Viernes, 20 de Junio 2025

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Va a nacer

Por: EL INFORMADOR

Acabo de enterarme de que mis sobrinos van a tener, dentro de siete meses, un nuevo hijo. Me han dado la noticia por internet y en sus palabras se oía música feliz. Creo que cantando me escribieron. Él y ella. Están felices.

Yo me llené de sorpresa. A veces calculo lo que un recién nacido pesa en el misterio de la vida. Todos hemos sido pequeñitos, desvalidos, sorprendidos. ¿Dónde estoy? ¿Qué es este frío? ¿Qué es este agradable y aterciopelado contacto? Mi madre.

Cuento mis años y puedo narrar una parte terrible y completa de la historia mundial y confieso: “No fue buena, aunque me trajo a México”. No pensaría mi madre, en el momento de su primer abrazo, que llegaríamos tan lejos en la geografía, en lo demás: trabajos arduos, miedo y penas. Sí, alguna vez reímos, muchas rezamos y aquí seguimos.

Deseo que mi nuevo sobrino siempre se encuentre tan a gusto, como está ahora en el vientre de su madre: caliente, protegido, soñado, deseado.

La casualidad, si existe, hizo que siguiera revisando esos libros antiguos, de los que ya he hablado en otras ocasiones, entre los que encuentro artículos míos y en este momento doy con uno que se titula “Futurólogos de l971”. No se refiere a ésos que adivinan el futuro con bolas de cristal, sino a sabios que, estudiando las condiciones del mundo, mejor dicho del trato que la Humanidad da al mundo, pueden calcular cómo nos veremos dentro de algunos años, si no nos enmendamos.

He anotado l971, han transcurrido 37 años, estamos peor. Materialmente muchos tenemos computadoras, televisión, horno de microondas, coche... pero pacíficamente, moralmente, espiritualmente vivimos peor. No sólo los crímenes que nos acechan a todos, sino la falta de buenos sentimientos humanos hacia el que está al lado, la limpieza absoluta del mundo, el afecto a todos los pobladores de la Tierra. Este siglo XXI que debería de ser una perfección, lo es para el mal.

Los que gobiernan no saben más que ir en contra del otro, en vez de unirse. Sí, hoy he tenido un pedazo de pan. ¿Lo han tenido todos? Los que esquilmaron continentes enteros en el pasado y los dejaron con habitantes hambrientos ¿han pensado en arreglar la situación y componer esa pobre realidad creando trabajo para los que sufren?

Llevarles costales de alimentos es una chapuza, lo humano y debido es hacerlos hombres en toda la extensión de la palabra: buen trabajo, buen sueldo, buenos alimentos.

Es fácil tener un hijo. Es difícil hacer de él un hombre, y ésta es la labor de los padres. Es lo que deseo para mi sobrinito que va a nacer. Vacunas, colegio, tareas, exámenes, deseos sin lograr y logrados, lucha, trabajo y, por fin, el diploma de hombre. ¡Que así sea!

GABRIEL PAZ / Escritora.
Correo electrónico: macachi809@hotmail.com

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