Viernes, 20 de Junio 2025

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Tolvanera

Por: EL INFORMADOR

ENTRE VERAS Y BROMAS             

Tiene razón el Papa: la castidad es un método sumamente eficaz para prevenir el Sida. Y tienen razón los médicos: otro método sumamente confiable para ese mismo propósito es el uso del preservativo... Ahora bien: así como sería aberrante que los defensores del preservativo pretendieran obligar a todo mundo a utilizarlo, es inadmisible que los partidarios de la castidad quieran imponérsela, de manera taxativa, a quienes no son tan heroicamente resistentes a la concupiscencia como ellos.

—II—

El caso es que Benedicto XVI, antes de emprender la gira que realiza por África —por señal, el Continente en que vive 70% de las personas infectadas por el Sida—, hizo una declaración que levantó, a nivel internacional, una densa tolvanera. Su afirmación de que el uso del preservativo “agrava el problema” en cuestión, ocasionó que varios exégetas, desde el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, hasta el diario católico francés “La Croix”, se apresuraran a explicar “lo que el Papa quiso decir”... Al margen de las machincuepas dialécticas y verbales de los susodichos exégetas, lo que el Papa dijo está muy claro. Para desgracia suya, en el mundo moderno —cada vez menos ancho... pero probablemente cada vez más ajeno— ya no todo lo que dice el Papa se acepta de manera sumisa, como si se tratara de un artículo de fe. En el caso, puesto que la suya no fue una declaración “ex-cáthedra”, Su Santidad quedó a deber la prueba de su afirmación: qué tan difundido estaba el Sida en los países en que esa enfermedad repres
enta un serio problema de salud pública, y qué dimensiones alcanzó —tomando como premisa su declaración de que dicho fenómeno se agravó— a partir de que comenzó a promoverse en ellos el uso del preservativo.

—III—

También para desgracia suya —del Papa—, entre las reacciones que sus palabras suscitaron, hay algunas que cuestionan su ciencia y, en consecuencia, su autoridad para pronunciarse sobre ciertos temas. Y así como en México —uno de los países más católicos del mundo—, según cifras oficiales, más de 60% de las mujeres en edad reproductiva utilizan métodos anticonceptivos que la Iglesia reprueba, en África —según palabras de Alain Fogué, del Movimiento de Camerún en Favor del Acceso a los Tratamientos—, “los fieles del Continente saben alejarse de las instrucciones del Vaticano”.

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