| Visión y decisión Por: EL INFORMADOR 29 de enero de 2009 - 23:00 hs La incertidumbre daña más que el desengaño. Enero nos deja una estela de inquietud. Ha transcurrido la doceava parte del año con singulares premoniciones económicas y, paradójicamente, lo que más intranquiliza en los partidos políticos es la indefinición de candidatos para gobernadores en seis entidades, 500 diputados federales, cientos locales y otro tanto de presidentes municipales; todos ansiosos por alcanzar la nominación de su partido para contender el 5 de julio en los próximos comicios. Falta liderazgo Es notoria la miopía de los profesionales de la política, que sin observar el entorno internacional, agravado éste por la vecindad y lazos comerciales con los Estados Unidos, aún se empeñan en esgrimir argumentos aldeanos. La economía está dando marco al clima de inseguridad sin definición respecto a la crisis de valores y mucho menos al cómo, cuándo y cuánto será su costo social. La inseguridad, con elevados incrementos desde el año anterior, expone vulnerabilidad para la población y reclamo a las autoridades, que sin escatimar esfuerzos tampoco ha logrado reprimir la criminalidad, cual si fuera estrategia desestabilizadora en un escenario económico crítico. Las noticias, virtuales o reales, inyectan pánico en la mente de la población, que en el fondo sólo alienta libertad con tranquilidad. Para los mexicanos, acostumbrados a ver hacia el Norte como tierra de abundancia y garantías, el cambio del neoliberalismo a la restricción significa un tránsito de bienes y personas con mayores restricciones, pues trabajo, exportaciones y la mano de obra exportable hacia los Estados Unidos se limita. ¿Cuánto y hasta cuándo? Respecto al Tratado Migratorio, el advenimiento del señor Barack Obama era la esperanza, mas no el milagro, y ciertamente asume la máxima responsabilidad de su país en guerra militar en el otro extremo del mundo y un complejo escenario interior con serias amenazas respecto al empleo y su incapacidad de mantener los ritmos de producción y consumo de los años idos. La población norteamericana ha cambiado sus parámetros de satisfactores y consumo. El espíritu de esfuerzo y hasta sacrificio que alentaron las guerras cercanas a los años cincuenta le resulta ajeno a la actual generación, adicionalmente con minorías cada vez más influyentes en las decisiones políticas y económicas. Causa, consecuencia y proporción de la crisis no tienen respuesta inmediata y únicamente se remediará con el empleo de los recursos existentes, adicionando los propios de nueva creación o descubrimiento. Este fenómeno tampoco es nuevo, y al salir lo haremos fortalecidos por la experiencia. De la misma forma en que se resolvió la tradicional “cuesta de enero”, con empeño (no precisamente en el Monte de Piedad), trabajo y creatividad habremos de transitar los 11 meses venideros. Dios nos guarde de la discordia. CARLOS CORTÉS VÁZQUEZ / Consultor en comunicación. Correo electrónico: sicpm@informador.com.mx Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones