Una fuerza

La determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de validar la elección interna del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para la renovación de su dirigencia, y resolver que el triunfador es Jesús Ortega Martínez, motivó declaraciones inmediatas de, entre otros, la presidenta nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes Rangel, quien no dudó en afirmar que en estas circunstancias se abre la posibilidad de que los dos institutos políticos se constituyan en una fuerza “formidable” para cambiar el destino de México.

En un discurso pronunciado en Puerto Vallarta, en el marco del Consejo de la Internacional Socialista, la dirigente priista se refirió a la crisis financiera mundial y, en ese contexto,  a la ideología y los conceptos que comparten el PRD y el PRI. Habló de la búsqueda de la felicidad como un intento que merece el esfuerzo y a los retos de una debacle económica internacional que obligan a voltear la mirada hacia el bienestar de los seres humanos y no de los especuladores.

Lo cual implica trabajar por hacer compatible el desarrollo económico con la protección del medio ambiente y diseñar políticas de crecimiento, distribución del ingreso y sustentabilidad que cuiden el patrimonio mundial.

Es decir, el planteamiento de Paredes Rangel con respecto al PRD va más allá de una simple alianza electoral de cara a los comicios de 2009; se trata de reencontrarse en las coincidencias con la idea clara de mejorar las expectativas de los mexicanos en un entorno nacional e internacional sumamente complejo.

Sin embargo, quizá por falta de información y de contexto, de parte del PRD, en voz del dirigente sustituto, Guadalupe Acosta Naranjo, la idea se descartó de inmediato porque en todo momento lo dicho por la presidenta del PRI se entendió como una alianza electoral.

Probablemente en los próximos días, una vez que Jesús Ortega asuma la presidencia del partido del sol azteca, se analice y se entienda mejor el mensaje de Beatriz Paredes, que para los ciudadanos es noticia, por lo menos, de un incipiente intento por renovar no una, sino las dos fuerzas políticas de oposición más importantes en México.