Semana Santa

Conversación y recuerdos

Sonaron a la puerta tres golpes suavemente, pero yo los oí como si hubieran sido tres fuertes campanadas, como esas que avisan que la misa va a empezar.

Y salí a abrir. ¿Quién sería? Pues era Lupita, que en otras semanas santas ha venido a visitarme para hablar de tan importante tema. Le vi el rostro más triste que nunca.

Ella tenía deseos de hablar y yo también.

Entró en la sala, nos sentamos. Era una hora ideal porque toda la familia había salido. Yo le dije que hacía mucho tiempo que no me visitaba y ella se disculpó:

- Es que este mundo anda mal... ¿De qué íbamos a hablar si aterra mencionar una sola noticia de lo que ocurre? ¡Cómo nos ofenden!

- El Padre hizo al hombre a su imagen y semejanza, sin embargo, en la realidad actual el hombre se ha vuelto feo y malo. No lo entiendo.

- ¿Imaginas cómo era el mundo en el momento de su Creación?

- Un tesoro completo, intachable, no sólo de cosas y de seres, sino además y sobre todo, de sentimientos, tanto si te lo imaginas de manera creacionista como evolucionista. El primero que se sintió hombre debió de quedar maravillado. “Y todo es bueno y mío”.

- La chispa primera que flotó en el espacio del universo debió de ser colocada por Alguien y sus diferentes cambios y adelantos entraban en las seis etapas de la Creación que pueden llamarse días, épocas, edades... de mil formas. Ese principio no lo ha definido nadie, pero debió de ser el espectáculo más bello que podamos idear. Sin máquinas, sin contaminación, sin crímenes...

- Cierro los ojos y veo a un hombre bajito que desea alcanzar una pera que está muy alta en el peral. Y veo a otro hombre de gran altura que toma la fruta en sus manos y se la da al pequeño, sin cobrarle comisión ni impuesto de ninguna clase. Aprenda usted a ser un experto en el manejo de la computadora y sabrá lo que cuesta nuestra modernidad. Quiere usted igualarse al más rico y a ver qué métodos emplea, pues para eso vale el robo y el crimen.

- Los noticiarios nos abruman con su contenido y las voces exageradas de los locutores. Los suprimimos creyendo que que ya no pueda haber más, pero la maldad continúa y crece. ¡Con lo fácil y risueño que nos parece movernos dentro de la justicia y la bondad! Es menos complicado lo bueno que la planeación de un fraude.

Y tanta fue la maldad de hace siglos que Dios puso en el mundo a su Hijo para que lo sacrificaran borrando así la perversidad de la Humanidad.¡Y lo sacrificaron!... Lo sacrificaron sin que ninguno de nosotros valga la milésima parte de una de sus lágrimas.

Yo escuchaba a mi amiga Lupita y coreaba ciertas frases.

- El caso es que ahora estamos rezando en esta Semana Santa, arrepentidos de todo. ¿La Semana Santa próxima será igual?

GABRIEL PAZ / Escritora.
Correo electrónico: macachi809@hotmail.com