Primero la productividad

Ahora que algunas variables económicas como la inflación y la generación de empleos han llegado a niveles en que merecen ser observadas de cerca, surgen llamados solicitando incidir en ellas o cuando menos vigilarlas.

Un ejemplo claro de esto lo encontramos en la inflación, que al anunciarse esta semana que alcanzó un nivel de 4.95%, causó reacciones encontradas entre el Presidente Felipe Calderón y el dirigente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Claudio X. González.

Para el titular del Ejecutivo, se requieren créditos más baratos para poder competir y no dejar pasar las oportunidades de generar empleo, ya que sin éste, México se podría rezagar en competitividad, reduciendo con ello los salarios. Debido a esto, hizo un llamado al Banco de México a considerar una baja en las tasas de interés que hoy se ubican al doble que en Estados Unidos.

Por contraparte, el representante de los principales empresarios del país, señaló de manera contundente que en este momento lo más importante para México es mantener bajo control la inflación, ya que con el crecimiento de 3.0% de la economía, ésta no “va tan mal”. Además, la historia reciente de México ha dejado claro que la inflación es un impuesto regresivo que afecta más a quienes menos tienen.

Desde el punto de vista estrictamente económico, la competitividad a que se refiere el Presidente Calderón no depende tanto del costo de los créditos, como de las condiciones generales del país que determinen la eficiencia de los actores económicos, tales como la seguridad física y jurídica, las facilidades que reciban la inversión y generación de empleo, así como los programas para alcanzar la calidad, productividad, innovación y la consecución de costos más bajos.

En esencia, aunque no parezca, ambas partes están defendiendo lo mismo, pues si las condiciones que demandan los empresarios se cumplen, la inflación se controla y bajan las tasas de interés, que es lo que pide el Presidente. Lo que no se puede esperar, es que las tasas bajen sólo porque así lo manda la autoridad, ya que si así fuera, los capitales se fugarían, trayendo graves consecuencias para la estabilidad financiera nacional.

Hay que reconocer el esfuerzo que ha hecho el Banco de México por mantener bajo control la inflación, y estar muy pendientes del impacto que sobre el nivel de precios seguirán teniendo las alzas en los granos y los energéticos, ya que ante las fuertes presiones internacionales, es iluso pensar que se podrán sostener los actuales precios de los combustibles por mucho tiempo.

Sorprende pues, que con toda la asesoría económica que las autoridades del país reciben, recomienden cambiar las variables económicas sin atender primero las causas que las generan.

Es decir, primero hay que hacer la tarea y luego pedir una buena calificación.