| Visión y decisión Por: EL INFORMADOR 19 de febrero de 2009 - 23:00 hs “Cuando respetemos la luz roja por seguridad a nosotros y a los demás, no por la sanción que implica la infracción, habremos transitado al régimen de conciencia y disciplina cívica y social”. Este concepto me lo inculcó un dilecto amigo creyente en la posibilidad de contrarrestar la indiferencia y la irresponsabilidad individual y colectiva que sufre la población con grave deterioro de la calidad de vida. Confianza y dignidad crean responsabilidad social El crecimiento demográfico carente de planeación es la causa comúnmente atribuible al desorden en la Zona Metropolitana de Guadalajara. La ausencia de orden y concertación provocan, entre otros, los conflictos de seguridad con expresiones lacerantes, irreprimibles y frecuentemente irremediables. El crimen organizado, o desorganizado, para las víctimas da igual, ha tomado la plaza. La sucesión de hechos lamentables expuestos día a día por los medios de comunicación han inmunizado la capacidad de asombro y reclamo de la población; sólo quedan como muestra del alto grado de impunidad e incapacidad de los recursos judiciales y policiales, rebasados —como lo mencionaba hace un mes, el día 20 de enero, en estas páginas, el columnista Carlos Loret de Mola—, por los compromisos y redundantes complicidades. La denuncia de ilícitos, a que exhortan las autoridades, en la mayoría de los casos no encuentra la respuesta eficaz del esclarecimiento, castigo y represión de los hechos, y sí la potencial represalia inhibidora de la denuncia. La magnitud de los ilícitos crece alentada por la impunidad de que goza el delincuente, sabedor del riesgo mínimo que tiene la comisión del delito. Las estadísticas de la Comisión de los Derechos Humanos incentivan, más que desanimar. Las cifras abrumadoras hablan de un escenario promiscuo y privilegiante del delito fertilizado por el crecimiento poblacional donde la inmediatez posterga lo importante. Las quejas ciudadanas, aun aquéllas respaldadas por manifestaciones públicas o particulares, carecen de eficacia. Surge con ello la esperanza de aliviar la concentración vehicular mediante la disuasión del vehículo particular. La inseguridad en materia de transportación tendrá algún alivio con el Macrobús que cruzará por la tradicional Calzada Independencia. Si este nuevo medio de movilidad urbana logra los propósitos de su creación, puede constituir el parteaguas deseado por la población, ésta aún esperanzada en que Guadalajara devuelva la dignidad a su población. Los señores candidatos a puestos de elección popular que definirán los comicios del 5 de julio —diputados y presidentes municipales— tienen por delante amplio y fértil terreno para cumplir con su deber de legislar, gobernar y rescatar su deteriorada imagen pública. Quede claro que trabajo sí hay, no sólo empleo. Dios nos guarde de la discordia. CARLOS CORTÉS VÁZQUEZ / Consultor en comunicación. Correo electrónico: sicpm@informador.com.mx Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones