Ideas

Retos y barreras

Por: María Belén Sánchez, fsp

Desde que el ser humano nace, se encuentra rodeado de barreras y retos que tiene que ir aprendiendo a superar.

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Ciertamente el crecimiento y la educación y sobre todo la vida familiar son las que van abriendo caminos y enseñando a cada uno las formas y medios más eficaces para salir con éxito. >

Por eso es responsabilidad primera de los padres de familia enseñar a sus hijos a afrontar con serenidad y valentía lo que es necesario para ir adelante en la vida.

Ciertamente en la escuela se les darán elementos teóricos y científicos para desarrollar otras facultades y para adquirir conocimientos, primero básicos y poco a poco más avanzados en torno a la ciencia, a las artes y a todo aquello que es indispensable para crecer en todos los aspectos de la vida. >

Pero si las motivaciones no son correctas, si no se les valora adecuadamente, los niños van a crecer un poco deficientes en algunos.

Pero cuando una persona ya creció y llega a darse cuenta de que hubo algún faltante, es bueno poner el empeño y dar el paso por sí misma. >

Hay cosas a veces sencillas que se dejan de lado, porque “no me gustan”. Pero ese es precisamente un reto:

hacer sólo lo que me gusta, es fácil, pero no permite crecer. Y luego hay quienes se quejan porque no las valoran, pero no se esfuerzan ni mucho ni poco.

Afrontar una actividad que sabemos está en un peldaño más alto, será sin duda un logro, y preparará para retos mayores.

A veces las barreras las vemos demasiado altas o más grandes que nosotros mismos, pero si en familia nos dieron elementos para tener confianza en sí, veremos que a lo mejor son mucho más fáciles de superar.

Por eso se insiste en todos los tonos que es en familia la primera escuela y que ni debe darse todo a los pequeños, ni ponérselo todo fácil, pero tampoco dejarlos a su suerte, o a que sean otros los que les motiven y en ocasiones a que les eduquen mal o defectuosamente.

De todo esto se desprende lo frecuentemente hemos visto:

Adultos subdesarrollados que no se atreven y jóvenes tan impulsivos que se van a los extremos de la imprudencia.

Chicos que pierden piso porque sus expectativas superan la realidad, o porque se les exige más de la cuenta y caen en el desaliento.

Lo cierto es que si somos responsables de otros, es necesario darles elementos de equilibrio, para que vayan caminando con paso firme y seguro por la vida.

Y en resumidas cuentas: sea cual sea la situación en la cual nos haya tocado vivir, siempre podemos utilizar la voluntad para dar un paso definitivo hacia lo mejor y hacer cada quien, por sí mismo, lo que le faltó que le dieran sus mayores como elementos de crecimiento.

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