| Va por 48 más Por: EL INFORMADOR 1 de marzo de 2009 - 23:00 hs El 23 de abril de 2008 marcó un punto de quiebre en el sexenio gubernamental encabezado por Emilio González Márquez. El célebre discurso que comenzó con aquello de “lo que digan unos poquitos a mí me vale madre”, presagiaba convertirse en la debacle de un político que, con más carisma que proyecto, había llegado a convertirse en gobernador de Jalisco, con ínfulas de presidenciable. La mentada de madre de Emilio se convirtió en motivo de chunga, pero también hizo que se pararan las antenas acerca de la capacidad de maniobra que podría tener un gobernante que pierde el control incluso en un acto público encabezado por el arzobispo de Guadalajara. Las especulaciones acerca de las desventajas que podría traer el comportamiento del mandatario para el Partido Acción Nacional (PAN), y sus efectos en términos electorales, hicieron que se vislumbrara incluso la probabilidad de un escenario de suplencia en el mando. En el equipo cercano del gobernador comenzaron las maniobras para aplicar lo que se conoce como “control de daños”. De inmediato se encargaron de escenificar un acto de contrición en el que Emilio pidió perdón por la mentada, luego lo guardaron y lo mantuvieron alejado de los reflectores, dosificaron sus apariciones públicas y sus entrevistas banqueteras con los reporteros que cubren la fuente gubernamental, y sostuvieron durante meses el “bajo perfil”. Parece que la estrategia funcionó. El gobernador regresó con su genio y figura, con sus dichos y sus ocurrencias, con sus apariciones en las que actúa, se acerca a la gente, se enfrasca en la oratoria improvisada y dialoga en corto con el que se le ponga enfrente. Ya tiene rato que anda en campaña, inaugura obras, anuncia programas, se alarga en los discursos y reparte dinero como si la chequera tuviera fondos ilimitados. Emilio está a sus anchas, ha superado el trago amargo de aquel abril y ahora está empeñado en actuar para que su partido saque los mejores dividendos en el proceso electoral que está en curso, independientemente de que en la contienda interna sea otro grupo el que lleve mano en la definición de las candidaturas para diputaciones locales y federales, y para los 125 ayuntamientos del Estado. Se vienen otros tiempos que avizoran el fortalecimiento del grupo que encabeza el ex gobernador Francisco Ramírez Acuña, si la candidatura de Jorge Salinas para Guadalajara sale avante, y si se consolida el grupo parlamentario panista con Abraham González Uyeda a la cabeza. El gobernador tendrá un bloque de su mismo partido pero con intereses distintos, con el que deberá negociar durante la segunda parte de su sexenio, para sacar adelante sus presupuestos y sus proyectos. Ayer comenzó el tercer año del mandato de González Márquez. No se ve que en su equipo vaya a haber cambios en lo inmediato, por lo que nos espera más de lo mismo. El gobernador pudo superar la tormenta que él mismo se encargó de crear; nadie asegura que no volveremos a presenciar otro sainete similar, pero por lo pronto todo parece indicar que va por otros 48 meses en el poder... ya sin los sueños presidenciables. VÍCTOR E. WARIO / Periodista Correo electrónico: vwario@informador.com.mx Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones