| Visión y decisión Por: EL INFORMADOR 1 de enero de 2009 - 23:00 hs Las frases tradicionales son ahora indispensables para armarnos de optimismo y trabajo, detonantes de espíritu triunfador. Ya sonaron las 12 campanadas en los relojes del mundo y en él y con él debemos esperar las vicisitudes que son también oportunidades. Tenemos vida y de ella debemos permanecer alertas para el triunfo. Tranquilidad Ese preciado intangible que todos anhelamos desde el espacio propio: Tranquilidad, cuyo principal ingrediente es Seguridad sustentada en garantías; garantías que deben otorgar las autoridades. La tranquilidad reside en cada familia, en los jóvenes como actores y en los mayores en el desempeño de su rectoría. Los jóvenes en cada familia, que forman mayoría, necesitan reflexionar y alejarse a tiempo de las tentaciones al considerar la forma sincera de romper con los lazos que de manera circunstancial los acercan tentándolos a fáciles formas de obtener satisfacción y bienes con riesgo hasta de su propia vida y tranquilidad de sus seres cercanos. Las dificultades económicas, de ninguna manera deben ser el pretexto al delito que conlleva a llenar cárceles, ahora ya saturadas y convertidas en escuela de crimen, como ocurrió el año pasado. Los propósitos enunciados durante la Navidad y el Año Nuevo sirven para enfrentar la vida desde la perspectiva de la comprensión como seres humanos. Desterremos atavismos de inferioridad, que sólo con mentiras y trampas nos permiten alcanzar el bienestar. México es grande, fuerte y dotado de privilegios para impulsarnos en el desarrollo de la justicia con equidad. Sólo faltan garantías para aplicar la Ley y creer en las autoridades. Está demostrado que la voluntad vence las adversidades. Es tiempo de recordar los tiempos de tranquilidad y las dificultades para recuperarla. Seguridad está pidiendo la ciudadanía, para ir al trabajo, estar en casa, concurrir a la escuela, asistir a los parques con la garantía de ser, respetado cada uno de sus miembros y que en caso de una infracción recibirá la asistencia de la autoridad; no para vengar la afrenta sino para ejemplificar el respeto y la dignidad de vida en sociedad. 2008 quedó atrás como el año de la lucha contra el crimen organizado. Costó muchas vidas y los resultados fueron discutibles. Mas no para aquellos que perdieron un ser querido, sepultado o simplemente perdido sin esperanza de verlo nuevamente; otros llegaron a la escuela superior del crimen, la cárcel, a donde madres, padres, esposos e hijos concurren semanalmente (mientras concurren) a visitar al enjuiciado y presenciar su deterioro físico y mental, muchas ocasiones también por los estimulantes que proliferan al interior de los penales. La difícil facilidad de poner un: hasta aquí, es aplicar la Ley en forma expedita, oportuna y justa. Sin contemplaciones, sin dilación y al margen de la perniciosa corrupción. Dios nos guarde de la discordia. CARLOS CORTÉS VÁZQUEZ / Consultor en comunicación Correo electrónico: sicpm@informador.com.mx Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones