Paro camionero

Del amago pasaron a los hechos, y los transportistas del servicio público urbano cumplieron su amenaza de parar parcialmente el servicio ayer, a partir de las tres de la tarde, en demanda de un incremento a la tarifa. Las pláticas con las autoridades del Gobierno del Estado se suspendieron y de inmediato procedieron a invadir las principales arterias del Centro Histórico, en donde estacionaron sus unidades. Calles como Alcalde-16 de Septiembre, Corona e Independencia lucen desde ayer como un enorme estacionamiento, y si no hay un arreglo, a partir del mediodía de hoy habrá paro total.

Cabe recordar que los concesionarios del transporte exigen un incremento de dos pesos a la tarifa, que actualmente es de 5.00 pesos, y aunque inicialmente habían dicho que su pretensión era conseguir un aumento a 6.00 pesos, finalmente elevaron su petición a 7.00. Dos pesos más por boleto vendría a ser un duro golpe al bolsillo de los usuarios, aún en circunstancias normales, no se diga en la actual situación económica por la que se está atravesando, y más aún en plena “cuesta de enero”. El gobernador Emilio González ha dicho que no será autorizado dicho incremento, y hasta ha dejado ver la posibilidad de recurrir al subsidio para no afectar a los usuarios del servicio.

Las pláticas se encuentran en punto muerto, y hay la promesa de que se reanudarán en el transcurso de este día. Sin embargo, la forma de presionar de los transportistas, si bien ayer no afectó mayormente, por cuanto la tarde del domingo baja la demanda del servicio, tendrá sus reales consecuencias esta mañana, perjudicando a trabajadores y estudiantes, más aún cuando la Secretaría de Vialidad decidió no iniciar el operativo de emergencia, mientras el paro no sea total.
Ayer, la mayor afectación fue para el tráfico vehicular, al estar invadidos los carriles laterales de las calles arriba mencionadas, pero hoy los más perjudicados serán los usuarios del transporte. Habrá que tomar providencias, y esperar que autoridades y transportistas lleguen a un acuerdo, pensando más en las familias que en sus propios intereses.