Tres años perdidos

El regreso de Jorge Vizcarra Mayorga a la Presidencia Municipal de Tonalá es un hecho que, cuando menos, mueve a sorpresa. En menos de tres años, porque a esta administración aún le quedan casi cuatro meses, los tonaltecas tuvieron cuatro presidentes municipales, y Vizcarra ya estuvo en el cargo en dos ocasiones.
El marco legal vigente permite el auténtico desorden en que se convirtió la administración municipal, pues la alcaldía se la disputaron abiertamente dos regidores del PAN mientras el hombre que había sido electo en las votaciones del año 2006 permanecía en la cárcel. Cuando finalmente uno de ellos, Agustín Ordóñez, se consolidó en el cargo, aportó una aparente continuidad que nuevamente se rompe con el regreso de Vizcarra quien, pese a todo, tiene a su favor la legalidad.
En quienes no han reparado los regidores del Ayuntamiento de Tonalá es en los ciudadanos que representan en el Gobierno municipal; todavía anoche, mientras Vizcarra tomaba protesta a su esposa como titular del DIF, se escucharon llamados a la armonía “para terminar bien la administración”, pero no se presentó ningún proyecto —que en este momento es, naturalmente, urgente— para hacer ahorros o gestiones que le permitan al próximo alcalde encarar el período 2010-2012 no en condiciones buenas, sino lo menos negativas posible.
Y es que mientras los políticos de este municipio observan detalladamente los protocolos legales que les permiten ocupar cada cual su asiento correspondiente en el Ayuntamiento, miles de tonaltecas deben soportar falta de servicios básicos como drenaje, agua potable, empedrado, alumbrado público y seguridad, entre otros muchos.
En tanto los regidores se lanzan exhortos mutuos para “terminar la administración” en un ambiente de colaboración, ningún funcionario manifiesta la necesidad de hacer un corte de caja en las finanzas municipales para organizar de la manera más eficiente los escasos recursos que hay, y amenazan con reducirse aún más.
Sorpresa, es el sentimiento más neutro que pueden albergar los tonaltecas al iniciar este día con un cuarto alcalde, el mismo que ellos eligieron hace tres años. Pero seguramente, al voltear atrás y ver que la administración termina sin cumplir metas y en medio del constante escándalo, la sensación cambia a una mezcla de coraje y desesperación. Fueron tres años perdidos.