Ideas

No me extraña ni poquito

Lavar activos consiste en disfrazar o intentar disfrazar bienes o dinero obtenidos de forma ilícita como de procedencia lícita, para así poder disponer de ellos con toda tranquilidad. Los cárteles de las drogas en México lavan muchísimo dinero, y aunque es sabida la Ciudad de México como el lugar donde más dinero se lava, aquí en Guadalajara no cantamos nada mal las rancheras, más aún cuando a los narcos desde siempre, también les encanta vivir en esta preciosa ciudad. Además las relaciones personales del narco y sus familiares con la sociedad tapatía son ampliamente conocidas.

Vamos, hasta en las revistas de sociales más selectas aparecen ellos y sus acompañantes muy quitados de la pena. También todos hemos visto personas cuya fortuna se incrementa de formas extrañas o mágicamente de un día para otro. Somos muy curiosos. Hacia ellos no dirigimos nuestra conocida —y por desgracia en general muy cierta y más en la élite— cerrazón tapatía. ¿Y porque no denuncias tus sospechas concretas me preguntará el despistado imbécil de siempre? Porque no soy ni investigador, ni policía ni suicida; ni me gusta andar posiblemente calumniando. Pero yo sí me cuido con quien me junto, no sigo a cualquiera en Facebook (muchos siguen sin ningún problema y públicamente a narcos, lavadores o sus familiares aún sabiéndolo), de con quién hago negocios y a quién defiendo o asesoro. Pero aún así me puedo equivocar. Aún evitando en lo posible hacer vida en la parte agringada de Guadalajara: ahí pululan. La permisividad social es tan generalizada...

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Por eso no me extraña en lo absoluto y para nada el escándalo surgido por la inclusión en la lista negra del Departamento del Tesoro gringo del conocido futbolista Rafael Márquez y del cantante Julión Álvarez, junto con otras personas señaladas como miembros y/o lavadores del ahora conocido Cártel de los Flores. Organización criminal dirigida presuntamente por un super discreto, protegido y muy poderoso personaje —dicen al nivel del “Chapo” y demás—, y además detenido con fines de extradición hace pocos días, Raúl Flores Hernández. Para una organización de este tipo mantenerse fuera del radar durante tanto tiempo deviene de una táctica muy certera eficaz e inteligente, aprovechando por supuesto nuestra “apertura” social. >

Yo no sé porque no tengo los expedientes a la mano, si Rafael Márquez o el Julión Álvarez lavan lana como se les acusa. Y si lo hicieron tampoco sé de su intencionalidad o no. Lo cierto: la impunidad campea no solo en Jalisco sino en todo el país, pero quizá aquí seamos más conscientes de ello. Por eso no importa acercarse a hacer negocios con el crimen organizado. El riesgo es minúsculo. A menos de enterarse los gringos. Porque, ¿donde están las investigaciones sobre lavado de dinero en Jalisco no provocadas por el Departamento del Tesoro norteamericano? ¿Ha servido la arbitraria, inconsecuente, creadora de trámites estúpidos, complicada, con sistemas maletas y ningún tipo de sentido ley antilavado? No. ¿Y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y el Procurador Fiscal? Ah, el SAT. Viendo como obtiene recursos vía su perturbador medidor de la ya criticada tantas veces aquí “recaudación secundaria”? ¿El procurador fiscal? Nada. ¿El Procurador General de la República? Mucho menos de nada. Por eso.

 

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