Entretenimiento
La poética visual de Pablo Serna se instala en el Club de Industriales
El artista plástico tapatío exhibe a partir de esta noche Carta abierta, muestra conformada por 12 piezas de gran formato
GUADALAJARA, JALISCO.- Para el artista plástico tapatío Pablo Serna, el color azul, en todas sus variantes, es la vía a través de la cual es capaz de captar la poética del medio ambiente. El pintor recrea en su paleta las tonalidades del cielo y de las jacarandas en su época de floración, de los magueyes, del espacio, del movimiento. "El cielo en Guadalajara es muy bonito. Es algo que me subyuga", afirma.
Las imágenes índigo de Serna se agolparán a partir de esta noche (20:30 horas) en Carta abierta, una muestra que acogerá El Club de Industriales (ubicado en el número 2 de la calle Javier Gamboa) durante dos meses y que da cuenta de cómo este pintor trata de vivir e interpretarse en los elementos de la naturaleza.
Las piezas que conforman Carta abierta son inéditas, pero no de reciente factura. Han sido realizadas en diferentes periodos de la trayectoria de Serna y ahora han servido para articular lo que él denomina como "un conjunto ecléctico". Son 12 obras en total (entre óleos y acuarelas), algunas de ellas conformadas por módulos que aluden al ordenamiento de grupos dancísticos (solistas, duetos, tríos, cuerpo de baile), ya que el baile es otra de las pasiones del pintor.
- ¿Cómo se fue gestando esta exposición?
- "Es un trabajo que se ha venido desarrollando en diferentes etapas de mi carrera, conforme se han presentado las circunstancias de la temática, del color, del tiempo, del espacio, del discurrir en la vida, por la vida. Cada elemento de la naturaleza representó un estímulo para la creación de estas obras. Sobre todo, y muy importante, quise darles a esta clase de objetos cotidianos su verdadero valor, a esas cosas que se ven como normales. Son de una importancia preponderante para mí. El hecho de que sea una simple piedra, una hoja de árbol, una flor o cualquier elemento, no quiere decir que deje de tener su importancia. Son cosas sumamente valiosas. Carta abierta es una revalorización que toma como base el color y la forma".
- ¿Qué tan importante es el factor tiempo en su creación?
- "Influye en las variantes del color azul que ofrece la naturaleza a lo largo del año. Eso es algo que me permite cambiar de materiales, de tonalidades".
- ¿Cuánto interviene el baile en la plástica?
- "La relación se da a través del ritmo, del movimiento. El dibujo y la línea que intervienen en la danza, así como el tiempo, un determinante del espacio, también está presente en la pintura. El baile dura mientras se ejecuta, pero en la plástica es una expresión permanente. Hay una interrelación muy profunda entre las artes en general que, creo, no se da en otro ámbito. Trato de intervenir las dos disciplinas para que mi obra sea poética. Ése es mi mensaje. Mi discurso no es social, ni político, ni histórico. Intento desarrollar creaciones que lleven inmersa una sensación más que un sentimiento. Algo que sea visceral, que tenga que ver con nuestro cuerpo y con nuestros sentidos, más que un mero apasionamiento exterior o cierto manierismo".
- En ese sentido, ¿cuál es el papel que juega su cuerpo durante la creación?
- "Es un elemento más que se integra a la pintura. No puedo permanecer de manera externa. Cuando extiendo la mano para trazar todo el cuerpo está vibrando y hay una emoción de alto riesgo. Hay algo de sobreexcitación, como los caballos cuando están prestos a correr. Me involucro, no permanezco receptivo, sino que trato de ser parte de cada pintura".
Las imágenes índigo de Serna se agolparán a partir de esta noche (20:30 horas) en Carta abierta, una muestra que acogerá El Club de Industriales (ubicado en el número 2 de la calle Javier Gamboa) durante dos meses y que da cuenta de cómo este pintor trata de vivir e interpretarse en los elementos de la naturaleza.
Las piezas que conforman Carta abierta son inéditas, pero no de reciente factura. Han sido realizadas en diferentes periodos de la trayectoria de Serna y ahora han servido para articular lo que él denomina como "un conjunto ecléctico". Son 12 obras en total (entre óleos y acuarelas), algunas de ellas conformadas por módulos que aluden al ordenamiento de grupos dancísticos (solistas, duetos, tríos, cuerpo de baile), ya que el baile es otra de las pasiones del pintor.
- ¿Cómo se fue gestando esta exposición?
- "Es un trabajo que se ha venido desarrollando en diferentes etapas de mi carrera, conforme se han presentado las circunstancias de la temática, del color, del tiempo, del espacio, del discurrir en la vida, por la vida. Cada elemento de la naturaleza representó un estímulo para la creación de estas obras. Sobre todo, y muy importante, quise darles a esta clase de objetos cotidianos su verdadero valor, a esas cosas que se ven como normales. Son de una importancia preponderante para mí. El hecho de que sea una simple piedra, una hoja de árbol, una flor o cualquier elemento, no quiere decir que deje de tener su importancia. Son cosas sumamente valiosas. Carta abierta es una revalorización que toma como base el color y la forma".
- ¿Qué tan importante es el factor tiempo en su creación?
- "Influye en las variantes del color azul que ofrece la naturaleza a lo largo del año. Eso es algo que me permite cambiar de materiales, de tonalidades".
- ¿Cuánto interviene el baile en la plástica?
- "La relación se da a través del ritmo, del movimiento. El dibujo y la línea que intervienen en la danza, así como el tiempo, un determinante del espacio, también está presente en la pintura. El baile dura mientras se ejecuta, pero en la plástica es una expresión permanente. Hay una interrelación muy profunda entre las artes en general que, creo, no se da en otro ámbito. Trato de intervenir las dos disciplinas para que mi obra sea poética. Ése es mi mensaje. Mi discurso no es social, ni político, ni histórico. Intento desarrollar creaciones que lleven inmersa una sensación más que un sentimiento. Algo que sea visceral, que tenga que ver con nuestro cuerpo y con nuestros sentidos, más que un mero apasionamiento exterior o cierto manierismo".
- En ese sentido, ¿cuál es el papel que juega su cuerpo durante la creación?
- "Es un elemento más que se integra a la pintura. No puedo permanecer de manera externa. Cuando extiendo la mano para trazar todo el cuerpo está vibrando y hay una emoción de alto riesgo. Hay algo de sobreexcitación, como los caballos cuando están prestos a correr. Me involucro, no permanezco receptivo, sino que trato de ser parte de cada pintura".