Martes, 14 de Octubre 2025

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Tantas muertes...

Por: EL INFORMADOR

ENTRE VERAS Y BROMAS               

Las cifras, por sí mismas, quizá no digan mucho. Tres mil muertos en todo el país, en lo que va del año, en hechos asociados a “la delincuencia organizada”, aunque sean muchos, aunque se trate de muertes que de ninguna manera se justifican, pueden parecer pocas. Comparados, globalmente, con los registrados en atentados ocurridos en el mismo lapso en Bagdad y otras zonas de conflicto, pudiera decirse de ellos que, después de todo, no son tantos; que —literalmente— “más se perdió en la guerra”...

—II—

Sin embargo, es probable que tengan razón quienes advierten que la espiral de violencia de los últimos meses —de hecho, a partir de la solemne declaración de “guerra contra el narcotráfico” por parte de las autoridades..., sin reparar en que esa declaración, lejos de amedrentar al enemigo, todo lo que hizo fue “alborotar el avispero”— ha generado formas de criminalidad inéditas en México en un pasado reciente; primero, por la saña de los hechos; después, por el número de víctimas.

Ya comenzaba a ser alarmante la reiteración de los episodios sangrientos, a todas luces vinculados con la delincuencia organizada, cuando se produjo el macabro episodio de los cinco decapitados cuyas cabezas fueron arrojadas a la pista de un antro, en Uruapan. Los “ajustes de cuentas” entre bandas de narcotraficantes, con las consiguientes “firmas” de saña y muerte —las más escalofriantes muestras de vesanía y odio al prójimo— ya eran “el pan nuestro de cada día”, prácticamente en todo el país, cuando sucedieron el secuestro y asesinato del joven Fernando Martí. Cuando parecía que esa gota había derramado el vaso; cuando se esperaban frutos de concordia del clamor generalizado de repudio a la violencia, siguieron las nueve ejecuciones durante una misa en un centro de rehabilitación de drogadictos en Ciudad Juárez, la masacre de 24 jóvenes albañiles en “La Marquesa”, la de 14 personas más —entre las cuales un bebé y varias mujeres— en Creel, Chihuahua. Y ahora, los siete muertos y más de 100 heridos durante la
ceremonia de “El Grito” en Morelia.

—III—

Todas estas muertes, reñidas incluso —valga la paradoja— con la lógica del delito, en agravio de inocentes, claman al Cielo.

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