Sábado, 04 de Mayo 2024
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La danzante más letrada

Elizabeth Torres Promueve internacionalmente la riqueza de México

Por: EL INFORMADOR

El próximo destino de Elizabeth Torres es Nueva York, donde participará en una asamblea de las Naciones Unidas. EL INFORMADOR / A. Hinojosa

El próximo destino de Elizabeth Torres es Nueva York, donde participará en una asamblea de las Naciones Unidas. EL INFORMADOR / A. Hinojosa

GUADALAJARA, JALISCO (02/AGO/2015).- Le dicen “la indígena del Country” y no es algo que le moleste. Elizabeth Torres Villanueva es de esas jaliscienses que no pasan desapercibidas cuando anda por las calles tapatías ni cuando asiste a los congresos internacionales —vestida de manta y penacho—, donde presume de su dominio de ocho idiomas con rango de maestría.

Elizabeth es antropóloga, lingüista, psicóloga, socióloga, terapeuta y danzante, siendo esta última faceta una de las que más explica con orgullo a donde quiera que va, como próximamente lo hará en Nueva York al ser una de las exponentes mexicanas invitadas al congreso de las Naciones Unidas en donde hablará sobre la relación que la danza prehispánica tiene con la pedagogía.

Nacida en Hostotipaquillo, Elizabeth ha recorrido el mundo acreditándose galardones y medallas gracias al impulso que brinda a la danza mexicana y sus diversos vértices, como la vestimenta, los símbolos y los rituales.

Hablar con Elizabeth es sumergirse en un viaje hacia la historia nacional y ancestral, en donde los mitos y verdades sorprenden en cada una de sus palabras. Entre un tema y otro, esta mujer de ojos verdes y cabellera dorada, insiste en los engaños que se acarrean desde las aulas, en donde se asegura que, por ejemplo, Tenochtitlán fue fundada gracias a que se encontró a la mítica águila devorando una serpiente sobre un nopal.

“Logré que se aclarara que el símbolo nacional del águila con la serpiente es de 1810 y no es prehispánico. Lo que el águila tiene en el pico es el símbolo de la tlachinolli, que es la fuerza de voluntad. Hago la investigación más profunda porque en Alemania consideran que muchas de las cosas que se escribieron son falsas o mal interpretadas, mi trabajo de doctorado estuvo basado en esta investigación”.

Los cuestionamientos que investigadores alemanes hicieron a Elizabeth la motivaron a escarbar en las raíces de la historia e identidad mexicana. “‘¿Crees que esa obra arquitectónica, pictórica y urbanista fue hecha porque estaba una águila sobre un nopal?’, me preguntaron y ahí fue la primera vez que me cuestioné, o que si realmente Tláloc es el dios de la lluvia. ¿Qué otra cosa yo iba a creer si es lo que me habían enseñado?”.

Desde el vientre

Conforme las dudas se ligaban a Elizabeth, esta experta cayó en cuenta que estaba mal informada sobre su conocimiento de la cultura indígena, que no conocía a ciencia cierta su lengua ni los símbolos que han puntualizado a México bajo una identidad internacional.

Bajos estos argumentos Elizabeth también dice que otro de los símbolos que se han distorsionado en su significado es la calavera, que realmente no significa muerte, por el contrario: “Representan transformación, porque desde que fuimos concebidos y hasta que muramos nos estamos transformando, por eso muchos danzantes traemos el símbolo del cráneo. A través de la danza he comprendido mejor todo. Me apasioné cada vez más porque estos temas en foros internacionales tienen mucha aceptación”.

Cuando las maestrías, doctorados y ocho idiomas ya ocupaban la mente de Elizabeth, la danza tocó de golpe a su puerta, o mejor dicho, a su corazón, al darse cuenta que para acceder a la confianza y conocimientos de las comunidades indígenas, la danza ancestral sería la llave que la conectaría a otro cosmos donde su vocación de psicóloga, pedagoga y terapeuta podían unirse de manera inesperada.

Poco a poco, Elizabeth llegó hasta la llamada Sierra de Amatlán de Quetzalcóatl, entre los estados de Guerrero y Morelos, donde tras varias ceremonias dancísticas a la salida del Sol y el canto de los caracoles, pudo encontrar ese ingrediente que le faltaba para amalgamar y justificar sus investigaciones: la comprensión.
Elizabeth argumenta que la danza, además de todo el ADN cultural que carga, es un sistema de salud física, mental y espiritual que se conecta instantáneamente y al mismo tiempo, provocando mejoras en el cuerpo desde lo anímico a lo orgánico.

“La danza es interpretación de los códices, de los símbolos y la relación con el cosmos. Empecé a observar más y cada día va un símbolo diferente con danzas diversas que también cambian al ritmo de las temporadas, de las cosechas”.

A beneficio

Las bromas que surgieron en redes sociales en donde se agregaban las letras “tl” al término de palabras en español o inglés (como “partytl”, “jajatl” o “afirmativotl”) en mofa del acento o lenguaje indígena —principalmente del náhuatl— no es algo que ofenda a apasionados por lo mexicano como Elizabeth, lo que sí le molesta es que no se valoren la tradiciones y conocimientos que las comunidades tienen, y que —sobre todo— exista vergüenza y racismo hacia la raíz nacional.

“Hay un rechazo en nuestra cultura a lo indígena. Muchos prefieren ser o sentirse europeos, no quieren ser mexicanos. Cómo es posible que tengamos ese racismo. Ese tipo de humor no es problema si divierte, siempre y cuando se valorara todo, fuera diferente”.

Le dicen la “indígena o danzante del Country”, porque Elizabeth ha dado batalla en las calles de la metrópoli tapatía tratando de instalar talleres donde al ritmo de los tambores y los huesos de fraile y el color de los penachos y ajuares, invita a los vecinos a despojarse de los zapatos para conectarse descalzos sobre la tierra y mejorar la salud.

La han corrido de aquí y de allá, incluso, en la colonia Providencia —aunque tenían un permiso otorgado por el Ayuntamiento— algunos vecinos inconformes lograron que Elizabeth y sus danzantes desistieran ante la excusa de que el ruido de los tambores rompían con la tranquilidad de la zona.

“En Italia, Francia, Polonia y Checoslovaquia usan la danza prehispánica para niños con discapacidad, con autismo o síndrome down, cuando aquí somos muy racistas, en ningún lado del mundo se es tan discriminatorio hacia lo mexicano como aquí, eso es triste”.

Eso no ha impedido que Elizabeth siga aportando bienestar con su danza. En Manzanillo tiene un centro ecológico de rituales y terapias prehispánicas con temazcales y festividades del calendario azteca que ayuda a niños de situación de violencia en el barrio de San Pedrito.

“Con los ritmos de la danza, al utilizar los pies y manos al mismo tiempo, tus hemisferios se conectan causando una descarga física y neuronal que despierta al cerebro. Desde que estás en el vientre estás danzando. La primera manifestación del ser humano es danzar, los niños con sus movimientos danzan”.

No cualquiera

Hace 15 años Elizabeth comenzó su andar en los concursos y conferencias internacionales sobre la investigación de la danza y su uso en las ramas terapéuticas y pedagógicas, siendo en Chipre donde llegaría el primer premio al explicar internacionalmente el significado de los símbolos y atuendos de manta repujados en piel y pintados a mano que se usan en la danza ancestral.

Elizabeth es capaz de explicar todo lo anterior en alemán, francés, inglés, italiano, ruso, chino mandarín y sueco, además de entenderse muy bien con el latín, portugués y griego, mientras la especialidad en “La voz propia de los símbolos mexicanos” sumaba más conocimientos a su vida.

Ahora será en Nueva York donde se integre a la asamblea de las Naciones Unidas, del 22 al 28 de agosto, para hablar sobre la recuperación de identidad, haciendo hincapié “en la relación con los niños para que puedan estar otra vez en contacto con la tierra, toquen instrumentos naturales y se alejen de la enajenación de la televisión y los teléfonos”.

También presentará el proyecto de capacitación a nivel internacional con el que invita a estudiantes extranjeros para que vengan a México a aprender las danzas, y de paso capacitar a maestros, danzantes, terapeutas y psicólogos en el uso pedagógico de la danza.

Elizabeth lamenta que los campeonatos ganados en Grecia, las conferencias impartidas en Rusia o el concurso que recientemente ganó ante 992 participantes mundiales de danza —calificado por directivos del Cirque du Soleil— no tengan el respaldo económico de las autoridades gubernamentales para costear los vuelos y estancias de ella y los danzantes mexicanos que la acompañan. Dice que tanto en la Secretaria Cultura como la de Turismo, los trámites son tan largos que hay eventos que caducan y terminan por perderse.

Ahora sólo espera que alguien se sume al patrocinio del congreso de Nueva York, o el que en septiembre se realizará en Miami o la sesión que la UNESCO realizará en París en diciembre.

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