Ante los efectos de la pandemia por el nuevo coronavirus, los sectores económicos más afectados en Jalisco son los de servicios, construcción, transportes y comunicaciones, así como la industria de la transformación. Tan sólo entre los meses de abril y mayo pasados, la crisis detonada por el COVID-19 provocó que 831 patrones se dieran de baja en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); es decir, 13 empresas cerraron definitivamente al día, en promedio.En abril, 626 patrones salieron del registro de la dependencia. Y en mayo, otras 205 compañías fueron desafiliadas.Esas bajas ante el Instituto han provocado que más de 60 mil jaliscienses perdieran su empleo formal durante la pandemia.Destaca que el sector agropecuario registra saldo positivo, pero apenas con el alta de 16 patrones ante el IMSS en el periodo en mención.Mientras durante abril y mayo pasados 831 patrones se dieron de baja en el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), ante los efectos de la pandemia en Jalisco, Ricardo Barbosa, presidente de la Comisión de Asuntos Laborales de la Coparmex, estima que en este año se podría duplicar la baja de empresas. “Junio, julio y agosto todavía serán unos meses muy castigados porque, aunque ya se está abriendo la economía, hay empresas que están tocadas de muerte por el nulo apoyo federal”.Subraya que, al registrarse más empresas que cierren, también se incrementará el número de trabajadores despedidos. “Desgraciadamente, el número de empresas que cierren se puede duplicar, pero también el número de trabajadores que se queden sin empleo... vienen meses muy complicados, con una contracción de la económica”.En los primeros tres meses de la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia del COVID-19 (en marzo, abril y mayo), en Jalisco ya se perdieron 67 mil 642 empleos formales. “Los apoyos del Gobierno federal y estatal no han sido suficientes. El Gobierno federal tiene más recursos para más apoyos. Y entendemos la labor del Gobierno de Jalisco, pero no hay dinero que alcance”.Por este motivo, “es urgente” apoyar a las empresas para que sigan operando y no despidan personal, también respaldar a los trabajadores con el salario solidario y, a los que ya fueron despedidos, garantizarles por lo menos un sueldo mínimo durante dos meses. Carlos Villaseñor, presidente de la Coparmex en Jalisco, admitió que ante la falta de apoyos, principalmente del Gobierno federal, más patrones podrían darse de baja.“Estimamos que habrá más patrones que se darán de baja, muchos negocios que cambiarán la forma de cómo venían trabajando. Habrá empresas que se están descapitalizando por seguir pagando los sueldos. Y ese dinero era capital de trabajo para comprar materias primas o los servicios que venían ofreciendo. Las empresas se están descapitalizando para pagar los sueldos y se verán muy afectadas”.Por este motivo, Carlos Villaseñor pidió que se considere acelerar los créditos para salvar a los negocios que atraviesan por una difícil situación.“Es urgente que, de parte del Gobierno federal, se entreguen apoyos para salvaguardar los empleos y que las empresas puedan destinar los pocos recursos que tienen al capital de trabajo”.Por parte del Gobierno del Estado se están terminando de definir los mecanismos para apoyar a las empresas en diferentes programas.“Específicamente, lo que pedimos es que salgan con mayor rapidez las reglas del juego para acceder a todas esas líneas de crédito”.De no acelerar los apoyos a las empresas, alertó que también habrá más desempleados.“Sí vemos reflejada una caída en el ritmo de la generación del empleo, se siguen perdiendo empleos y de ahí la estimación que podemos llegar a finales del año con más de 100 mil bajas”.Los saldosLas pérdidas en MéxicoEl sector agropecuario fue el único que registró resultados positivos durante la pandemia del nuevo coronavirus, tanto en número de patrones como en trabajadores. En abril se dieron de alta 14 nuevas empresas y dos más en mayo.Jacobo Cabrera Palos, presidente del Consejo Agropecuario de Jalisco, explicó que el crecimiento de patrones en el sector se debe a que hay una regularización de empresas y trabajadores. Lo anterior se explica porque en el sector agropecuario, que es el más pujante de Jalisco, algunos trabajadores “no estaban registrados aquí porque muchas empresas los daban de alta en otros Estados”. Acentuó que uno de los acuerdos en la Mesa de Reactivación Económica de Jalisco fue el empezar a regularizar la domiciliación de los trabajadores y de las empresas.“Muchos de los trabajadores, como 40 mil, venían de otros Estados como Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Puebla. No domiciliaban en el Estado y eso nos daba una serie de impactos negativos”.De acuerdo con Cabrera Palos, con esta regularización el sector agropecuario tendrá saldos positivos tanto en la generación de empleos como en el crecimiento de los patrones.El entrevistado indicó que, conjuntamente con la ONU Mujeres y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), impulsan el padrón de jornaleros agrícolas. “Sigue siendo una actividad esencial, es de las pocas actividades que sigue trabajando, pero con este estímulo seguirá creciendo”.GUÍAEl dulce sabor de los waffles de este negocio, que se ubicaba en la avenida México esquina con Amado Nervo (en Guadalajara), ahora es cosa del pasado.The Waffle Factory fue uno de los restaurantes más emblemáticos de la ciudad que no pudo resistir a la crisis sanitaria y económica provocada por el COVID-19.Después de 20 años de operación, en abril pasado cerró sus puertas dejando a casi 10 trabajadores sin empleo.“La realidad es que veníamos manejando números muy justos desde hace un año. No era para cerrar, pero llegó esto y, aunque pudimos haber seguido, no le vi un fin a la pandemia”, explicó Héctor, uno de los socios.Fue de esta manera que, con los últimos ingresos que tenían, decidieron cerrar, liquidaron a los trabajadores y pagaron a los proveedores.Aunque se habían anunciado apoyos para pequeños y medianos negocios, prefirió cerrar porque sólo se endeudarían más.“Muchos restaurantes no han cerrado porque se están endrogando y empeñando su futuro, pero la realidad es que esto le dará en la torre al 35% de los negocios, por lo menos”.Aunque otras empresas en el giro de restaurantes emigraron al servicio a domicilio, para Héctor no era la solución, ya que enviar su producto no es viable porque no se puede comer frío.“Nosotros nos precipitamos un poco para no endrogarnos, analizamos los datos y creímos que cerrar era lo más conveniente para no quedarle mal a los proveedores”.La implementación de la alerta sanitaria por el COVID-19 provocó que el negocio de fotografía de Ale Villaseñor y Carlos Puebla se derrumbara.De la noche a la mañana, todos los eventos que tenían programados estos fotógrafos especializados en bodas y XV años se cancelaron.Era tal la cantidad de eventos que tenían programados que debían subcontratar los servicios de otros.“Todo el año lo teníamos reservado con bodas… nos iba muy bien, pero nunca pensamos que una pandemia derribaría este negocio. Lamentablemente fue lo primero que se canceló: los eventos masivos”, remarca Alejandra Villaseñor.Debido a que todos sus eventos se cancelaron y algunos se reprogramaron para octubre y finales del año, tuvieron que crear un nuevo proyecto.“Carlos, mi novio, ha trabajado mucho con madera… y yo con las plantas. Por eso pensamos en crear algo padre y fue así que empezamos con los huertos urbanos”.Así nació Garden Box, una compañía de venta de huertos urbanos que comenzó con dos modelos hace tres meses.La ventaja competitiva de Garden Box es el diseño, ya que los huertos existentes en el mercado “no son bonitos, son muy útiles y funcionales, pero no tienen diseño o no son estéticos. Carlos comenzó a diseñar los huertos, mientras yo elaboré el manual y el instructivo para hacerlos prácticos, que fueran bonitos y con una decoración padre”.Los primeros huertos urbanos los vendieron entre familiares y amigos, tanto en Guadalajara como en otras ciudades.El modelo que más se vende es el grande: cuesta tres mil 700 pesos (incluye herramienta, semillas, tierra, composta, jal e instructivo). Existe otro modelo más pequeño que cuesta dos mil 600 pesos. “Es para que solamente se haga el proceso de la plantación”. Además de Guadalajara, los huertos de Alejandra Villaseñor y Carlos Puebla ya se han vendido en ciudades como Morelia.Alejandra es optimista con el proyecto, ya que considera que cada vez hay más conciencia de la sociedad para llevar una vida más ecológica y saludable.“La gente tiene más educación de una vida orgánica y más saludable. La educación evolucionó y se enfoca en este tipo de cosas. Nosotros creemos que apostando a la naturaleza es un buen futuro”.Sigue: #DebateInformador¿En su colonia han cerrado negocios ante la crisis del COVID-19?Participa en Twitter en el debate del día @informador