Sergio Rueda

ENTRE VERAS Y BROMAS                

Coincidencia... o ironía grosera: por una parte, se cumplen 15 años de la muerte, en un infausto accidente automovilístico, de Sergio Rueda Montoya; por la otra, aún hay reacciones de la decisión --unánime, por supuesto-- que recientemente tomaron los 40 diputados locales (algunos malpensados, por una misteriosa asociación de ideas, relacionan la cifra, en automático, con los personajes --también 40, por mera casualidad-- del cuento de Alí Babá, en “Las Mil y una Noches”), de reformar la Constitución local, al efecto de que los partidos políticos se pasen por lo que decentemente se conoce como “el arco del triunfo” el clamor de la sociedad, y obtengan, a la soberana ley de sus pistolas, cinco veces más recursos públicos --es decir, de dinero aportado por el pueblo-- en un año no electoral, como este 2008.

-II-

Sin repasar al detalle las líneas de su biografía, hay dos maneras de decir, para conocimiento de quienes llegaron tarde a la película, quién fue Sergio Rueda Montoya: una breve y otra extensa. Por esta vez, vale la pena consignar ambas. La breve: “Un hombre de bien”. La extensa: “Un panista de los de antes”.

En su homenaje, y a propósito del despropósito perpetrado impunemente por los “legisladores”, vale la pena recordar la añeja fábula conocida como “La parte del León”...

Invitó el León al Oso y al Zorro a ir de cacería. La expedición fue por demás productiva. Al final, el primero pidió al segundo dividir las presas cobradas. El Oso decidió hacerlo a conciencia. Mientras se afanaba en hacer tres partes iguales, el León, impaciente, rascaba el suelo. Cuando el Oso estaba por concluir la tarea, el León, de un zarpazo concluyente, le dio muerte... Encomendó entonces al Zorro hacer la división que quedó inconclusa. Éste, rápidamente, colocó todas las piezas, incluyendo al Oso, frente al León, y sólo se reservó un conejo. Complacido, el León lo felicitó por su buen juicio.

--¿Quién te enseñó a dividir tan bien? --le preguntó.

--Todo lo que sé --respondió el Zorro--, acabo de aprenderlo con mi buen amigo el Oso.

-III-

Moraleja de la historia: descansa en paz, Sergio Rueda Montoya.