de ser revisados o consultados, sino que su información puede ser utilizada en su contra por la competencia o simplemente la prohibición está incluida en el reglamento de control interno.
- Oferta hotelera en México: 15 mil 800
- Oferta hotelera en Jalisco: mil 432
- Establecimientos de alta calidad: 241
- Número de cuartos a nivel estatal: 55 mil 96
- Establecimientos de baja calidad: 17mil 556
- Empleos directos en el sector hotelero: 28 mil 655
EL INFORMADOR / IVABELLE ARROYO, ANA LÓPEZ Y ENRIQUE TOUSSAINT