Peculiaridades mexicanas

Aunque seguir los tremendos vaivenes de la actual crisis financiera es trabajo de verdaderos especialistas, aún el lector atento puede advertir ciertas peculiaridades en el comportamiento de los gobiernos frente a esta crisis.

Hace todavía dos meses los responsables de las finanzas públicas de México, a pesar de la turbulencia que se venía gestando en Estados Unidos, afirmaban que México estaba preparado, protegido y blindado contra lo que fuera, y eso sí que sonaba a súper milagro mexicano, ¿pues qué blindaje podíamos tener para que no nos afectara una crisis que ocurría en el centro mismo de la economía mundial? Si el epicentro se mueve, el terremoto alcanza a cuantos estén en su campo de influencia.

Cuando el señor Carstens tuvo que declarar que definitivamente no se imaginaba el tamaño de la crisis y su impacto, la sorpresa de los analistas mexicanos tuvo que ser mayúscula, pues justamente este tipo de funcionarios están en la cúspide de la pirámide salarial y profesional no para que imaginen, sino para que prevean con todos los recursos actuales que se tienen, el comportamiento económico mundial y su influencia en el país.

Que la crisis de las finanzas internacionales convirtiera en bambilete el mundo accionario tiene lógica, pero esta lógica se desdibuja cuando se quiere aplicar al tema de la devaluación monetaria, pues mientras que el dólar y el euro se fortalecen a pesar o gracias a la crisis, el peso en cambio se debilita, y sabemos por experiencia que en México nunca hay marcha atrás, a no ser que llegue un mago como los que hemos tenido y de pronto le quite tres ceros al peso, quedando el dólar a 3.50. Por lo pronto se habla de especulación, como si en el sistema económico en el que estamos inmersos la especulación fuese una sorpresa; se habla de los grandes capitales extranjeros invertidos en valores que, o ya no llegan o decidieron irse, como si estuviese pasando por primera vez en nuestra truculenta historia económica. Sin duda que una de las características de nuestros administradores ha sido la de darse siempre por sorprendidos ante la “magnitud inesperada” de los acontecimientos, actitud seguida por nuestros goberna
ntes que de inmediato lanzan su grito de guerra, dispuestos a defender el bolsillo del pueblo como “perros” o como lo que sea; hasta ahora estas declaraciones han sido siempre pura mercadotecnia, a no ser que por esta vez las propuestas presidenciales funcionen.

En el asunto de la gasolina la sorpresa es mayor, pues sea que suba o baje el precio internacional de la mezcla mexicana, en el país el costo aumenta todos los días, a diferencia de Estados Unidos, donde efectivamente el precio se ajusta a tenor del costo internacional. Ésa debe ser una de las ventajas que los mexicanos tenemos al ser dueños del petróleo.

Por su parte, nuestros muy peculiares diputados siguen viviendo en un “mundo extraño”, donde el dinero sigue fluyendo en abundancia tal que les permite despachar liquidaciones millonarias y seguir disponiendo de los recursos del pueblo sin ton ni son, sean del partido que sean.

ARMANDO GONZÁLEZ ESCOTO / Licenciado en Historia.