Martes, 07 de Mayo 2024
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Del México soñado a ''La Patria Insomne'' de Carmen Boullosa

La muerte de una ilusión y la actual violenta realidad la llevaron a escribir este libro de poemas, un lamento literario de una de las escritoras mexicanas más reconocidas

Por: EL INFORMADOR

Estudio en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad Nacional Autónoma de México. Trabajó en El Colegio de México.  /

Estudio en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad Nacional Autónoma de México. Trabajó en El Colegio de México. /

GUADALAJARA, JALISCO (25/MAR/2012).- Para Carmen Boullosa  hace tiempo que México dejó de ser'' La Suave Patria'' de López Velarde. Su profundo dolor por la situación de violencia que atraviesa el país la llevó a escribir'' La Patria Insomne'' (Hiperión, 2011), un poema, sin duda, más acorde con los tiempos que corren.    

Antes de hacer la presentación formal del insomnio —esa batalla frontal entre vigilia y sueño— la autora introduce al lector con  la descripción de una escena que es una metáfora de su sentir: el espíritu, desde la tumba, llama al cuerpo con su teléfono móvil. “¿Cómo te va?”, le dice, “recuerda que aquí vas a estar pronto”.

Así inicia el recorrido que Boullosa traza para hablar de la muerte, no como un hecho lejano, sino como parte de nuestro futuro inmediato. “Si el alma se muere primero ¿qué le queda al cuerpo?”, reflexionó la autora en entrevista telefónica desde Nueva York, ciudad en la que habita desde hace tiempo. “En 'La Patria Insomne' hay un viaje del cuerpo que inicia su periplo con el alma ya enterrada, en la ultratumba”, agregó.

La poeta, cuentista, novelista y dramaturga afirmó también que en su más reciente libro persiste su tono, sus obsesiones, y el juego entre lo público y lo privado presente desde sus primeros poemas. La diferencia, tal vez, es que ya no se trata de un tema que afecta a una generación o a un solo grupo social: “la patria está toda en llamas”.  

— Más allá del evidente contexto de violencia, ¿qué la movió a escribir este libro?

—La violencia por la que pasa México me pesa mucho, de una manera íntima. Nunca me imaginé que iba yo a estar a punto de cumplir 60 años con un país así. Cuando era jovencita, en los setenta, teníamos como una ilusión: pensábamos que en México, aunque las cosas estaban mal, todo iba a ser mejor. Había una especie de certeza ambiente de que éramos un país del futuro y de que México iba a ir hacia delante. Creíamos que con la democracia se iban a curar los grandes problemas de México.

Y de pronto estoy del otro lado de mis sueños: ya no gobierna en México un solo partido y las fuerzas ciudadanas han cobrado mucho más poder, pero nunca llegaron los cambios que creímos que nos iban a traer la ilusión. Para mí, lo que sucede en México es también la muerte de un sueño. Y me ha dolido mucho, me ha costado lidiar con la tristeza que me provoca, y yo creo que de ahí nació el poema. Me han pedido textos racionales sobre lo que pasa en México y he intentado hacerlos, pero no puedo. Para mí no sólo es lo que ocurre como una realidad trágica sino que el impacto que ha hecho en mi intimidad ha sido devastador, me ha golpeado íntimamente. Es un asunto para mí muy personal.

— ¿Por qué recurrir al insomnio como título y herramienta narrativa?  

— Me parece que es una cosa precisa que funcionó. Lo que me ocurre con la tragedia pública de México es que al ser para mí un asunto tan personal, es casi como ver un espejo del alma. Volteo a ver a la patria y hay una relación de fuerte contacto íntimo. Yo soy insomne, y con el estado de ánimo difícil el insomnio se pone peor. Entonces me quedaba el insomnio, que es mi problema personal y que se ha agudizado con la situación del país. Por otro lado también lo veo en la patria con la que yo soñé: la que era el sueño futuro no se cumplió, se cumplió una patria insomne.

— ¿Cómo se ve México desde el extranjero?

— ''La Patria Insomne'' es un poema que escribí en Nueva York hace tiempo, antes de pasar un año entero en México. Y yo sé que no lo hubiera podido escribir estando allí, teniendo la posibilidad de caminar al mercado de Coyoacán, de ver una especie de alegría ambiente del que goza la Ciudad de México. La belleza enorme que tiene esa ciudad en el colorido de los árboles, las fachadas, la ropa de la gente. Hay un contacto con la vida que no dan las notas del periódico. Evidentemente es un libro en el que estoy viendo a la patria, sí muy íntimamente, pero también a la distancia, como un todo. Cuando estoy metida en Coyoacán la estoy teniendo en mis pies. La relación es diferente, y también tal vez menos dolorosa y menos consciente. En cambio a la distancia la necesito, se vuelve una especie de amor ansioso por que no la tengo y siento que se me va.

— Los libros que abordan la temática de la violencia están proliferando en distintos géneros ¿considera esto como una tendencia, una moda, una necesidad?

— No le pondría yo la palabra moda, diría más bien que es una tragedia ¿cómo la puedes escapar estando en el México de hoy? Es la sangre de 60 mil personas. Las proporciones son tan escalofriantes que lo veo como muy inevitable. Y también me preocupa, porque la fascinación y el sex appeal que tiene la violencia son muy grandes para el hombre contemporáneo, y no sólo en México. Pero en el caso específico mexicano ¿cómo haces para que no te salpique? No es que uno elija el tema, es el tema el que está arrasando, nos está arrastrando. No es una predilección, no es un gusto, no es el encanto que conlleve o traiga la violencia. Esto es otra cosa.

— Ante la grave situación del país, ¿se ha involucrado en algún otro tipo de lucha colectiva?

— Cuando viví en México pasé varias horas de mi vida peleando porque dejara de estar en el poder el único partido, trabajé intensamente en la primera campaña de Cárdenas y con mis amigas feministas en algunas otras causas. Ahora a la distancia no, porque mis novelas se han vuelto complicadísimas y me exigen una cantidad enorme de aislamiento. Y también son momentos en la vida. Estando acá la distancia —lo digo con toda honestidad— no me da el alma, no me alcanza el tiempo. Y también el trabajo de testigo a la distancia toma tiempo, y termina por ser —como todo trabajo de un escritor— un trabajo político.

Testigo a la distancia

Carmen Boullosa (Ciudad de México, 1954) recibió el Premio Xavier Villaurrutia, el Café Gijón de novela, el Liberatur de la ciudad de Frankfurt y el Anna Seghers de Berlín.

Ha sido profesora en la Universidad de Columbia, Georgetown y Nueva York.  Fue becaria Guggenheim del Cullman Center en Nueva York, y actualmente es del FONCA.

Conduce el programa de televisión Nueva York, un espacio para los latinos residentes de esa ciudad que ha ganado en tres ocasiones el Premio Emmy Nueva York.

Mantiene un blog en www.carmenboullosa.com, donde sobre todo cuelga sus colaboraciones en el diario El Universal, de México, además de otras relacionadas con sus intereses literarios y de vida.

Es autora de novelas como: ''Antes'', ''El complot de los románticos'', ''Las paredes hablan'', ''Son vacas, somos puercos'', ''La otra mano de lepanto'','' De un salto descabalga la reina'', y '' El médico de los piratas''.

Entre sus poemarios están: ''Lealtad'', ''Abierta'', ''La salvaja'', ''La Delirios'', ''Agua'', ''Salto de mantarraya''.

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