Jalisco
Cargan gasolina y aprovechan para robar, afirman
Javier y Raúl son despachadores y cuentan cómo fueron asaltados
GUADALAJARA, JALISCO (07/JUN/2013).- Javier trabaja en una gasolinera y ha sido asaltado nueve veces, algunas a punta de arma de fuego. Raúl también es despachador, y unos ladrones le quitaron cuatro mil pesos, los cuales fueron rebajados de su sueldo. A continuación la historia de cada uno.
Javier estuvo en una gasolinera cercana a la colonia Reforma en Guadalajara, "ahí asaltan a cada rato", dice con una sonrisa; aunque acepta que en esos momentos no sabía qué hacer. El despachador platica que en ese lugar fue asaltado en nueve ocasiones, y el lugar hasta dos por día.
"Nomás veía que se paraba un tipo en la esquina y lo reportaba. Pero los policías me decían que no podían llegar pronto por mi salud", suponían que el asaltante reaccionaría de forma más agresiva.
Usualmente los ladrones se acercaban a llenar un galón "casi siempre dos", y mientras Javier lo llenada uno se acercaba y lo amenazaba. En una ocasión "yo tenía una esclava y me la quisieron quitar"; él les dijo, "pues quítenmela, ustedes la quieren".
Al momento en que el dúo criminal se adueñaba de la esclava llegó un motociclista, al ver el atraco reclamó a sus autores, lo que los hizo enardecer y amenazarlo con una pistola; posteriormente le atracaron cinco mil pesos. "Le robaron más a él que a mí. Que apenas los acababa de cobrar", narra Javier.
Comenta que para prevenir nuevos robos, durante la noche y madrugada se da servicio automático: el consumidor llega con un ticket pre pagado y se despacha. Otra opción es entregar el dinero al encargado repetidamente "para no tener tanto en la bolsa". Ahora el trabajador fue ubicado en una gasolinera más cercana al centro de la ciudad, y no sufre del miedo que tenía.
Raúl, quien labora en un establecimiento en la Calzada Independencia desde hace tres años, fue asaltado en plena luz del día a las 18:00 horas. "Eran dos, vinieron a cargar y me sacaron la pistola". Raúl puso su denuncia y se la entregó al encargado, pero no lo apoyó y le rebajó la cantidad robada de su sueldo.
"No tenemos ningún tipo de seguridad, y si no ponen es por codos", dice Raúl en relación a la tacañería del dueño, con un semblante de molestia. "Imagínate si quedo incapacitado, con los 650 pesos que gano a la semana". Además, no tiene prestaciones.
Se queja de sus condiciones de trabajo, pero asegura hablará con el encargado quien da cuentas al dueño de la gasolinera. "Cada una es un mundo (...) Pero uno que tiene necesidad, se aguanta".
Estado, sin facultad para brindar seguridad a gasolineras
La vigilancia en las gasolineras y sus empleados, para la prevención y el combate de delitos como asaltos, debe correr a cuenta del propietario del negocio y sin participación de autoridades públicas, pues la vocación de éstas es la seguridad de la sociedad, explica Francisco Jiménez Reynoso, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
"Si el Estado se vuelca a la protección de este tipo de negocios, se va a descuidar a la sociedad. Ése es el problema: si la autoridad estatal refuerza con sus cuerpos policiacos, las consecuencias pueden ser graves para el resto de la sociedad".
Además de que las autoridades no tienen capacidad para ofrecer seguridad a gasolineras, si así sucede se trataría de un trato preferencial, cuando el Estado tiene la obligación de brindar vigilancia integral a la sociedad en general, comenta el experto en temas de seguridad.
Ante el panorama del crecimiento drástico en las denuncias por robos a gasolineras y delitos contra empleados de las mismas, y en el entendido de que son negocios rentables, las acciones deben ir encaminadas a que las empresas brinden la seguridad necesaria y si se requiere contratar servicios de seguridad privada suficientes.
Las gasolineras son blanco de inseguridad porque reúnen factores que las hacen atractivas para los grupos de delincuencia, por ejemplo, el flujo de grandes cantidades de dinero y en cortos períodos de tiempo. Además, la vigilancia con la que cuentan ha sido superada por la logística de las bandas que operan para robar, y en general, el entorno de falta de seguridad ciudadana propicia la incidencia del delito.
Cuando sucede el robo a una gasolinera no se trata de casos aislados y delitos improvisados. Generalmente operan bandas orquestadas con logística clara que conocen el lugar y sus dinámicas, comenta el especialista.
Javier estuvo en una gasolinera cercana a la colonia Reforma en Guadalajara, "ahí asaltan a cada rato", dice con una sonrisa; aunque acepta que en esos momentos no sabía qué hacer. El despachador platica que en ese lugar fue asaltado en nueve ocasiones, y el lugar hasta dos por día.
"Nomás veía que se paraba un tipo en la esquina y lo reportaba. Pero los policías me decían que no podían llegar pronto por mi salud", suponían que el asaltante reaccionaría de forma más agresiva.
Usualmente los ladrones se acercaban a llenar un galón "casi siempre dos", y mientras Javier lo llenada uno se acercaba y lo amenazaba. En una ocasión "yo tenía una esclava y me la quisieron quitar"; él les dijo, "pues quítenmela, ustedes la quieren".
Al momento en que el dúo criminal se adueñaba de la esclava llegó un motociclista, al ver el atraco reclamó a sus autores, lo que los hizo enardecer y amenazarlo con una pistola; posteriormente le atracaron cinco mil pesos. "Le robaron más a él que a mí. Que apenas los acababa de cobrar", narra Javier.
Comenta que para prevenir nuevos robos, durante la noche y madrugada se da servicio automático: el consumidor llega con un ticket pre pagado y se despacha. Otra opción es entregar el dinero al encargado repetidamente "para no tener tanto en la bolsa". Ahora el trabajador fue ubicado en una gasolinera más cercana al centro de la ciudad, y no sufre del miedo que tenía.
Raúl, quien labora en un establecimiento en la Calzada Independencia desde hace tres años, fue asaltado en plena luz del día a las 18:00 horas. "Eran dos, vinieron a cargar y me sacaron la pistola". Raúl puso su denuncia y se la entregó al encargado, pero no lo apoyó y le rebajó la cantidad robada de su sueldo.
"No tenemos ningún tipo de seguridad, y si no ponen es por codos", dice Raúl en relación a la tacañería del dueño, con un semblante de molestia. "Imagínate si quedo incapacitado, con los 650 pesos que gano a la semana". Además, no tiene prestaciones.
Se queja de sus condiciones de trabajo, pero asegura hablará con el encargado quien da cuentas al dueño de la gasolinera. "Cada una es un mundo (...) Pero uno que tiene necesidad, se aguanta".
Estado, sin facultad para brindar seguridad a gasolineras
La vigilancia en las gasolineras y sus empleados, para la prevención y el combate de delitos como asaltos, debe correr a cuenta del propietario del negocio y sin participación de autoridades públicas, pues la vocación de éstas es la seguridad de la sociedad, explica Francisco Jiménez Reynoso, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
"Si el Estado se vuelca a la protección de este tipo de negocios, se va a descuidar a la sociedad. Ése es el problema: si la autoridad estatal refuerza con sus cuerpos policiacos, las consecuencias pueden ser graves para el resto de la sociedad".
Además de que las autoridades no tienen capacidad para ofrecer seguridad a gasolineras, si así sucede se trataría de un trato preferencial, cuando el Estado tiene la obligación de brindar vigilancia integral a la sociedad en general, comenta el experto en temas de seguridad.
Ante el panorama del crecimiento drástico en las denuncias por robos a gasolineras y delitos contra empleados de las mismas, y en el entendido de que son negocios rentables, las acciones deben ir encaminadas a que las empresas brinden la seguridad necesaria y si se requiere contratar servicios de seguridad privada suficientes.
Las gasolineras son blanco de inseguridad porque reúnen factores que las hacen atractivas para los grupos de delincuencia, por ejemplo, el flujo de grandes cantidades de dinero y en cortos períodos de tiempo. Además, la vigilancia con la que cuentan ha sido superada por la logística de las bandas que operan para robar, y en general, el entorno de falta de seguridad ciudadana propicia la incidencia del delito.
Cuando sucede el robo a una gasolinera no se trata de casos aislados y delitos improvisados. Generalmente operan bandas orquestadas con logística clara que conocen el lugar y sus dinámicas, comenta el especialista.