| Reflectores energéticos Por: EL INFORMADOR 20 de octubre de 2008 - 23:00 hs Nuevamente son muchos los reflectores puestos en el debate sobre el petróleo mexicano, del que sobresale la confrontación sobre las minucias de si hay o no privatización del oro negro nacional. Pocas personas miran hacia el futuro de las tecnologías nuevas y las posibilidades de energías alternativas; principalmente porque no es sencillo sustituir los enraizados hábitos asociados al uso del petróleo. Pocos afrontan el debate ofreciendo opciones de energía segura y sostenible para cubrir la creciente demanda que enfrentará nuestra sociedad en las próximas décadas. La urgencia ha vuelto a desplazar a la importancia. Es ampliamente conocido que el consumo mundial de energía aumentará considerablemente en las próximas décadas. Especialmente en los países en desarrollo (como son China, la India, Brasil, Malasia y México) cuyo consumo de energía aumenta exponencialmente según su crecimiento económico per cápita. Nadie consume menos energía al hacerse más rico y se puede esperar una demanda en aumento conforme las condiciones económicas vayan mejorando en el mundo entero. Ese aumento resaltará más en virtud del crecimiento de la población mundial, que irá de los actuales seis mil 500 millones de personas hasta un punto máximo de nueve mil millones para mediados de siglo. El progreso económico y el incremento poblacional ya han mostrando tendencias que revelan que la demanda se habrá ampliado 60% en 2030 y duplicado a mediados de siglo. Gran parte de la energía preferente viene y seguirá viniendo de los combustibles fósiles. El carbón, el petróleo y el gas natural representan casi 80% del actual suministro de energía primaria. Aunque se espera que su aumento sea considerable, en 2030 las fuentes renovables seguirán representando una pequeña fracción del uso global de energía. Así que, por varias décadas más, parece que la mayor parte de nuestra energía vendrá de los combustibles fósiles debido a su disponibilidad, costos todavía asequibles y facilidad de uso. Los combustibles fósiles, aunque sean un recurso finito, no escasearán en el futuro cercano. Con la actual tasa de consumo, nos quedan 40 años de petróleo convencional y 60 de gas natural económicamente recuperable. Ahora no es la primera vez que se habrá escuchado a la gente decir: “Nos estamos quedando sin petróleo”. Un día así será. Sin embargo, ahora el mundo tiene identificado lo que equivale a cerca de cuatro veces el consumo total previsto para los próximos 25 años. Ciertamente, gran parte de ese petróleo será más difícil de producir y de menor calidad y de mayor costo. Pero, al parecer, ahora no hay escasez de hidrocarburos. Sin embargo, para los mexicanos la producción petrolera está más bien determinada no tanto por lo que ocurre (o no) en el subsuelo, sino en la superficie, con la tecnología, la economía y, sobre todo, la política. A nivel mundial, la seguridad y las emisiones que contaminan la atmósfera (y su consecuente calentamiento global) son los dos problemas principales con que se enfrenta el tema de energéticos. Resolver ambos problemas exigirá cambios substanciales en la forma en que vivimos, generamos y usamos la energía. Para ser eficaces, estos cambios deberán ser técnicamente factibles, económicamente viables, ecológicamente sustentables; y no sólo lo políticamente aceptables para ellos, como se nos empeñan tanto nuestros funcionarios públicos. Con el acaparamiento actual y exagerado de los reflectores, aquí quedaremos más deslumbrados que iluminados. NORBERTO ÁLVAREZ ROMO / Presidente de Ecometrópolis, A.C. Correo electrónico: nar@megared.net.mx Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones