Viernes, 10 de Octubre 2025

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“Sicarios”

Por: EL INFORMADOR

Ayer decíamos...

El término sicario, por desgracia demasiado usado en nuestros días, es usado desde la antigüedad; en el año 81 antes de nuestra era, se dictó la Ley Cornelia sobre apuñaladores y envenenadores, su nombre se deriva de una pequeña daga llamada sica, que usaban porque podía fácilmente esconderse en la túnica, de los que traían, porque tengo la impresión de que en aquel tiempo el grueso de la raza andaba casi a raiz, lo que podemos deducir del hecho de que se dividían los vestidos de los condenados a muerte, lo que en el caso de Nuestro Señor Jesucristo no sucedió, pero en los demás casos les tocaba un pedazo de la vestimenta y yo supongo que ese pedazo lo pegaban a los demás trapos que traían puestos, además hay varias escenas del Evangelio donde se menciona “nadie cose un pedazo sin tundir en un vestido viejo, pues el remiendo nuevo se llevaría lo viejo y la rotura se haría mayor”. Mc. 2:21, lo que me lleva a pensar que muchos se vestían de pedazos de tela.

Flavio Josefo, en sus “Antigüedades Judías”, menciona que Albinus exterminó en su tiempo a la mayor parte de ellos, también fue famosa la rebelión judía del año 66, sicarios y zelotes o celotas (los celosos, decididos a luchar por la independencia nacional con lo que restaurarían el reino de David) entraron a Jerusalén hasta que cayó el templo huyendo hacia Masada, donde resistieron hasta el año 73. Cuando cayó esta fortaleza, la gran mayoría de sicarios se quitaron la vida. En algún momento de esa era, eran un movimiento político muy poderoso. Era un grupo extremadamente violento, que no tenía limitaciones, podían matar a alguien en una peregrinación, en un acto público o podían hacerlo discretamente. Justo como los actuales, sólo que éstos no usan daga, sino R-15 y granadas de fragmentación, por lo demás igual de dañinos, así que nos damos cuenta de que no hay nada nuevo bajo el Sol.

Hay un par de libros interesantes que tratan parcialmente este tema, uno de ellos Cullmann: “Jesús y los revolucionarios de su tiempo”, y Casciaro: “Jesucristo y la sociedad política”. El primero menciona una teoría acerca de Simón-Pedro a quien en Mateo 16:17 nomina como Simón Bariôna y en ocasiones Bar Jona, lo que tradicionalmente se tradujo como hijo de Jona, pero según este autor Iôna no tiene que ver con Juan, ni con Jonás y afirma sería una palabra de origen acádico (asirio-babilónico) que si la teoría es cierta, debería traducirse como Simón hijo del terror, o sea terrorista, es cuando menos una teoría interesante con ciertos fundamentos. El mismo autor menciona otro mucho más evidente, cuando Lucas 6:15 menciona entre los apóstoles llamados a otro Simón, Simón el zelote o celota que ya identificamos como tendencia.

Casciaro por su parte estudia el significado de Iscariote, como se designaba a Judas, y establece que la conjetura de que la designación de Iskarioth que podría significar hombre de Karioth, lo que no tiene sentido ya que no hay ningún pueblo, lugar, monte, río, etc. que tenga ese nombre, en cambio podía ser identificado como una transcripción griega de sicarius, sería, sigue diciendo este autor, un apodo derivado de su antigua convivencia como este grupo, el más extremista y violento del antiguo nacionalismo judío, con lo que de ser cierta esta teoría, el que entregó al Señor podría haber pertenecido a ese grupo tan singular.

Me pareció interesante comunicarles a ustedes estos datos, que por lo demás tienen mucho en común con grupos que padecemos.

CARLOS ENRIGUE / Abogado.
Correo electrónico: ayerdeciamos@hotmail.com

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