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Pisa, morena...

Por: EL INFORMADOR

Me ha agradado mucho leer la noticia referente a la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, debería de ser en el mundo entero. No hay fiesta más bestial.
 
No hace mucho un ganadero de reses bravas defendía las corridas con pasión recalcando que los toros de lidia en su dehesa llevaban muy buena vida, están muy bien cuidados y se procura que coman bien, sean grandes y tengan buenos cuernos.
 
Vamos, una vida regalada para llevarlos entre gritos de ¡ole!, ¡ole!, de la concurrencia a la muerte. A mí nunca me gustaron las corridas de toros.
 
En su juventud mi padre quiso ser torero y creo que toreó novillos, pero cuando le pusieron un toro de verdad, se acordó de su madre y dejo la capa pero no la afición y todos los domingos nos llevaba a la plaza. Íbamos con él mi  madre, mi hermano y yo. Nos gustaba el paseíllo, las capas lujosas, así como los trajes de los matadores, pero lo que seguía después nos aburría totalmente, mientras  a mi padre le entusiasmaban los pases de Marcial Lalanda, Belmonte, Arruza, Manolete y otros, y se acordaba siempre de la fecha que fulano y Mengano hizo con la capa así y así. Es una barbaridad. Pobre toro, como lo martirizan, como se expone el torero y si no tiene suerte le tiran las almohadillas de los espectadores.

El caso fue que mi padre se dio cuenta de nuestro aburrimiento y dijo: Yo iré solo a ver la corrida y vosotros vais a esperarme a la salida.
 
Y así fue, afortunadamente cuentan que esto de las corridas de toros nació entre los griegos de la antigüedad y de allí pasó a España, el sur de Francia y Portugal, aunque creo que en estos dos países no son tan salvajes.
 
Que prohíban también los sanfermines. "Siete de julio San Fermín" dice la canción y cuando esa bestialidad la pasan por la televisión, cierro los ojos.

Esta salvajada es un negocio grande. Creo que en tiempos de Carlos III, que fue el mejor rey de España, se suspendió, pero después volvieron a poner en marcha esta juerga  sangrienta.
 
Hay que ver la de novelas famosas que llevan este tema: "Sangre  y Arena" de Vicente  Blasco Ibáñez, llevada a la película hollywoodense; "O llevarás luto por mi", biografía de El  Cordobés, de Domingue Lapierre y Lerry Collins, esta biografía es un libro estupendo. Y yo que odio la fiesta brava, pagué en Mérida  para ver torear al Cordobés, pues decían que era tan arriesgado que moriría en el ruedo el día menos pensado y yo quería verlo vivo.  Hay poesías a la fiesta brava, llamada también fiesta nacional de España, y canciones ente la que destaca "El Relicario"  cantada por muchas artistas entre las que destaca Sara Montiel más por su belleza que por su voz. “Y un relicario sacó del pecho...”, esa otra canción que narra la muerte de un mocito entre los cuernos de un toro, que se fue a una capea a aprender y dañar al animal llama asesino al toro. Nunca lo admitiré. Asesinos son los toreros desde que dan los primeros capotazos, claro que muchas veces lo hacen para salir del hambre. Felicito a los catalanes por su decisión de acabar con las corridas. Pueda pronto felicitar a los pamplonicos por el fin de los sanfermines y a toda España, todo México y los países hispanoamericanos que se divierten haciendo sufrir a los pobres toros.

Toluca agosto 2010.

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