“Questions”

ENTRE VERAS Y BROMAS             

Seamos justos: la diferencia entre el doctor Alfonso Petersen, actual alcalde de Guadalajara, y la casi totalidad de sus predecesores —o sin el “casi”— en el último cuarto de siglo, cuando menos, estriba en que él sí se lanzó al ruedo y se atrevió a agarrar el toro por los cuernos, en un capítulo que los demás prefirieron dejar en el aséptico terreno de la saliva —es decir, promesas y declaraciones—: el remozamiento del Centro Histórico de la ciudad.


—II—

El catalizador de la “zarpa de león” —aumentativo de “manita de gato”— que se aplica a calzadas y banquetas del primer cuadro fue, obviamente, la obtención de la sede para los Juegos Panamericanos de 2011. Aunque no tenían esfera de cristal para prever que, justo a la mitad del camino entre la obtención de la sede y el inicio de los Juegos, se desataría la crisis económica que hoy por hoy tiene a la Humanidad en pleno con el Jesús en la boca, Petersen y sus asesores entendieron que una distinción de ese calibre, necesariamente comprometería al Gobierno federal a ser solidario con la segunda ciudad de la República. Al margen de su modesto significado en el aspecto estrictamente deportivo (los Panamericanos son una versión bastante tercermundista de los Juegos Olímpicos), el evento era, quizá, la última llamada del destino para frenar el incontenible deterioro físico de la ciudad y la degradación de la calidad de vida de sus habitantes.

—III—

A medida que las obras avanzan, resplandece lo evidente: amén de que ya urgía pasar de las buenas intenciones a los hechos, valió la pena el esfuerzo...

Al mismo tiempo, empero, surgen nuevas dudas: ¿serán solidarios los tapatíos —vecinos y transeúntes— con este esfuerzo, realizado a costa de las aportaciones de los contribuyentes? ¿Se esforzarán por asear y dar mantenimiento a calles y banquetas? ¿Colaborarán con las nuevas iniciativas, orientadas a remozar las fachadas y a dar un nuevo vocacionamiento a las miles de fincas de la zona, actualmente abandonadas, subutilizadas y prostituidas? ¿Se emprenderán acciones similares en las zonas circundantes, o la ciudad quedará como una chancla vieja con agujetas flamantes?...

“Those are the questions”, diría Hamlet.