Viernes, 26 de Abril 2024
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Relecturas del Arte

La formación de Enrique Hernández incluye la fotografía y cursos sobre arte contemporáneo

Por: EL INFORMADOR

El artista Enrique Hernández platicó sobre las piezas con las que participará en ARCOmadrid. EL INFORMADOR / G. Gallo

El artista Enrique Hernández platicó sobre las piezas con las que participará en ARCOmadrid. EL INFORMADOR / G. Gallo

GUADALAJARA, JALISCO (26/FEB/2017).-  La edición 2017 de ARCOmadrid, la feria de arte contemporáneo, se inauguró el pasado 22 de febrero en la capital española. Entre los artistas con obra en sus exposiciones está el artista jalisciense Enrique Hernández, representado por la galería Tiro al Blanco, quien también lleva a Juan López.

El artista nos recibió en su estudio para hablar de las piezas que se llevaron a ARCOmadrid y sus procesos de creación. Entre las particularidades de su espacio de trabajo resalta alternar entre dos habitaciones (teórica y práctica): una donde comienzan los proyectos, con un par de mesas de trabajo en donde conviven libros de referencia, cuadernos de bocetos, lápices y pinceles, computadora e impresora. El otro espacio es donde se concretan las pinturas.

Su inclusión en la feria de arte contemporáneo fue gracias a la galería: “Los invitaron por un programa curatorial de galerías. Son galerías jóvenes, con menos de siete años establecidas”.

De la selección de piezas, agregó: “Es un proyecto muy reciente. Pretendía trabajarlo de aquí a finales del año: tiene como base la Enciclopedia Salvat. Por lo regular mi trabajo se basa con archivos o documentos que ya existen, imágenes tomadas de diferentes lugares. Es un poco descontextualizarlas, desarmarlas. En este caso empecé a hacer una especie de censura, clausuras parciales de la imagen y los textos. Empezó a tener otro carácter la páginas”.

A partir de la intervención de las hojas surgió también la realización de una serie de pinturas: “Fue como un experimento llevarlas a esos tamaños”. En ARCOmadrid se aprecia una selección de nueve fragmentos de la enciclopedia y tres pinturas.  

A propósito de trabajar con imágenes existentes, Enrique comentó: “Es alternar esa imagen de ese medio previo a internet. En México estuvo muy presente en los setenta. Es algo que siempre había tenido allí, de hecho tengo dos juegos. En las librerías de viejo las encontramos… (El proyecto) empezó casi circunstancial, y fue creciendo”.  

De alguna manera, retomar una edición impresa de la enciclopedia en una época en donde ya sólo se consulta en web recuerda al Pierre Menard de Jorge Luis Borges, quien retoma el Quijote en otro siglo, haciendo un libro diferente aunque contenga las mismas palabras. En una mesa de trabajo en su taller, Enrique Hernández tiene precisamente un libro de Borges: “Es curioso, tengo otro proyecto que viene un poco de Borges, con ‘Historia de la eternidad’. Me gusta coleccionar frases que hablen de la imagen, es algo que constantemente leo. Aunque no tengan que ver con teoría de la imagen y teoría del arte, pero que hablen de cómo vemos.

Por ejemplo, ‘Imagina unos ecos’, viene en un libro de Don DeLillo, Americana. O El país de las últimas cosas de Paul Auster, con una chava que visita un país en ruinas, destrozado; como ella lo describe hace alusiones a lo que ella ve, a cómo ve esas cosas. Las frases las descontextualizo”.

Del argentino, comentó un mural en formato de tríptico con tres páginas de Borges: “cancelo todo el texto y únicamente dejo abierto, a la vista, las ideas sobre la imagen. Es jugar con esa cuestión con la imagen, pero donde no hay nada que ver. Es un tema de dialéctica con el espectador: se habla de imágenes pero vemos unas plastas negras. ‘La imagen es una eternidad’, ‘En una sola imagen’, ‘Imagen de imágenes’”.

Aunque su trabajo se centra en la pintura, el artista también ha tratado de llevar sus intervenciones a otras latitudes, “menos pictóricas y más tangibles en cuestión de objetos”. Con el mismo influjo de los libros, como con “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury y “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago, ambos proyectos presentados en el Museo de Arte de Zapopan: para el libro de “Fahrenheit 451” (una distopía en donde los bomberos tienen como trabajo cotidiano la quema de libros) el artista le prendió fuego al libro, convirtiéndolo en un personaje y creando un arte-objeto.

Con la novela de Saramago (donde ocurre una pandemia de ceguera blanca), Enrique pintó las de un ejemplar de blanco, para luego deshojarlo y montarlas en un mural. De ellos, comentó: “Es un ejercicio tautológico de contar la historia en el mismo objeto, que obvio pierde su pertinencia… Planteé las dos piezas pensando en el Cuadrado negro sobre fondo blanco y Blanco sobre blanco de Malévich, unos cuadros que siempre me han gustado mucho… Para mí Malévich había llegado a esa tautología de la misma pintura al no presentar nada más que la misma pintura, con formas muy básicas. Es hablar de pintura con la misma pintura, mucho antes de Jackson Pollock, también con la espiritualidad. Pero en el solo acto de la pintura es esa idea. Fue sacar esa manera de pensar con un planteamiento para llevarlo a objetos como los libros”.

Desde otro ángulo

A propósito de esa acción de retomar otras obras para trabajarlas artísticamente desde otro punto de vista, Enrique agregó: “Regularmente trabajo con el palimpsesto: encimar, cambiar la cuestión narrativa. Lo hice también con imágenes de la historia moderna de la arquitectura, como Le Corbusier”. Del arquitecto francés, Hernández tiene en su taller varias obras de gran formato en donde se observan fotografías intervenidas: “Fue plantear las ruinas sobre la arquitectura… Es darle una lectura diferente a la imagen arquitectónica.

Todas son la Unidad Marsella. Es una relectura, de alguna manera es plantearle un problema encima a ese ícono. Se replantea la imagen, a partir de una especie de abstracción. Aunque no es totalmente abstracción porque sí tiene referencia muy directa con algo físico”.  

Sobre la icónica unidad habitacional se observan imágenes de derrumbes, escombros y demoliciones. De la propia “deconstrucción”, Hernández tiene una obra audiovisual que retrata la demolición de un edificio: el video se presenta pixeleado, “perdió la claridad de la imagen”. Son cinco minutos con subtítulos de frases de Paul Auster. “Era jugar con las imágenes, replantear qué está viendo, cuando no se ve nada… Parte de la carga que tiene es cuestionar un poco qué es lo que nos detenemos a ver y qué no vemos, a partir de la economía de la imagen actual. Es un mundo de imágenes, pero vemos parcialmente. Es volver a retomar la idea”.  

En varias de las obras de Hernández, cromáticamente predomina el negro, aunque sí hay presencia de otros colores. El detalle, apuntó el artista, es relativamente reciente: “Hace dos años comencé a trabajar con el negro, con tinta china: me gustó mucho esa fuerza que hay en esa simpleza del negro y el blanco.

Me parece que son los no colores, ópticamente eso implica en la computadora y en impresión. Es interesante emular, reconstruir a partir de eso”.

La formación de Enrique Hernández incluye la fotografía y cursos sobre arte contemporáneo. Ha expuesto en el Museo Taller José Clemente Orozco, Ex Convento del Carmen, Casa Vallarta, Centro Cultural El Refugio, MURA, entre otros.

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