Cultura
El abanico de la justicia
El Teatro Diana recibió en su escenario a un elenco de actrices de alto nivel que interpretó 12 mujeres en pugna
GUADALAJARA, JALISCO.- La balanza entre la muerte y la vida siempre tiene un equilibrio frágil. Y esa balanza se sostiene en las manos de una dama.
O de una docena, como ayer quedó claro en el Teatro Diana, con las dos funciones a reventar que ofreció la obra 12 mujeres en pugna, producida por Jorge Ortiz de Pinedo y ejecutada de manera maestral por un elenco de actrices de alto nivel.
La obra prometía bastante desde el inicio. Un escenario bien elaborado se convirtió en la sala de deliberaciones de un jurado con personalidades bien marcadas.
La risueña, la que está a la última moda, la iracunda, la frágil, la popular, la racista. Todos esos matices fueron pintados con delicadeza o firmeza, según se fue desenvolviendo la puesta en escena en las dos funciones ofrecidas a las 19:00 y 21:45 horas.
Azela Robinson, Ericka Buenfil, Gaby Platas, Gabriela Murray, Laura Luz, Laura Zapata, Marimar Vega, Leticia Calderón, Nora Salinas, Raquel Olmedo, Rossana Nájera y Yolanda Mérida no defraudaron a lo largo de hora y media de deliberaciones, llanto, sonrisas, chistes, reflexiones e instantes de alta tensión.
Libres y culpables
Si bien destacó la puntualidad y pulcritud que tuvo la puesta en escena, también es cierto que nuevamente el público tapatío se mostró dependiente del celular.
Y es que a lo largo de la obra, no faltaron los ringtones de moda, los mensajes e incluso los espectadores que con boleto pagado, prefirieron estar picando el celular que poner atención a la obra.
La queja común, especialmente de quienes tuvieron asiento en lunetas altas, es que los diálogos de las actrices en un principio se escuchaban lejanos, defecto que se compuso sobre la marcha y terminó siendo compensado con la actuación destacada de Laura Zapata, cuyo personaje se robó la atención y los aplausos con un dramático monólogo.
En resumen, una obra completa y de excelente factura que a quienes asistieron les dejó un buen sabor de boca y está pendiente en el aire la posibilidad de un retorno en el futuro.
O de una docena, como ayer quedó claro en el Teatro Diana, con las dos funciones a reventar que ofreció la obra 12 mujeres en pugna, producida por Jorge Ortiz de Pinedo y ejecutada de manera maestral por un elenco de actrices de alto nivel.
La obra prometía bastante desde el inicio. Un escenario bien elaborado se convirtió en la sala de deliberaciones de un jurado con personalidades bien marcadas.
La risueña, la que está a la última moda, la iracunda, la frágil, la popular, la racista. Todos esos matices fueron pintados con delicadeza o firmeza, según se fue desenvolviendo la puesta en escena en las dos funciones ofrecidas a las 19:00 y 21:45 horas.
Azela Robinson, Ericka Buenfil, Gaby Platas, Gabriela Murray, Laura Luz, Laura Zapata, Marimar Vega, Leticia Calderón, Nora Salinas, Raquel Olmedo, Rossana Nájera y Yolanda Mérida no defraudaron a lo largo de hora y media de deliberaciones, llanto, sonrisas, chistes, reflexiones e instantes de alta tensión.
Libres y culpables
Si bien destacó la puntualidad y pulcritud que tuvo la puesta en escena, también es cierto que nuevamente el público tapatío se mostró dependiente del celular.
Y es que a lo largo de la obra, no faltaron los ringtones de moda, los mensajes e incluso los espectadores que con boleto pagado, prefirieron estar picando el celular que poner atención a la obra.
La queja común, especialmente de quienes tuvieron asiento en lunetas altas, es que los diálogos de las actrices en un principio se escuchaban lejanos, defecto que se compuso sobre la marcha y terminó siendo compensado con la actuación destacada de Laura Zapata, cuyo personaje se robó la atención y los aplausos con un dramático monólogo.
En resumen, una obra completa y de excelente factura que a quienes asistieron les dejó un buen sabor de boca y está pendiente en el aire la posibilidad de un retorno en el futuro.