Internacional

Cumple 40 años ETA de lucha armada

ETA se había fundado en 1962 como un movimiento revolucionario vasco para la liberación naciona de Euskadi y para luchar contra el régimen de Franco

MADRID,ESPAÑA.— El 7 de junio de 1968, el guardia civil de 25 años José Ángel Pardines Arcay se convirtió en la primera víctima oficial de la organización terrorista vasca ETA.

Aquel día, del que hoy se cumplen 40 años, Pardines Arcay, hijo y nieto de guardias civiles, se encontraba regulando el tráfico en una zona de obras de la carretera Nacional I (la que une Madrid con Irún). Al ver un vehículo y sospechar de sus ocupantes, Pardines le dio el alto sin saber que en su interior iban los etarras Javier Etxebarrieta Ortiz, alias Txabi, e Iñaki Sarasketa. Tras pedirles la documentación y mientras rodeaba el coche para verificar las placas, Extebarrieta sacó una pistola y lo mató a quemarropa.

En ese entonces, sólo había un partido político, el Frente Nacional, y un solo gobierno: el del general Francisco Franco. El español era la lengua oficial y no se permitía el uso de ninguna otra, ni se permitía cantar los himnos regionales. Las autonomías actuales no existían.

ETA se había fundado en 1962 como un movimiento revolucionario vasco para la liberación naciona de Euskadi y para luchar contra el régimen de Franco. Hasta 1968 la banda se había limitado a cometer atracos, realizar pintadas con el lema “Gora Euskadi Askatuta” (Viva el País Vasco en libertad) y a llevar a cabo pequeños atentados con explosivos contra edificios gubernamentales y símbolos del franquismo, sin provocar víctimas.

Sin embargo, en 1968 y en respuesta a la dura represión que siguió al estado de excepción decretado por el régimen, ETA decidió cambiar de estrategia y apostar por la “lucha armada”. Los asesinos de Pardines fueron detenidos y uno de ellos murió en la persecución policial. En venganza, ETA asesinó, el 20 de diciembre de 1973, al almirante Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno y mano derecha de Franco, y su sucesor.

El asesinato conmocionó a la opinión pública. Fueron muchos los que se alegraron de que ETA hubiera acabado con la posibilidad de continuidad del régimen. Pero las muertes no acabaron ahí: de octubre de 1974 a octubre de 1975, la banda armada acabó con la vida de 22 miembros de las fuerzas de orden público y de 14 civiles. Los atentados se extendieron a toda España. Franco respondió con más mano dura y dos meses antes de morir firmó la pena de muerte de cinco etarras.

Con la desaparición del dictador y el inicio de la transición se pensó que ETA dejaría las armas y se convertiría en un partido político. Pero los atentados no sólo no cesaron sino que durante los años siguientes aumentaron. Y ETA, que hasta entonces había contado con el apoyo de muchos ciudadanos, hartos de la represión del franquismo, comenzó a ser vista como una organización terrorista.

La mayoría de la población no entendía cómo en la España de 1979, con una Constitución aprobada en cuyo texto se reconocían las autonomías, ETA siguiera matando. Cómo con un estatuto que otorgaba al País Vasco la capacidad para formar su gobierno, elegir su Parlamento, celebrar elecciones municipales y autonómicas, tener su policía, bandera, y lengua, entre otras competencias, ETA dijera que el País Vasco seguía oprimido por el pueblo español.

ETA ha matado a más de 800 personas. Los cuatro presidentes de la democracia: Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero han negociado con la banda y ésta ha realizado varias treguas. No ha servido para nada. ETA ha seguido matando; cuenta con nuevos jefes, nuevos miembros y lo que es peor, con decenas de jóvenes vascos deseando entrar en sus filas.

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