Internacional
Atentado suicida deja 43 muertos en Argelia
Según testigos, un kamikaze dirigió su vehículo cargado de explosivos contra la puerta de entrada de una academia de policía
ARGEL, ARGELIA.- Un atentado suicida perpetrado el martes contra un centro de formación de gendarmes en la región argelina de la Cabila (este) causó al menos 43 muertos y 45 heridos, el ataque más sangriento en el país en los últimos ocho meses atribuido a los islamistas.
Ese recuento es "provisional" y podría aumentar en las próximas horas, según el ministerio del Interior del país norteafricano.
Horas antes, el ministerio dio cuenta de 43 muertos y 38 heridos.
Según las nuevas cifras, todos los muertos son civiles excepto un gendarme. Entre los heridos, hay 32 civiles y 13 gendarmes.
Varios testigos contaron a la AFP que un kamikaze dirigió su vehículo cargado de explosivos contra la puerta de la entrada principal de la academia de gendarmería de Issers, a unos 60 kilómetros al este de Argel.
En la puerta estaban esperando numerosas personas que iban a presentarse a un concurso para ser admitidas en ese centro de formación de gendarmes, según los testigos.
La policía aún no identificó el vehículo usado por el kamikaze y el atentado no fue reivindicado por el momento.
La explosión también produjo un cráter de varios metros de diámetro, añadieron los testigos, que afirmaron haber visto a decenas de cadáveres en el suelo.
Los cuerpos destrozados de varios jóvenes fueron rápidamente metidos en envoltorios plásticos y desalojados en ambulancias. Los heridos gritaban de dolor y aquellos que podían, corrían en busca de ayuda.
Inmediatamente se desplegó un importante dispositivo de seguridad en la zona. Las carreteras de acceso a Issers fueron cerradas a la circulación.
El ministro del Interior, Yazid Zerhuni, se trasladó en helicóptero al lugar. "Es un acto cometido contra los argelinos", declaró.
El ex jefe y fundador del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), Hasan Hattab, llamó el martes a los islamistas a renunciar a las armas y entregarlas.
"Lanzo este llamamiento a todos aquellos que están en el monte y a los jóvenes que quieren acudir (al monte) para participar en la lucha armada. Os aconsejo que os echéis atrás y detengáis vuestra acción", escribió Hasan Hattab en su llamamiento.
Argelia no había vivido un atentado semejante desde el doble ataque suicida del 11 de diciembre de 2007 en Argel contra el Consejo Constitucional y la sede del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que causó 41 muertos y varias decenas de heridos y fue reivindicado por Al Qaeda en el Magreb Islámico, una rama de la red terrorista de Osama Bin Laden.
El atentado del martes se produjo dos días después de una emboscada tendida por grupos de islamistas armados a un convoy de las fuerzas del orden en Skikda (este), que causó 12 muertos -ocho policías, tres soldados y un civil-, según la prensa argelina.
La prensa argelina atribuye esta recrudescencia de los atentados islamistas a la voluntad de los "emires" (los jefes islamistas) de extender su acción fuera del "cuadrilátero de la muerte" formado por Argel, Bumerdes, Buira y Cabila.
Ese recuento es "provisional" y podría aumentar en las próximas horas, según el ministerio del Interior del país norteafricano.
Horas antes, el ministerio dio cuenta de 43 muertos y 38 heridos.
Según las nuevas cifras, todos los muertos son civiles excepto un gendarme. Entre los heridos, hay 32 civiles y 13 gendarmes.
Varios testigos contaron a la AFP que un kamikaze dirigió su vehículo cargado de explosivos contra la puerta de la entrada principal de la academia de gendarmería de Issers, a unos 60 kilómetros al este de Argel.
En la puerta estaban esperando numerosas personas que iban a presentarse a un concurso para ser admitidas en ese centro de formación de gendarmes, según los testigos.
La policía aún no identificó el vehículo usado por el kamikaze y el atentado no fue reivindicado por el momento.
La explosión también produjo un cráter de varios metros de diámetro, añadieron los testigos, que afirmaron haber visto a decenas de cadáveres en el suelo.
Los cuerpos destrozados de varios jóvenes fueron rápidamente metidos en envoltorios plásticos y desalojados en ambulancias. Los heridos gritaban de dolor y aquellos que podían, corrían en busca de ayuda.
Inmediatamente se desplegó un importante dispositivo de seguridad en la zona. Las carreteras de acceso a Issers fueron cerradas a la circulación.
El ministro del Interior, Yazid Zerhuni, se trasladó en helicóptero al lugar. "Es un acto cometido contra los argelinos", declaró.
El ex jefe y fundador del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), Hasan Hattab, llamó el martes a los islamistas a renunciar a las armas y entregarlas.
"Lanzo este llamamiento a todos aquellos que están en el monte y a los jóvenes que quieren acudir (al monte) para participar en la lucha armada. Os aconsejo que os echéis atrás y detengáis vuestra acción", escribió Hasan Hattab en su llamamiento.
Argelia no había vivido un atentado semejante desde el doble ataque suicida del 11 de diciembre de 2007 en Argel contra el Consejo Constitucional y la sede del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que causó 41 muertos y varias decenas de heridos y fue reivindicado por Al Qaeda en el Magreb Islámico, una rama de la red terrorista de Osama Bin Laden.
El atentado del martes se produjo dos días después de una emboscada tendida por grupos de islamistas armados a un convoy de las fuerzas del orden en Skikda (este), que causó 12 muertos -ocho policías, tres soldados y un civil-, según la prensa argelina.
La prensa argelina atribuye esta recrudescencia de los atentados islamistas a la voluntad de los "emires" (los jefes islamistas) de extender su acción fuera del "cuadrilátero de la muerte" formado por Argel, Bumerdes, Buira y Cabila.