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¡Torero! ¡Torero! ¡Torero!

Correo electrónico: francisco@baruqui.com

Madrid.- Esta tarde será histórica. De las que marcan efemérides. De las que recomponen lo que componer haya dándole aire a la fiesta. De las que me hicieron volar la mente a otra que dejó sello indeleble en los anales del toreo. Sí, aquella en la que recibió la alternativa Manuel Benítez “El Cordobés” con cielo entoldado y un ambiente excepcional.

Excepcional ambiente con un tenor de disposición para encumbrar en la tan difícil plaza de Madrid, a un torero extraordinario que tanto tenía partidarios como detractores. Ambiente de fecha grande con un público entusiasta con ánimo a tope más de expresar su sentido de contento que el de mostrar un talante de censura.

En barreras, el rey Juan Carlos acompañado por la infanta Elena; aficionados venidos de toda España, Francia y América, con el “todo Madrid” luciendo galas para un acontecimiento.

Tras de una ausencia de seis años, reaparecía José Tomás en un marco de expectación e incertidumbre que llenó el coso hasta la bandera, y una reventa que se forró. Ví pagar 500 euros por una grada con precio menor a los 10. Y de tendidos, contrabarreras y barreras sobrepasando miles.

La ocasión pintaba a grande y…

Y vaya que grande fue…

Corrida de lujo de Victoriano del Río, de muy buena presentación. Toros con trapío y lámina, con crianza y bien armados con puntas finas de sus astas; vamos… Para Madrid, que pelearon fuerte en caballos, algunos yendo de largo con alegría, enjundiosos, metiendo los riñones cumpliendo, sobresaliendo los corridos en segundo, tercero, cuarto y quinto lugares que resultaron ovacionados en los arrastres, con el deslucido que abrió plaza y el último que cerró, ambos del lote del confirmante, cuando el padrino se llevó el mejor desperdiciándolo.

Ejemplares con fijeza, recorrido y son, mucho son, que tomaban los engaños con claridad y nobleza, desplazándose y repitiendo varios metiendo el morro haciendo el avión. Contento debe de estar el triunfador ganadero que tiene en alto su hierro y divisa. Y como lo hice en la plaza Victoriano, ahora desde mi escrito, te doy mi enhorabuena y te vuelvo a tocar las palmas.

Entre el variado público había de todo. Los que venían escépticos por cómo volvería el de Galapagar luego de una campaña digamos cómoda por la catadura del ganado y plazas de categorías disímbolas y… Y, los más, ilusionados y alentados por ver al José Tomás de su encumbramiento con mucha disposición a animarle y aplaudirle como sucedió apenas roto el paseíllo… ¡Cómo lo correspondió el torero!

Dos faenones de antología a toros de diferentes condiciones, enmarcados en la concepción más pura del más puro valor en un toreo mayestático, oficiante de liturgia, con una expresión artística non, singular, personalísima e incomparablemente única, con sello, fondo y esencia, con profundidad y hondura en un mensaje de intensidad que sacudió las fibras más recónditas de la sensibilidad poniendo al público todo de pie saliendo ronco de corear los ¡ooleeés..!

Generosidad en toda su actuación, con un capote del que salieron ceñidísimas gaoneras rematadas con revolera, como chicuelinas embarrándose al astado sin que entre éste y el artista cupiera un alfiler, y la verónica; la verónica, sí el lance fundamental del toreo de capa, citando a distancia, abriendo la seda para embarcar cargando la suerte como cargarse se debe, pa’ álante, jugando los brazos y bajando las manos llevando muy toreado al burel, acompañando con cadencia, plasmando su arte verdad y rematando con medias y recortes que hicieron explotar al cónclave.

A cada enemigo le dio su lidia. Espacio… Distancia… Sitio… Exposición con las zapatillas clavadas en la arena, encajados los riñones, poniendo su cuerpo para encelar y desbordarse en el toreo por abajo tanto con ayudados con la mano diestra como al natural con la zurda, muy reunido, embraguetándose de verdad, en los que los victorianos, — aunque hubo algunos enganchones de principio —, cuando José tomó ritmo iban embrujados en los vuelos de la muleta plena de mando… Plena de temple y ligazón. Obras armoniosas en las que los medios pases, con los de la firma y del desdén remataba con sendos preparados de pecho haciendo el cite de frente, para vaciar con toda su torería a la hombrera contraria cuando la plaza volcada ya, se metía en el ánimo y la expresión del extraordinario torero.

Fundamento de su arte es la quietud y el aguante; impresionante inicio de faena al quinto, un toro que arrancaba con la fuerza de un tren, y allí, en el mismo sitio sin pestañear siquiera, Tomás le barrió los lomos pasándoselo por la faja con escalofriante impavidez; ni un solo movimiento para reponer.

Sus dos obras tuvieron la soberbia cualidad de mantener el nivel por una absoluta y total entrega en un toreo de garra y sentimiento que ponía la piel erizada. Cuánta transmisión y emotividad hacía llegar el singular artista a los tendidos conectándose con ellos y cada uno de los que ocupábamos las 24 mil localidades de la plaza, era…

Era una borrachera de toreo de un hombre; de un artista; de un torero que dándose cautivaba a toda la multitud y…

Y quedaba el broche de la suerte suprema de la estocada… Con un aviso enviado, en corto y por derecho, pero que muy por derecho, — tanto que en su primero fue rebotado del encuentro —, sin salirse un milímetro de la trayectoria, embrocándose y mirando solo el morrillo, cobrar sendas estocadas en lo alto de efectos con el respetable de pie vitoreando al triunfal diestro que cortó cuatro orejas y… Y la puerta grande abierta para salir a hombros con los merecimientos todos, y no... No se cambiaba por nadie…

Vendrán, no lo dudo, criterios que si una oreja de más, que si dos eran suficientes, que si… Que si… Lo verdaderamente cierto es que esta tarde histórica le da un aire a la fiesta que tanta falta le está haciendo, cuando pasará a los anales del toreo y muy particularmente de Las Ventas de Madrid, como la sensacional reaparición de un torerazo que ha sabido conjuntar, — lo inconjuntable a veces, y antecedentes sobran —, del arte más expresivo con el valor más cabal.

Confirmó alternativa el sevillano Daniel Luque, un joven al que recuerdo como novillero, de condiciones destacables por su buen corte y oficio que ha pechado con lo deslucido del encierro, estando muy torero en toda su actuación, con empeño y tesón como voluntad sobrada con el sexto con el que se la jugó como jugársela tienen los que buscan llegar a ser alguien en el toro. Hábil matando, pero por tiempo en tratar de sacar lo que pudiera, recibió un aviso. Hay porvenir en Daniel que con más rodaje como matador y mejor suerte en los sorteos, seguro estoy que se proyectara al sitial que sus merecimientos le tengan deparado y…

Y qué desperdicio del lote mejor de victorianos cuando cayó en las manos de un estrafalario artista como lo es Javier Conde, quien dejando que les pegaran a granel en el castigo, no supo ni pudo ponerse en donde ponerse tenía para aprovechar las condiciones destacables de sus toros, escuchando pitos en sus dos, pero cumpliendo con su papel de aliviador telonero de figuras.

Créamelo amable lector aficionado, una tarde como ésta es de las que hace afición, a la contra de tantas otras que sacan a la gente de las plazas.

José Tomás… ¡Torero..! ¡Torero..! ¡Torero..!

Y para hoy, con la segunda corrida de Núñez del Cuvillo en esta feria de aniversario, un cartel de lo más interesante y del que con poco que embistan los toros se puede ver algo grande, ya que alternarán Manuel de Jesús “El Cid”, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante, tres, a no dudar, que tienen con qué armarla en grande. Deseo… Confío y espero que así sea.

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